Sobre las funciones liquidacionistas del
Grupo Comunista Internacionalista (GCI - Bélgica - Francia)
Grupo Comunista Internacionalista (GCI - Bélgica - Francia)
febrero de 2015
Introducción
En estas últimas
décadas hemos asistido a gestos, manejos y actitudes políticas, que
dicen responder al marxismo y a la Izquierda Comunista, pero en
realidad están en sus antípodas.
Si hay algo que
caracterizó a los revolucionarios de otrora, fue dar siempre el
debate, la polémica, sin recurrir a las falsedades, a cambiar la
posición del otro para luego rebatirla, a la calumnia. En cualquier
escrito de aquella rica historia, se encontrará la rigurosidad de la
cita, la referencia comprobable, así como también la conducta de
apoyar y estimular a los movimientos contra el capital, en defensa
del internacionalismo proletario.
Por el contrario,
cada tanto solemos asistir a actitudes típicamente provocadoras y
hasta liquidacionistas: la calumnia, la agresión por la agresión
misma, la descalificación sin ningún tipo de argumentación, y
generalmente tergiversando las posiciones del contendiente de turno.
Ninguno de nosotros
está exceptuado de tener actitudes sectarias, de no chicanear de vez
en cuando, o de criticar a veces sin muchas argumentaciones o
equivocadamente. Pero no son lo mismo actitudes aisladas que cuando
ellas se vuelven una política sistemática y una organización se
dedica a ello. No es lo mismo hacer una crítica superficial, que
difamar y descalificar mintiendo, reinventando una historia para
ajustarla a sus intereses, y todo ello realizado en nombre del
proletariado o del verdadero “Núcleo
Internacionalista de Centralización Proletaria”
A la Izquierda
Comunista se la atacó de muchas formas. Se la calumnió y
tergiversaron sus posiciones para criticarla. Se la reprimió. Pero
lo que nunca antes había pasado, que sepamos, es que una
organización que se reclame como parte de esa historia, desde
adentro, contribuya a liquidar expresiones de internacionalismo
proletario, a agredir sin ton ni son a diestra y siniestra en nombre
de la IC, y por ende, difamarla, dando una falsa imagen de ella, de
su historia, de su metodología.
No
fue fácil salir de la crítica superficial y no documentada para
probar lo que vamos a afirmar, para evitar las acostumbradas riñas
y diatribas entre grupos que nada tienen que ven con las discusiones
y análisis que necesitamos. Pero el tema es grave e importante,
especialmente porque permanece oculto: las
funciones liquidacionistas de Grupo Comunista Internacionalista (GCI
– Bélgica-Francia) y el papel que juega en ello, la piedra angular
de sus manejos, lo que ellos llaman “comunidad de lucha”.
Esperamos que el
texto que sigue resulte de su interés y sirva para poner de
manifiesto prácticas muy perniciosas para el internacionalismo
proletario y que no siempre son patrimonio exclusivo del grupo que
analizamos.
La
“Comunidad de Lucha” como dispositivo manipulador
Entre los diversas
organizaciones y partidos que se reclaman de la Izquierda Comunista,
y que se consideran como herederas o continuadoras de aquellas
tradiciones revolucionarias que arrancan en Marx, hay uno que
sobresale. No por su tamaño, por su influencia o por haber
encabezado importantes luchas proletarias. Tampoco por sus aportes
teóricos. Sobresale por haber logrado cierto éxito en detectar
grupos de militantes en varios países del mundo, para, diciéndoles
lo contrario, intentar restar sus fuerzas, desorganizarlos,
desmotivarlos y liquidarlos o en el mejor de los casos, conducirlos a
callejones sin salida, aislarlos. La misma conducta la tiene cuando
por esas raras situaciones el propio grupo se vincula con alguna
lucha real de la clase obrera o estudiantil: empieza o termina
atacando a los sectores más avanzados y de vanguardia de dicha
lucha.
Si el GCI realiza
eso con premeditación y alevosía, o si simplemente es producto de
sus concepciones políticas y organizativas, bastante eclécticas por
cierto, es algo que es difícil de determinar sin caer en el
subjetivismo. Pero lo objetivo es fácil de constatar aunque difícil
de ver a primera vista, incluso a segunda vista, pues recurren a
ciertos dispositivos sutiles y muy enmarañados.
En este trabajo
intentaremos poner en evidencia cómo lleva adelante el GCI su
peculiar militancia y a dónde conduce, tomando principalmente lo que
ellos dicen de sí mismos y de otros.
En este sentido,
cabe reconocer su experticia en vender imágenes falsas, llegando en
muchos casos a la mentira lisa gracias a un simple motivo: es difícil
que quienes sean objeto de dichas mentiras (personas, grupos) se
enteren de sus falsedades o si se enteran, tengan la posibilidad de
hacer alguna contrarréplica que les llegue a quienes les han llegado
aquellas calumnias. Además, parten de la base -real por cierto- que
a nadie le interesa leer acusaciones cruzadas, fácilmente
catalogadas de puterío. Y si alguien les criticó antes, han sido
suficientemente hábiles para descalificarlos y apelar al olvido.
Pero muchos años de
impunidad, en venir haciendo esas cosas sin mayores problemas, hace
que no se cuiden tanto y que hoy digan cosas que ponen en evidencia
sus manejos, sus manipulaciones, su función liquidadora, como muchas
afirmaciones que realizan en su último número de Comunismo, el N°
64, donde se dan el lujo de realizar acusaciones muy graves contra
gente que no existe más o grupos que no existen más, con la única
prueba de su palabra.
Pero llega un
momento en que la difamación es un mal negocio y la venta de
espejitos revolucionarios de colores, una estafa advertida.
¿Por qué hacer
ahora, 2015, un análisis que ponga en evidencia ciertos mecanismos
liquidadores del GCI, más cuando su influencia en la lucha real es
nula?
Lo dice en propio
CGI, luego de despacharse a gusto con 17 páginas contra un grupo
argentino, que hace más de 17 años que no existe y respecto a
hechos de hace más de 25 años:
“Si tantos años
después hemos incursionado en estas «miserables cuestiones del
conferencialismos», es porque todos estos temas están más vigentes
que nunca, porque el proletariado, al volver a plantearse las
cuestiones centrales de la estructuración y organización de la
comunidad de lucha, vuelve a encontrarse con los mismos problemas y
deberá luchar contra todas esas trampas.”
El GCI percibe que
hay interés en pequeñas fuerzas militantes, que hay luchas o
conflictos donde se dan diversos grados de enfrentamientos, y una de
las cuestiones que marca la historia del GCI es la de intentar
detectar esas pequeñas fuerzas repartidas en el mundo para
aplicarles su políticas.
Si
bien hoy lo que resta del GCI no es tan fuerte
como antes (luego de las diversas purgas que ha realizado
internamente, ya que en eso son coherentes, también cumplen una
función liquidadora hacia adentro), aún tiene capacidad de hacer
daño. Y lo que es más importante aún, es necesario advertir esos
mecanismos cuando otro grupo los ponga en práctica.
El
dispositivo “Comunidad de Lucha” como elemento clave
para
impedir la profundización teórico-política
y
para mantener el aislamiento de los diversos grupos
Un concepto clave en
toda la política y propuesta organizativa del GCI es “la
comunidad de lucha”, que, tras una imagen superrevolucionaria y
proletaria, cumple una función represiva.
Intentemos ponerlo
en evidencia.
El último número
de su revista justamente se titula “Comunidad de lucha y Partido”
y el artículo homónimo comienza con la siguiente afirmación:
“A pesar de que
aún vivimos una fase de reconstitución embrionaria del proletariado
(fase sectaria por excelencia), a pesar de las insuficiencias, las
debilidades, las experiencias parciales, el desconocimiento de la
obra de las fracciones comunistas, etc., y aunque más no sea en
forma embrionaria, vuelve a sentirse hoy, en todo el mundo, la
necesidad de la centralización internacional, de constituir una sola
dirección internacionalista y comunista.”
Tesis de
orientación programática, numero 55 del Grupo Comunista
Internacionalista
Y continúa su idea
en el siguiente párrafo donde se señala que
“en la misma
lucha se siente que falta perspectiva, organización, continuidad,
teoría revolucionaria .”
Es decir, advierten
que en la actual situación hay falta de perspectiva, de
organización, de teoría revolucionaria. Y justamente esa carencia
es la que sienten diversos grupos o personas que luchan o intentan
luchar, tratando de salir de su aislamiento y de defenderse frente a
la gran correlación de fuerzas en contra.
Obviamente esos
grupos y personas buscan de alguna manera contactos, relaciones,
materiales, ideas, alguna referencia nacional o internacional para
intentar paliar sus propias debilidades, dudas, necesidades. Muchas
veces esos grupos no encuentran nada y vaya a saber cuál es su
historia posterior. O encuentran a los diversos partidos u
organizaciones de la izquierda del capital. Pero a veces logran
contactarse con organizaciones que se referencian en la Izquierda
Comunista (IC). Y entre otros se contactan con el GCI.
Lo primero que hace
el GCI con esos contactos es descalificar a todo el mundo. Son todos
contrarrevolucionarios o no sirven para nada.
Obviamente que no
existe ningún grupo que no tenga posiciones equivocadas o al menos
no aceptadas como verdades por los demás. Y existe mucha historia
previa de sectarismo, por lo que no es difícil hilvanar alguna
crítica a cada uno de los grupos más importantes. Pero además, el
GCI tiene en su haber una larga lista de posiciones bastante extremas
como para demostrar que son los más revolucionarios, los más
proletarios, incluso los más violentos, si el tenor del destinatario
así lo exige.
Una vez que han
logrado instalarse como interlocutores válidos, el grupo o militante
en cuestión puede dudar sobre las posturas del GCI o de los otros,
por lo que pueden llegar a plantear la posibilidad de polemizar con
aquellos otros grupos, o ver incluso al propio GCI debatiendo con los
que denosta, defendiendo y argumentando sus posiciones; y los
atacados defendiendo las suyas.
Pero no, “¡eso
es conferencismo! ¡eso es socialdemocracia!. ¡Aquí lo que importa
es la comunidad de lucha!” Y como con aquellos otros grupos no
hay comunidad de lucha, es contrarrevolucionario discutir con ellos.
O sea, la primera
vez que aparece en esas discusiones el término de comunidad de
lucha es para negarles a los demás la posibilidad de dar un
intercambio y debate político, teórico e ideológico con otros, so
pena del escarnio público.
Pero la función de
“comunidad de lucha” tiene otro componente peor aún: aislar a
los grupos y militantes, aunque antes hay otro menos importante pero
muy útil para el GCI: el usar para sí la lucha de otros y hacer
marketing político hacia adentro y sus relaciones.
En la idea de
comunidad de lucha subyace algo cierto, correcto, importante: lo que
vale es lo que se hace, no lo que se dice. Y es en las luchas
concretas, en las situaciones específicas, donde se ponen de
manifiesto las reales posiciones de cada grupo.
Pero qué pasa. El
GCI contacta con un grupo de militantes que viene realizando algún
tipo de trabajo en fábricas, ha participado o participa de algún
conflicto, o tal vez es un grupo de estudiantes que también viene
participando de algún tipo de cuestionamiento sobre la universidad o
sobre la sociedad.
Obviamente al GCI le
interesa los grupos que tienen algún grado de participación en las
luchas reales del proletariado. Pues entonces puede venderles la
concepción de la “Comunidad de lucha” que rechaza todo
intento de organizarse para debatir y producir teoría y política,
para intercambiar ideas generales, estratégicas, teóricas, con
otros grupos similares al suyo y menos aún con grupos que pueden
tener diferencias con el suyo.
“Al
proletariado revolucionario lo que le interesa es estructurar esa
comunidad de lucha existente, centralizarse en una fuerza efectiva.
Sus reuniones de militantes de una ciudad, de un país, de una decena
de países son reuniones de coordinación de la acción, de
planificación de las actividades a realizar, de balances con
respecto a una lucha, a una acción; reuniones para trazar una
perspectiva, para precisarla, para organizar su realización.” (GCI
Nro 64, las negritas son
nuestras, como lo serán en otros casos a menos que digamos lo
contrario)
Notemos
que la clave de las reuniones es para coordinar la
acción, para
planificar actividades, para hacer balances de una lucha o una
acción.
Tantas
han sido las criticas que recibió el GCI por su visión
inmediatista, incuso dentro de su propio grupo, que ahora los obliga
a agregar que: “Es
evidente que en ese cuadro hay discusiones programáticas, se
realizan contribuciones de fondo, "teóricas", como suele
llamarle la opinión pública (¿?) pero esto no tiene nada que ver
con los parloteos académicos, con las declaraciones rimbombantes,
con los consejos a dar a una clase "distinta".
Renglones más abajo
aparece de nuevo su oposición a la polémica, al definir y atacar al
congresismo: hacer un congreso, una conferencia, una polémica, una
asamblea de delegados todo eso es socialdemocracia, es congresismo,
es espectáculo.
Y
aquí viene lo más interesante del dispositivo “Comunidad de
lucha” del GCI. Una vez que logra instalar que la polémica,
conferencias, etc liquida la real comunidad de intereses y lucha del
proletariado, ha cerrado el cepo, atrapado al grupo o a esa persona y
garantizado su
aislamiento.
Si alguna vez alguna
persona de esos grupos llegara a leer este debería hacerse una
pregunta simple:
¿Tuvo relaciones
sistemáticas y continuas con otros grupos de esa “comunidad de
lucha”? ¿Se veían o discutían entre sí?. El centro
del GCI era el centro. Ser ellos el centro es su propuesta real
de implementación de esa comunidad de lucha. Todo pasa por
ellos. No se estimulan ni encuentros, ni discusiones directas, ni
nada entre esos grupos.
De hecho, sin darse
cuenta, en el propio número de su última revista, enfrascados en
tratar de demoler a un grupo argentino hoy inexistente, Emancipación
Obrera, cuenta que en Buenos Aires, además de Emancipación Obrera
(EO) que era la única organización con una militancia real, estaba
el grupo Militancia Clasista Revolucionaria (MCR), que era un grupo
que habían formado ellos y en el cual participaban ellos.
Bien. Entre EO y MCR
se establece una relación, a instancias del GCI. En esa “comunidad
de lucha” propiciada y controlada por ellos, la única manera de
contactar EO con MCR, estando ambos en el mismo país y algunos en la
misma ciudad, era a través de Bélgica, de la GCI. Lo reconoce sin
rubor el GCI en su número 64. (pág 40)
La gente de MCR
podía contactar a EO pero no lo hacía, probablemente porque al ser
un grupo sin militancia sistemática real como grupo,
probablemente tenía poca necesidad de hacerlo, pero EO no podía
comunicarse con MCR pues no tenia formas de hacerlo. También en el
mismo número 64 señalan que varios escritos realizados por MCR, y
mandados por esa centralización al GCI, nunca se lo dieron a EO,
salvo uno. Y lo dicen sin pudor.
Y ni hablar de la
situación de aislamiento de diversos grupos en distintos países que
aceptan esa “comunidad de lucha”. El GCI hablaba de la “comunidad
de lucha” y propiciaba una “comunidad de lucha” con tal o cual
grupo de un país. ¿Se vinculaba directamente ese grupo con otros
grupos de esa comunidad de lucha?: no. Y si tenían alguna
información, siempre era a través del centro del GCI y sus filtros.
Se entiende,
entonces, el por qué de la critica con tanto empeño a hacer una
conferencia, a hacer un congreso, a hacer un encuentro, dar una
polémica. De hacerlo, las distintas partes podrían ponerse
luego en contacto sin tener que depender del centro.
En la propuesta de
“comunidad de lucha” el centro es una caja negra,
es la garantía de poder armar los bluff y las historietas con mucha
facilidad.
Cualquier compañero
que reclame por algún tipo de comunicación real y efectiva,
directa, con el resto, fácilmente será catalogado de socialdemócra
y contrarevolucionario o “de no tener en cuenta medidas de
seguridad” y por supuesto todo eso lleva a que la verdadera línea
política de esas “comunidades de luchas” sea definida por un
centro intocable, impuluto y probablemente jamás renovable, al mejor
estilo de las sectas trotskistas.
Hay un sitio francés
que ironiza al GCI como el Grand Conseil Intergalactique,
dada las alucinaciones políticas del GCI, que como se dijo al
principio, llega a decir casi cualquier cosa según el destinatario o
la “revelación” que adquieran de vez en cuando.
Aquí se define al
GCI como,
“Le
GCI est une micro-secte anti-syndicaliste mais très syndicaliste en
réalité, très anti-gauchiste mais très gauchiste en réalité,
très anti-anarchiste mais très anarchiste en réalité, très
prolétaire mais tout à fait anti-prolétaire en réalité avec son
exaltation de la vague "lutte du peuple" comme au Mexique,
très parti mais en réalité très anti-parti de classe. La lecture
des citations ci-dessus révèle qu’un groupe, n’importe quel
groupe qui se prétend radical peut reproduire les mensonges et les
pires poncifs gauchistes. Ce pitoyable cercle de vieux intellectuels
tient le même discours grèvegénéraliste que n'importe quel
gauchiste fonctionnaire, discours creux et ridicule.”
Que más o menos
podemos traducir como
El GCI es una
microsecta antisindicalista pero en realidad muy sindicalista; muy
antiizquierdista pero en realidad muy izquierdista; muy
antianarquista pero en realidad muy anarquista; muy proletario pero
en realidad completamente antiproletario con su vaga exaltación de
la "lucha del pueblo " como en México; muy partido pero en
realidad muy antipartido de clase. La lectura de las citaciones más
arriba revela que un grupo, cualquier grupo que se pretende a radical
puede reproducir las mentiras y los peores tópicos izquierdistas.
Esto lamentable recuerda a viejos intelectuales y pronuncia el mismo
discurso “grèvegénéraliste” de cualquier funcionario
izquierdista, un discurso hueco y ridículo.”
En ese mismo texto
leemos
“Le Conseil GCI
ne peut avoir que 4 membres à la fois. Il se compose de deux membres
à vie (tels XXX ou encore XX. sous-chef dans l’ancien CCI), de un
membre sud-américain à long terme (en fonction pour plusieurs
années) et d’un membre à court terme, ancien cosmonaute trotskien
(élu pour quelques mois ou quelques années). Ces 6 membres ont pour
tâche de diriger et guider l’Ordre GCI (Grand Conseil
Intergalactique) contre l’Empire américain ; ils ont une
particularité unique à l’aune de toutes les galaxies connues
d’être les généraux jupitériens et la troupe lunaire. Le
Conseil Conseil central GCI ne se déplace en général dans
l’actualité terrestre que la nuit avec des bougies. Nous avons
reçu partiellement leur message, entrecoupé des grésillements de
galaxies parasitaires, et malgré un langage vampirique et
exponentiel, nous croyons en avoir saisi partiellement le sens, dont
est extraite la traduction terrestre suivante”
“El Consejo GCI
puede tener sólo 4 miembros a la vez. Consta de dos miembros de por
vida (un tal XXX o todavía XX subjefe en el antiguo CCI), de un
miembro sudamericano a largo plazo (en función por varios años) y
de un miembro a corto plazo, un antiguo cosmonauta trotskista
(elegido para algunos meses o algunos años). Estos 6 miembros tienen
para tarea de dirigir y guiar la Orden GCI (Gran Consejo
Intergaláctico) contra el Imperio americano; tienen una
particularidad única al aliso de todas las galaxias conocidas de ser
los generales jupiterinos y la tropa lunar. El Consejo Central GCI se
desplaza en general en la actualidad terrestre sólo por la noche con
velas.
Parcialmente
recibimos su mensaje, entrecortado chirridos de galaxias
parasitarias, y a pesar de un lenguaje vampirique y exponencial,
creemos que nosotros parcialmente hemos cogido el sentido, del que es
extraída la traducción terrestre siguiente (...)”
http://proletariatuniversel.blogspot.com.ar/2010/11/les-delires-du-grand-conseil-gci.html
Par esos franceses
la GCI es motivo de burla, pero el daño que ha causado o puede
causar el GCI no es motivo de burla.
Por otro lado, nadie
niega ni cuestiona a una organización a darse la forma organizativa
que quiera, y a definir la eternidad de una dirección, sólo que es
bueno confrontar esa práctica son teoría contra los jefes y contra
el centralismo democrático de Lenin que tiene el GCI.
Porque una cosa es
estar en contra de la democracia porque no garantiza la participación
y poder real de la gente, y otra es estar en contra de la democracia
porque no se quiere ni siquiera una tibia posibilidad de
participación en las decisiones.
Además pone en
contexto la afirmación y autodefinición que se hacen ellos: “El
GCI como Núcleo Internacionalista de Centralización Proletaria”
Así se entienden
también otras frases, pues luego de reconocer que son un grupo
pequeño y débil (pero único, no hay otro que haga lo que él),
aclaran que
“la superación
histórica del GCI no la vemos, dada nuestra concepción general del
partido, como ninguna disolución de esa estructura en la democracia
de la clase, sino por el contrario, por una organización mucho más
fuerte, sólida y combativa de la vanguardia de la clase. ”
Es decir una
organización donde siguen decidiendo los mismos y las cosas se
deciden por parte de unos pocos.
“En este
sentido una de las prácticas internacionales más importantes del
GCI es la consolidación orgánica interna y en particular:
- la homogeneización de posiciones
- la homogeneización de formaciones
- la discusión y trasmisión de experiencias ”
Si nos guiamos tanto
por los que rompieron o fueron expulsados por el GCI como por el
propio GCI, lo que significa eso en la práctica es evidente. Pero no
usemos los materiales de gente que fue echada de la GCI o que la
abandonó. Usemos los propios materiales de la GCI.
Por
muchos años el GCI defendió ciertas posturas, como las expuestas en
"Pour un front de classe"
aparecido en Le Communiste Nº3 y "La nature
catastrophique du capital" en Le Communiste Nº7. Y
en base a esos posturas denostaron a diversos grupos de la IC y
pretendieron adoctrinar a contactos.
Varios
años después, los centralizadores del GCI decidieron que esas
posturas no iban más. Tal vez tenían razón, tal vez no. Lo cierto
es que como algunos compañeros dijeron que ellos pensaban que
aquellas posturas que habían defendido antes estaban bien,
directamente los expulsaron.
Para
confirmar esto, veamos lo que dice el GCI: (Comunismo N° 24, 1988);
Dicha
crítica (a aquellos textos), y la discusión interna que la
precedió, manifestó un avance claro en la afirmación programática,
permitiendo profundizar la ruptura con la política de la izquierda
de la social democracia y con la economía política. Ello se expresó
al mismo tiempo en la exclusión de ciertos compañeros que luego
constituyeron un reagrupamiento sin perspectiva que denominaron
"Fraction Communiste Internationaliste". En la última fase
vivida por nuestro grupo, esta misma tendencia caracterizada
por el dualismo y el idealismo socialdemócrata reapareció, bajo
formas apenas diferentes concretándose en un conjunto de prácticas
que llevaron a una fase de clarificación que se concretó, también,
en la exclusión de varios compañeros.
Obviamente
que es normal que en un grupo existan conflictos y gente se vaya,
aunque ser expulsados por defender lo que venían defendiendo...
En otro lugar, para
tratar de defender que el GCI no expulsa por las ideas, dicen que lo
hacen por las prácticas. Y ejemplifica el asunto contando la
expulsión de un militante no por sus ideas sino por romper con la
comunidad de lucha. ¿Y cómo la rompió? Entre otras cuestiones
“desarrollando
un día la ilusión de la abolición inmediata de la familia en pleno
capitalismo y volviendo al otro día las peores caricaturas
socialdemócratas en lo que concierte al dualismo vida privada-vida
militante (“cada uno es dueño de su vida privada”)
Doblemente curioso:
como no se puede cambiar la familia en el capitalismo, pasan a
defender la familia del capitalismo y expulsan a alguien que intenta
otro tipo de relación. Pero lo más curioso es que si uno lee esos
escritos detalladamente, verá que siempre aparece como excusa
para las expulsiones, para las medidas disciplinarias, “la
comunidad de lucha”.
Y es curioso pues en
todos estos años, desde que existe, jamás el CGI ha teorizado sobre
realmente qué es esa “comunidad de lucha”, de esa manera la
expresión “comunidad de lucha” actuaba como dispositivo para
cualquier cosa, hacia afuera y hacia adentro. Ayer “hacer A” va
contra la comunidad de lucha y hoy “hacer Z” o “anti A” va
contra la “comunidad de lucha”...
Y es el propio GCI
quien reconoce (C 64, pág 3) esto que estamos diciendo y recién
ahora la “definen”:
“Nosotros, que
desde que existimos «jodemos tanto» con la «comunidad de lucha»
como expresión concreta, nunca habíamos hecho ninguna globalización
pública de nuestra toma de posiciones al respecto.”
“Si bien
durante más de 3 décadas habíamos llevado una lucha práctica en
ese sentido y había toneladas de papeles en los que se discutía
sobre la organización de la clase en partido, no habíamos hecho
pública nuestra explicación global, lo que los compañeros más
dinámicos de nuestra comunidad de lucha nos reclamaban. «Hay que
tomar posición sobre el tema», «hay que explicar lo más
globalmente posible nuestra posición sobre la comunidad de
lucha»...etc., lo oíamos y repetíamos durante estas tres
décadas sin que supiésemos bien como encarar la cosa (...),”
A confesión de
partes, relevo de pruebas ....
La
historia oficial del GCI o cómo falsificar la historia
La capacidad de
difamar e inventar del GCI a veces asombra. Es probable que el GCI de
antes de las expulsiones y rupturas más grandes tuviera sus rayes,
pero parece que para “lo que resta del GCI” el nivel de
distorsión de la realidad forma parte de su misma y múltiple
personalidad.
Comencemos con la
página 22 de su revista 64. Allí cuentan su historia y definen
cuáles son los determinantes importantes que, como la misma
expresión lo indica, determinarán su política y la certeza de la
misma.
Y lo primero que
venden es:
“Hay algunas
características de nuestro grupo que nos parece importantes
subrayar. En efecto, nuestra capacidad para ser coherentes, con
nuestra propia concepción, depende, nos guste o no, de un conjunto
de determinantes prácticos y concretos: de nuestra capacidad para
analizar, asumir, superar (cuando se trata de limitaciones) dichos
determinantes.
Nuestro pequeño
grupo no tiene realidad nacional, no surge ligado a ningún país, ni
con referencia a un país. No está constituido por militantes que
tienen el mismo tipo de referencia cultural, nacional o de
ex-militantes de una misma corriente. ”
El que no tienen
realidad nacional es evidente, están en la estratófera, en el
Olimpo de los dioses que dictaminan qué deben hacer los humanos.
Pero dejando de lado eso, ellos lo plantean como algo a su favor,
pues son más internacionalistas y con pensamientos más claros y
coherentes sobre las cosas.
Para
ellos es relevante todo esto pues “No ha habido como
previo una acción en un país determinado, la centralización de esa
acción y luego la necesidad de superar ese cuadro. ”
Es decir, el GCI
nace de la nada y ya internacional, ese nacimiento le da ciertas
ventajas por sobre aquellos que nacen en un territorio nacional, en
una lucha, etc, etc.
Se olvidan señalar
algo tal vez irrelevante, la historia concreta del GCI
El GCI nace de una
ruptura con la CCI, en 1978/9 para más datos. Eso implica que su
primer determinante es la CCI y sus posiciones. Será por eso que la
odian tanto y buscan siempre estar en sus antípodas...
Y a ese grupo
inicial se incorporan militantes que tenían también sus propios
determinantes: prácticas en partidos que propiciaban la liberación
nacional y social, y eso es lo que se oculta cuando se dice
“compañeros
que vivieron y lucharon en las décadas pasadas en regiones donde se
alcanza los niveles más altos de lucha proletaria en estos últimos
60 años, y que vivieron la impresionante derrota que sufriera
nuestra clase;”
y también
adhirieron a la GCI militantes que venían del trotskismo.
Esos son los
determinantes: CCI, movimientos de liberación nacional y social,
partidarios del programa de transición y de que la URSS era un
estado obrero degenerado, etc, etc.
Y está muy bueno y
muy bien que la GCI haya podido romper con esas concepciones, si es
que lo ha hecho en todos los planos.
Pero que no vendan
humo a incautos.
Por otro lado, al
estar su casa central en Europa (Bélgica, algo en Francia) así como
los trotskistas norteamericanos se dedican a enseñar a los
trabajadores del tercer mundo cómo hacer la revolución, esta gente
se ha preocupado más por “centralizar la lucha” en países que
no pertenecen a la élite de potencias capitalistas.
¿Y el proletariado
en las potencias capitalistas?: bien gracias. ¿Y la organización y
lucha allí?: bien gracias.
Recórrrase Bélgica
y pregúntese por el GCI (clase obrera, estudiantes, etc). Recórrase
Francia y pregúntese por el GCI. Las respuestas son el mejor ejemplo
de sus 35 años de existencia con sus casas centrales en esos
países... Pero claro, tienen la caradurez de decirle a los demás lo
que hay que hacer pues ellos son el “Núcleo Internacionalista de
Centralización Proletaria”
Esto pone en
evidencia otro aspecto de su “comunidad de lucha”: los que deben
compartir su lucha son los que realmente participan de las luchas de
sus países no centrales.
Jamás el GCI
comparte con esos grupos la lucha en los países donde está su casa
central o sus principales secciones, en particular porque durante
estos 35 años la función principal de la GCI ha sido de ser
analistas políticos y jueces de los que está bien y lo que está
mal en las posiciones políticas de todo el mundo.
No hay trabajo de
base, no hay inserción en la clase porque para ellos “inserción”
en la clase es ponerse de afuera de la clase y ellos están adentro
porque así lo definen ellos. Además la clase lucha sola, la función
del GCI es centralizar esas luchas, orientarlas desde su cómoda casa
central o de vez en cuando yendo a visitar a la indiada. O
repartiendo algún volante como para decir “hacemos algo”.
Es curioso leer lo
que dicen de otros grupos de la izquierda comunista:
Esos grupos, según
el GCI, tienen una centralización que:
“es el fruto
simple del seguidismo y la repetición de fórmulas de uno o dos
jefes, considerados «vacas sagradas». ¡Y todos los grupos que
conocemos tienen tales vacas sagradas! Hay, en los hechos, una
sección nacional más o menos familiar que gestiona y dirige la
totalidad de dicha organización. Esa misma sección realiza
conceptualmente todas las publicaciones internacionales. Las otras
secciones son traductoras o simples aplicadoras de la línea, en el
plano internacional. En el plano nacional o local, las secciones
correspondientes se encargan de aplicar el esquemón a cada
circunstancia. No es necesario conocer la chismologia de ese tipo de
organización, basta leer sus prensas locales para ver que, en vez de
analizar los acontecimientos a la luz del programa revolucionario,
repiten grandes esquemas vacíos de todo sentido, utilizando lo que
pasa en el mundo solo como ejemplos del esquema. Más aún, ni
siquiera vale la pena leer tales artículos pues se trata del mismo
artículo escrito por la vaca sagrada y repetido uno y mil veces, al
cual solo se adapta acontecimientos recientes. (pág 27)
Como diría el
refrán, el muerto se asusta del degollado
La
reescritura de la historia II
La
verdadera cara del GCI y su comunidad de acción, el caso que
plantean en el anexo de su revista 64
Como dijimos al
principio, quien falsifica, quien calumnia especialmente cuando habla
de gente o grupos que no existen más, cree tener garantizada la
impunidad. Pero a veces pueden tener la mala suerte de toparte
con alguien que conoce de lo que se habla, que sabe que existen
documentos, que sabe de los hechos y que el nivel de agresión y mala
leche del GCI hace que se tome un rato de tiempo para poner en
evidencia qué es realmente “lo que queda del GCI”
Que el GCI dedique
hoy 17 páginas de un ataque virulento, cargado falsedades que pueden
constatarse incluso con una lectura atenta del propio material del
GCI, contra un grupo inexistente desde 17 años y con el cual el GCI
ya no tenía relaciones 8 años antes, abre muchos interrogantes.
¿Qué tenia
Emancipación Obrera de Argentina que aún desaparecido sigue
molestando tanto al GCI? ¿Tal vez broncas acumuladas pues hace más
de veinte años, cuando tuvieron una de las rupturas más importantes
y tuvieron que expulsar a varios militantes, acusaron a Emancipación
Obrera -o su política- de estar atrás de ello? ¿Porque en todas
las polémicas que tuvieron con Emancipación Obrera quedó en
evidencia el descuelgue y la incoherencia del GCI? ¿Porque EO no
aceptó someterse a la centralización proletaria y revolucionaria
del GCI?
Improbable todo eso.
Generalmente no son cosas del pasado las que intervienen en esas
conductas, sino cosas del presente.
Pero abandonemos las
especulaciones de los por qué y veamos lo que escribe el GCI.
El Anexo sobre
Militancia Clasista Revolucionaria y Emancipación Obrera comienza
con una virulenta acusación contra EO:
“Antes que
nada, queremos repudiar por mentiroso, chicanero y alcahuete el
informe que hiciera EO sobre MCR y que publicara en uno de sus
panfletos acerca de la propuesta ”
Dicha afirmación es
complementada con una nota al pie donde supuestamente un compañero
del MCR, criticando aquel informe, señala “la única cosa que
falta es nuestra dirección para mandarnos la cana”
Graves acusaciones,
si las hay. Pero lo curioso es que no transcribe ningún párrafo de
dicho informe, ni tampoco ofrece alguna referencia salvo sus
afirmaciones. Tampoco parece que EO se enteró de esas críticas pues
allí mismo se señala que los compañeros de MCR “piden que se
repudie globalmente el informe sin entrar en detalles” y que las
cartas que escribieron esos compañeros de MCR fueron al GCI y este
nunca se las envió, “dando por terminada la discusión con EO”.
Pero claro, no por
nada el GCI se queja de internet en este Nro 64. Una búsqueda por
internet permite encontrar aquel famoso informe que hizo EO. Y
cualquiera que lo lea podrá darse cuenta qué es lo que le molestó
al GCI de dicho informe: pone en evidencia qué era políticamente
MCR y ¡quién sabe que bluff había vendido la casa central del GCI
a sus militantes y simpatizantes!
En el informe, EO
trata de explicar porqué no está la firma de MCR en las diversas
comunicaciones sobre la Propuesta Internacional, 1986, (PI), teniendo
en cuenta que la propia PI está firmada por EO y MCR.
Allí manifiesta que
luego de mucho tiempo sin tener noticias de MCR, ni indirectas vía
GCI ni directamente por falta de concurrencia de los miembros del MCR
a las citas, finalmente se habían enterado que MCR ya no existía
más.
“Esto lo
pudimos confirmar posteriormente y la ausencia de explicación por
parte nuestra (se refiere a la anterior publicación de las
respuestas a la PI, donde no aparece MCR) se debió en primer lugar a
la propia falta de información que teníamos sobre qué ocurría en
MCR y a la pérdida total de contacto con ella y sus integrantes. Si
bien para aquel entonces ya suponíamos dicho final, no quisimos
escribir nada sin confirmar lo que realmente pasaba y hasta último
momento tuvimos la esperanza de contactar con algún compañero/a
para que brindase una explicación fidedigna. La disolución del MCR
fue repentina, sin ningún tipo de “preanuncio” y puede parecer
inexplicable si no se tiene en cuenta los antecedentes de dicho
grupo”
Y pasa a reseñar
que no era un grupo que se formó al calor de alguna lucha, conflicto
o con alguna militancia real. Se juntaron distintas personas a
instancias del GCI para debatir sus materiales y que EO lo había
conocido a través del GCI. Que se habían alegrado de su existencia,
pero cuando empezaron a conocerlos mejor se dieron cuenta que como
organización de no hacían ninguna actividad militante “hacia
afuera”, que tenían entre sí numerosas diferencias. Y pasan a
relatar algo que para EO era muy grave, no en la relación con EO
sino para el funcionamiento del propio MCR:
“cuando
empezamos a conocerlos nos enteramos de algo insólito, que
posteriormente se revelaría en toda su magnitud: entre ellos nadie
sabía la dirección particular de nadie. Las reuniones se efectuaban
en bares, lo que implicaba que en el caso de que alguno faltase a la
reunión se perdía el contacto y se dependía para la reanudación
del mismo del que faltase fuese a la siguiente cita, también en otro
bar. La feroz represión conocida podía explicar el temor, pero era
un clandestinismo mal entendido, ya que llevaba la desconfianza al
seno del mismo grupo y era un obstáculo real ...(..)
EO le discute al
asunto a MCR y dice: “No es difícil imaginar que un grupo
político así no puede funcionar, no puede tratar colectivamente los
materiales, no puede discutir con tranquilidad y tiempo suficiente y
siempre se está en tensión por una razia policial, tan frecuente en
Argentina”
En el anexo está
escaneado dicho informe, para que pueda leerse y ponerse en evidencia
la falta de sustento de las acusaciones del GCI.
Uno no sabe qué
verso vendió el GCI en su momento sobre MCR, pero como todo verso,
en algún momento queda en evidencia. Y seguramente el crimen de EO
fue poner de manifiesto lo que estaba atrás del humo.
Para EO, MCR era un
grupo que había conocido a instancias del GCI, formado por este, y
que se une en base a discutir una “Plataforma” del grupo (del
largo de una hoja, para más datos). Que no tenía presencia en los
conflictos en la clase ni actividad militante conocida como grupo.
Si hoy existiera EO,
podría enterarse por el “informe” que hace ahora el GCI de lo
que era realmente el MCR según el GCI 2014, distinto a lo que dijo
que era en 1985.
En este Nro 64 dice
que con aquel informe “EO demuestra no conocer absolutamente
nada de las peripecias de MCR (¡y por suerte !)” ¿Por que
ponen por suerte?. Lo aclaran en una nota al pie de página de un
comentario supuestamente de un miembro de MCR: “me alegró
muchísimo de que no tengan más datos porque la única cosa que
falta es nuestra dirección para enviarnos la cana”
Por sus palabras,
del GCI, como de EO, podemos saber qué es lo que sabe EO: lo que le
dijo el GCI en 1985, que ahora dicen que no es la realidad.
En su momento esto
lo escribió el propio GCI en su revista Nro 19 de 1985:
“Militancia
Clasista Revolucionaria se constituye a mediados de 1984, en base a
compañeros de diferentes orígenes, afirmando en su plataforma de
constitución, la lucha por la autonomía del proletariado, contra
todas las fracciones del capital, contra el electoralismo, el
sindicalismo..., y la llamando al internacionalismo contra el
nacionalismo”.
(página 11)
ttp://gci-icg.org/spanish/19.pdf
También el GCI
señala que “participamos en el proceso de conformación del
MCR” (pág 10)
Ahora, 29 años de
aquellas definiciones, podemos enterarnos lo que nunca supo EO de MCR
y que el mismo GCI nos informa (“Al respecto, nos parece
importante subrayar que EO, que ni conoció, ni comprendió, lo que
fue MCR (...)”
Ahora aclaran lo que
realmente fue MCR. Leemos en el Nro 64:
“Si bien no es
importante hoy entrar en un detalle de los mismos, queremos señalar
que al principio en «Militancia» existían el siguiente tipo de
grupos:
- un grupo de
desocupados -que era el numéricamente más importante- constituido
en Argentina y Uruguay, definido explícitamente como «clasista y
revolucionario» pero apartidista
- un grupo de
militantes que se había constituido una decena de años antes, como
fracción de fracción de los Tupamaros uruguayos y en contraposición
con los que pensaban que «en la región»
(¡no
generalizaban esto al mundo, sino solo a América Latina!), eran
necesarias aún las tareas democrático burguesas y que habían
escrito documentos contra la « liberación nacional », las reformas
agrarias y el etapismo democrático.
- un grupo en
ruptura reciente, y no absolutamente digerida, con el foquismo y el
trotskismo y particularmente de la Junta de Coordinación
Revolucionaria;
- un grupo en
franca y total ruptura con el latinoamericanismo y con un avance
interesante hacía posiciones comunistas que trabajaba más específi
camente con nuestros militantes;
- nuestro grupo
(Grupo Comunista Internacionalista). (pág 39)
Es decir, tenemos
una Militancia Clasista Revolucionaria conformada en su mayoría por
apartidistas, además por una fracción que venia del Movimiento de
Liberación Nacional Tupamaros, un grupo de ruptura reciente “y no
absolutamente digerida” con el foquismo y el trotskismo, un grupo
que tenía “avances interesantes hacia posiciones comunistas” y
el propio grupo GCI.
Como tarea
frentista que siempre cuestiona el GCI a otros no está nada
mal...
También señalan
hoy que su estructura dependía demasiado de circunstancias
específicas por lo que “la harían dispersarse y
desorganizarse rápidamente”
En ese contexto, nos
cuentan en el Nro 64, que presentaron a algunos de esos integrantes a
EO presentándolos como MCR y hoy reconocen algo que no tuvieron en
un primer momento en cuenta los protagonistas (EO y MCR): “se
formalizaba artificialmente el MCR como si fuera una organización
política formal, cuando en realidad no lo era, ni como tal estaba en
condiciones de serlo (ejemplo, en ese pequeño grupo de compañeros
que quedaban -del otro MCR- habían al menos tres posiciones
diferentes sobre cuestiones importantes)” (pág 40)
Saquen ustedes sus
propias conclusiones.
Le venden a EO la
imagen de que MCR era una organización al cual describen en el Nro
19, que ellos la concibieron como una organización no monolítica
que como mínimo “desde su origen hubo acuerdos de difundir
Comunismo.”
Como tal la hacen
firmar junto a EO la PI. Luego inexplicablemente para EO, MCR
desaparece y se ve en la obligación de dar algún tipo de respuesta
a la comunidad internacional a la cual habían hecho la PI como si
fueran dos organizaciones. Y hoy nos enteramos por el GCI que no era
una organización política formal, y que había en él tres
posiciones diferentes sobre cuestiones importantes...
EO había asumido
responsabilidades de una propuesta con MCR y luego no entienden qué
pasó con el grupo. Pasan meses y finalmente debe dar una explicación
ante los grupos que estaban respondiendo a la propuesta, por qué
sólo firmaba EO y no aparecía MCR. Y EO parte de la base de lo que
el GCI le dice sobre el MCR al presentárselo es cierto, no un bluff.
Por suerte EO no
puede amargarse hoy, ni enterarse de que 27 años después de que el
GCI los acusaría de no saber qué era realmente el MCR...
Una pregunta al
pasar: ¿A cuantos grupos -como el MCR- menos heterogéneos y con
militancia real ha acusado el GCI de oportunistas,
contrevolucionarios, frentes policlasistas, etc. Pero claro, este no,
pues lo armó el GCI.
El problema del
terrorismo del GCI
Por lo que cuenta el
GCI, la primer diferencia fuerte -y decisiva- que tuvieron con EO,
tanto MCR como el GCI fue con motivo de la agresión de un compañero
por parte del MAS (partido trostskista). El GCI acusa a EO de
pacifista, de socialdemócrata, etc, por la respuesta que da contra
la agresión.
Pero antes de ver
eso, veamos otra falsificación de los hechos. Según el GCI en este
64:
“Queremos
señalar un hecho que precipitó el fin de la colaboración entre los
compañeros de MCR, más próximos a nuestras posiciones, y EO. Ello
se produjo cuando estos, nuestros compañeros del MCR estaban
difundiendo nuestros materiales, fueron atacados físicamente
por los trotskistas del MAS argentino”
Resulta llamativo el
reiterado esfuerzo del GCI de reescribir la historia pues no era era
necesario mentir para criticar a EO.
Pero como a veces
suele ocurrir, las mentiras tienen patas cortas y el GCI tiene la
mala fortuna que la documentación esté accesible en Internet,
mostrando su mentira: ¿Qué necesidad tenían de afirmar que el
compañero agredido estaba difundiendo sus (del GCI) materiales?
El compañero
agredido estaba repartiendo un volante realizado por EO que a
su vez reproducía un volante realizado por un grupo de docentes de
Santa Fe, Argentina, donde denunciaban la actitud delatora del MAS
contra uno de los integrantes de ese grupo. Y el volante de EO
denunciaba también la actitud delatora del MAS.
Puede consultase el
volante que se encuentra escaneado en el Anexo de materiales de este
trabajo.
El volante se
titulaba “¿UNA ACTITUD POLICIAL DE UN PARTIDO DE IZQUIERDA?” y
es de junio de 1985.
Dicho sea al pasar,
también está en internet la documentación sobre todo lo que pasó,
que también incluimos en el Anexo.
La agresión se
realizó en un acto en Buenos Aires, en la Federación de Box, que
era en apoyo a los obreros de la FORD, el día 14 de julio de 1985.
Recomendamos leer en
el volante que hizo EO luego (firmado también por MCR pues en ese
período EO firmaba agregando en la firma a MCR por el acuerdo
realizado con ese grupo) titulado: “EL MAS: DE LA DELACIÓN A LA
AGRESIÓN”
Cuando uno quiere
cuestionar a alguien, o hacer alguna denuncia, debe documentar las
cosas. Pero claro, el GCI no documenta nada porque no se puede
documentar la mentira. Además esperaban que su denuncias
contra EO no serían jamás confrontadas, dado que como se sabe EO no
existe más. Pero quedan los documentos....
Es difícil entender
para qué ensañarse con tanta mentira contra EO, si lo principal que
van a criticarle es lo mismo si el agredido fuera realmente un
miembro de MCR, el GCI, EO o de algún otro grupo clasista y el
material uno del GCI o de EO.. Pero seguramente esta falsificación
tiene el propósito de presentarse como mártires y EO como ogro.
Además para hacer creer a su periferia que sus materiales se
divulgaban allí en actos o en fábricas y que eran tan conocidos que
los reprimían.
Al pasar, señalemos
que en otro documento escaneado se señala:
“el compañero
Joaquin -el compañero golpeado- manifestó luego que por la forma de
reaccionar de esta gente del MAS ya estaban aprontados para ello,
pues no hubo ni siquiera posibilidades materiales para que se leyera
el volante: ver la firma y pasar a la agresión fue sólo un
momento”
(se refiere a la
firma Emancipación Obrera, lo que tiene su explicación).
Una lectura de todos
esos materiales, incluyendo las “cartas abiertas”, permiten
conocer por qué ver la firma de EO desata esa brutal agresión (por
lo que cuentan se salvó de que lo terminaran discapacitando o
matando por una doble intervención de gente allí presente, ya que
primero lograron llevarlo a un bar para atenderlo y luego el MAS fue
al bar a seguir la golpiza, que terminaron recibiendo los que
defendían al compañero hasta que lograron meterlo en un taxi).
Ocurre que tiempo
antes, en Santa Fe, un grupo importante de militantes del MAS rompe
con dicho partido y realiza una carta pública que explica los
motivos de dicha ruptura y luego esos compañeros pasan a integrar
Emancipación Obrera y ponen en crisis a muchos militantes que quedan
en el MAS de Santa Fe.
Obviamente el GCI ni
existe.
Lo cierto es que el
compañero fue agredido y EO sale a denunciar el hecho, nacional e
internacionalmente, saca volantes, realiza escritos dirigidos a los
militantes de los partidos trotskistas poniendo en evidencia su
política represiva en defensa del sistema. Pueden consultarse en el
Anexo.
El GCI señala que
“los compañeros directamente agredidos consideraron la
respuesta dada oficialmente por EO, en nombre de MCR y EO, como
«pacifista y pequeño burguesa”
Claro, no está el
-no “los”- compañero agredido para confirmar la afirmación del
GCI pero es irrelevante, pues sí está el GCI y para él esa
respuesta al MAS es un ejemplo de oportunismo y pacifismo de EO que
tiene “enormes confusiones y hasta un rechazo pacifista por la
clásica posición, de siempre de los revolucionarios, de oponer al
terrorismo de la contrarrevolución el terrorismo de la revolución”
Es decir, si EO
hubiera buscado otro día a los atacantes del compañero y lo hubiera
molido a palos (o a otro militante del MAS cualquiera, el terror es
el terror), el GCI estaría satisfecho con EO. Pero EO se negó a
hacer eso. Una cosa es defenderse y contraatacar cuando está uno
siendo atacado y otra la vieja máxima mosaica de Ojo por ojo, diente
por diente.
Al GCI le molesta la
respuesta que da EO pues es una respuesta política, de lucha
política e ideológica, y no de lucha de aparatos, armada e
individualista.
Esto es coherente
con la reivindicación que hacen en el nro 64 de Ricardo Flores
Magón. Y es bueno reivindicar a un militante proletario, anarquista,
asesinado en 1921, pero hay que ver si eso implica reivindicar cosas
que no deben reivindicarse.
Por ejemplo durante
la Primer Guerra Mundial, Magón dijo:
«Cuando mueran
los nuestros, debemos llorar; mientras mueran los imbéciles que van
a luchar por el engrandecimiento de sus propios verdugos debemos
reír: menos obstáculos encontraremos en nuestra lucha por la
destrucción del actual sistema... No son nuestros hermanos los que
perecen por millares en los campos de batalla de Europa, Asia, África
y Oceanía. Son nuestros enemigos; son los que quieren que perdure
este sistema que nos hace despreciados; son los lacayos del capital,
la iglesia y la autoridad.» (Ricardo Flores Magón,
Regeneración Nº 202 del 14 de noviembre de 1914)
EO entonces debería
haberse alegrado de los soldados argentinos muertos en Malvinas. Por
el contrario EO también en nombre de ellos y en su defensa denunció
y se opuso a la guerra de Malvinas reivindicando la derrota de la
propia burguesía.
El GCI festeja aquella
frase: «Ricardo Flores Magón no tenía pelos en la lengua para
alegrarse de los miles de militares que reventaban en el frente de la
guerra imperialista del 14 al 19… porque sabía que morían como
fuerzas del estado mundial del capital, porque quienes reventaban no
eran nuestros compañeros sino nuestros enemigos, es decir los
sumisos soldados que aceptaban morir y matar en el frente de
batalla como agentes de sus “propios” burgueses»
No es necesario
hacer ningún comentario a la cita: eso es el GCI
Como es improbable
que luego de leer un escrito largo se lean los Anexos, transcribamos
un fragmento de la “carta abierta” (es decir, una carta que jamás
se da al que se dirige, sino a la gente, a la clase) de EO (y MCR) a
la dirección del MAS
“Y decimos que
se equivocan con nosotros y que no lograrán callarnos no porque la
próxima vez que repartamos un volante vayamos con ametralladoras o
manoplas. Una respuesta de ese tipo sería una respuesta dentro de
los mismos métodos y política de la burguesía, es decir, dentro de
la política y métodos que ustedes, el MAS, defiende y practica.
Ello no quiere decir que seamos pacifistas y pelotudos y que
dejaremos que golpeen o asesinen compañeros. Quiere decir que nos
defenderemos del terrorismo burgués no con la lucha de aparatos sino
con la consecución y fortalecimiento de la política revolucionaria.
Ello quiere decir
prácticamente que cada agresión, cada golpe que den ustedes, o
cualquier grupo represor de la burguesía a un compañero nuestro o a
un simpatizantes de nuestras ideas, significará, para quien lo haga,
un costó político, recibirá la respuesta políticamente a nivel
nacional e internacional. No estamos dispuestos a que en nosotros
aprendan a pegar a otros”
Super
reescribiendo la historia III: la máquina del tiempo
Esperamos que el/la
amable lector/a tolere que repitamos una cita del Nro 64 del GCI,
pero luego verá la importancia que tiene:
“Queremos
señalar un hecho que precipitó el fin de la colaboración
entre los compañeros de MCR, más próximos a nuestras posiciones, y
EO. Ello se produjo cuando estos, nuestros compañeros del MCR que
estaban difundiendo nuestros materiales, fueron atacados físicamente
por los trotskistas del MAS argentino. (...)
“El rechazo
compartido de la táctica de la Carta Abierta, que EO propugna,
conduce a estos compañeros a un rechazo de todo el trabajo común
con este grupo, así como con los militantes del MCR que seguían
la línea de EO. ” (pág 41, negrita nuestra)
Bien. Ya sabemos que
lo que precipitó la ruptura de MCR con EO fue la actitud pacifista,
etc, de EO cuando la agresión del MAS.
Como el GCI siempre
fue impune con sus manejos, mentiras y calumnias, como dijimos, se ha
relajado y en este número 64 se anima a decir cosas que en otra
oportunidad no las hubiera dicho, o inventa cosas total nadie se las
va a desmentir, sin tener la precaución de chequear posibles
contradicciones en sus dichos.
Pero aparte de ser
el núcleo internacional del proletariado revolucionario, parece que
los compañeros franceses que hablan de que en realidad el GCI es un
grupo intergaláctico tienen razón, pues el GCI posee la máquina
del tiempo:
Fecha del volante de
los docentes que EO reproduce, cuestionando al MAS, y es el que está
repartiendo el compañero agredido: julio de 1985 (observen el año)
Fecha de la
agresión: domingo 14 de julio de 1985
Fecha de los
volantes sacados por EO, cartas abiertas, etc: 17 de julio de 1985,
18 de julio de 1985
Fecha de la reunión
de Montevideo y fecha de la Propuesta Internacional firmada por EO y
MCR: febrero de 1986
Están tan
acostumbrados a mentir y son tantas las mentiras que no se tomaron el
trabajo de confrontar las fechas. Datan la precipitación de la
ruptura del MCR con EO para julio de 1985,
habría que preguntarse entonces quiénes estuvieron en la reunión
que da lugar a la PI en Montevideo, en Febrero de 1986
Sin
pudor para el autoelogio
Es común y normal
el autoelogio en la mayoría de las personas y grupos. Pero una
organización que se pretende el faro de las posturas
revolucionarias, debería ser un poco cauto en su marketing cuando
los propios datos que se dan ponen en entredicho lo afirmado.
Según nos
enteramos, en este número 64, el GCI nos cuenta:
“Por otra
parte, seguimos sorprendiéndonos de las repercusiones que tuvo y
tiene aún esa experiencia en la clase obrera, así como el terror
que tienen stalinistas y trotskistas de las banderas que levantara el
MCR. ” (pág 42)
Es bastante extraño
que un grupo político que tuvo dos años de vida, que tenía su
plataforma de unidad escrita en una sola página. Que sacó un único
ejemplar de un folleto titulado “El Proletario” con artículos
firmados individualmente que pueden verse en El Comunista N° 19 del
GCI y dos pequeñas mariposas cuestionando el parlamentarismo,
tuviera tanto impacto en la clase que hasta hoy en el 2014 es
recordado con terror por stalinistas y trotskistas.
Pero es el propio
GCI, en este 64, que resulta lapidario para el propio MCR:
(...)
la falta de «motricidad» en la organización y continuidad
revolucionaria, fue haciendo que ni siquiera actividades
tan importantes como la difusión de posiciones revolucionarias y
en particular de la revista Comunismo, de nuestro grupo, se asumiera
adecuadamente. En efecto,si bien Militancia asume, al principio, como
tarea fundamental difundir las tesis revolucionarias de nuestro grupo
y, la revista Comunismo, nunca dicha tarea se hace de forma
regular y consecuente.
Si
exceptuamos exactamente tres compañeros de Militancia, que al
menos en forma discontinua hicieron siempre un esfuerzo en ese
sentido (...) pág 40
Es
curioso que criticaran el informa de EO, muy benigno por cierto, a la
luz de los datos reales que aporta el único que conocía realmente a
MCR y que en su época siempre se dedicó a hacer un una “burbuja
revolucionaria” anticipándose a la burbuja inmobiliaria de EEUU
Todo
lo que estamos viendo nos permite ver la credibilidad que pueden
tener las afirmaciones e informes del GCI, que incluso miente y
desinforma a los integrantes de su comunidad de lucha ¡qué pueden
esperar los demás!
Reescribiendo
la historia IV
La
Propuesta “como propiedad y gestación de EO”
Con ese subtítulo
el GCI escribe una sección de su revista para decir que la PI en
realidad fue de ellos y que EO se la apropió porque “es
indispensable en el mundo del espectáculo, como en la mercancía en
general” y acusará una y otra vez a EO de buscar figuración
para “el conferencismo” y otras lindezas.
Si bien poco importa
hoy una propuesta que se hizo hace 28 años y no se concretó ¿o sí
importa?, lo interesante es ver el mecanismo que tiene el GCI para
desacreditar tanto a EO como a la propuesta misma.
Que a Montevideo esa
propuesta la lleva el GCI es una afirmación curiosa pues más
adelante criticando a EO dice: “Solo para poner un ejemplo
palpable de la formulación que llevara EO a la reunión de
Montevideo, y la que fuera al final aprobada,... ”
Es decir allí ellos
mismos deben reconocer que EO llevó su propuesta a la reunión de
Montevideo.
Por otro lado, que
luego el documento llevado por EO fuera modificado fruto de la
discusión es lógico, incluso en la misma PI se señala que la
propuesta en sí también está para discutir y si uno admite
discutir algo es porque también está dispuesto a modificar, a
acordar.
Incluso leemos en el
64 que el GCI planteó agregar a la propuesta la expresión de
la “comunidad de lucha” y que EO no estuvo de acuerdo y no salió
(pág 46).
Si hubiera sido una
propuesta del GCI, para justificar la ausencia de esa expresión
fundamental para el GCI, debería haber dicho que EO planteó
suprimir esa expresión ya escrita y que se aceptó. Sin embargo es
el GCI quien plantea agregarla....
Deben hacer ese
comentario pues hay algo claro, si la propuesta la hubiera hecho el
GCI ¿cómo es que no repetirían mil veces en la misma la expresión
“comunidad de lucha”?
También el GCI en
este mismo número 64 dice que
“Fue
aproximadamente un año antes de la reunión de Montevideo, cuando se
dieron los primeros contactos físicos entre el GCI y EO, que este
grupo lanzó su idea de hacer una revista internacional en la que
participarían diferentes grupos, bajo ciertos criterios a discutir
conjuntamente. ”
O sea ya EO venía
un año antes insistiendo en su propuesta. Y no que es invitado por
el GCI y MCR a sumarse a la de ellos, como se dice en el 64.
En cierta manera es
un poco ridículo perder tiempo y palabras en ese tema, aunque sus
motivos tendrá el GCI en poner el tema de la “propiedad”.
Es interesante
transcribir lo que dice EO, que no transcribe el GCI:
“no nos
consideramos propietarios de la (propuesta), ni hemos inventado nada
ni descubierto la pólvora al elaborar lo que hicimos. De hecho la
propuesta será de quienes la asuman e impulsen en su integridad”
...”que es históricamente elaborada una y otra vez, con distintas
formulaciones, por las vanguardias revolucionarias del proletariado.
Quién tomó el lápiz o la iniciativa primero la última vez, carece
de importancia”
Pero como en aquella
época el GCI la acusa de desvirtúa la PI, que no la entienden, EO
sigue diciéndole más o menos que si es es nuestra propuesta y la
que venimos haciendo nosotros hace tiempo, ¡cómo no la vamos a
entender!:
“Pero no
podemos contestar algunas críticas que nos hacen ustedes ni explicar
claramente los motivos de nuestros actos, sin ver un poco el origen.
-señala EO
“Casi un año
antes de esa reunión de Montevideo donde sale públicamente la
propuesta, exactamente el 16-04-85, le escribimos a los NLI – CIM
(que por ese momento se rebautizaban OCI) lo siguiente....”
y pasan a
transcribir la parte sustancial de la propuesta que dice lo mismo que
la PI que luego sale en Montevideo.
Ahora,
en 2014, el GCI cita a EO: “Él que sea la misma es fácil
de constatar comparando la carta citada (carta a Nuclei de un año
antes) con la propuesta finalmente aprobada»
y
el GCI responde a la afirmación de EO así: “no
tenemos los elementos para verificar esto, en todo caso nosotros,
en esa época, no tuvimos conocimiento de una carta que citan que,
por otra parte, no fue dirigida a nosotros sino al Nuclei de Italia”.
O sea no sólo ponen
en duda lo que dice EO sobre la existencia de dicha carta, sino que
afirman algo falso, pues sí podían verificarlo: en el primer
folleto que saca EO de respuestas, que obviamente el GCI recibe, hay
una respuesta de la Organización Comunista Internacionalista, es
decir, los Nuclei, que critica la propuesta de EO y comienza
así:
“Compañeros
Hemos recibido
vuestra “Propuesta Internacional” dirigida a los y las
partidarios de la revolución proletaria mundial, la cual nos parece
muy similar a aquella avanzada por Emancipación obrera tiempo atrás”
En fin, es medio una
tontería ver todo esto pero lamentablemente es adonde nos lleva el
tener que poner de manifiesto el proceder del GCI y sus
falsificaciones.
El
tema de la firma
Lo que resta del GCI
en el 2014 sigue con el tema de la firma de la propuesta. Dicen,
criticando a EO: “En todos los documentos que difunde EO desde
entonces, sólo firma EO y sólo pone una dirección: la de ellos. ”
Ahora bien. En la
propuesta en sí, vemos que la firman EO y MCR. Y sólo está al
dirección de EO porque MCR no pone ninguna, si como vimos ni entre
ellos se sabían las direcciones...
Pero por otro lado,
lo más importante de todo, si la propuesta es en realidad del
GCI ¿por qué no quiso firmarla? ¿Por qué no la firmó?
¿Por qué no dijo de poner su dirección? ¡Es algo tan fácil!.
Pero el CGI no
quería firmar esa propuesta. Pues no es su propuesta.
Incluso lo tienen
que reconocer indirectamente pues jamás, ni antes ni ahora, critican
a EO de no haber puesto la firma del CGI en el lanzamiento de la
propuesta. Sólo ahora, en el 2014, lo cuestionan por haber ocultado
la participación del GCI en aquella reunión.
Pregunta: ¿No es lo
lógico que si una organización realiza alguna propuesta la firme?
Es que el GCI, si
bien participó de la reunión donde se le dio la versión final a la
propuesta, no estuvo de acuerdo con firmarla, no quería que su
nombre apareciera, ni siquiera quería que se mencionara la
participación de ellos en la misma, como puede leerse en la
segunda entrega de la correspondencia y entonces nunca desmentido por
el GCI.
Sus motivos habrá
tenido. Tal vez porque ya se sentía parte al estar adentro de MCR. O
lo que es más probable aún: ¡Cómo el GCI, núcleo internacional
del proletariado revolucionario, va a firmar con un grupo que no se
le puede comparar en nada! Sería rebajarse. (Y con otro que en
realidad no existe como organización, según nos informan hoy).
Es más, en el 64
del 2014 criticarán a EO de haber ocultado la participación del GCI
en la reunión de Montevideo, cuando mirando la documentación de la
época está claro que ellos fueron los que dijeron que no querían
que se supiera su presencia en la reunión.
Tampoco hace
nada por publicarla. Es más, en el Nro 64, señalan que
“Cabe también recordar que los compañeros del GCI que
participaron en esa reunión, que (...) habían aclarado en esa
reunión que no difundirían dicho texto de inmediato.”
Lo hace después de
que EO la lanza al mundo y la PI tiene repercusión. Y en esa
reproducción, al lado de los nombres de EO y MCR pone “y
compañeros del GCI”, obviamente no del GCI, sólo
“compañeros de”, es decir ni siquiera allí asume la
propuesta como del GCI.
Es curioso el ataque
hoy a EO y a su actitud de llevar adelante la propuesta, pues
obviamente EO se comprometió a ello. Y es curioso si lo confrontamos
con lo que decía el propio GCI en aquella época, que desdice todo
lo afirmado hoy en el nro 64:
“Antes que nada
queremos decir que lejos de plantearnos un problema el hecho de que
los compañeros del Río de la Plata hayan asumido solos el
lanzamiento internacional de la propuesta nos llena de satisfacción
y nos reafirma en la confianza hacia ellos en cuanto a la seriedad
militante y el compromiso con lo asumido. Y reafirmamos que ello es
correcto a pesar de que nuestro grupo tenga desacuerdos con el
agregado efectuado en la reunión posterior (marzo del 86) en la
Argentina.
Hoy nos enteramos
por Emancipación Obrera que han perdido contacto con el MCR y que
suponen que dicho grupo ha tenido problemas y que tal vez se ha
desorganizado. Nosotros no tenemos contactos con ellos desde
principios del 86.
Frente a ello,
reiteramos nuestro apoyo a los que siguen adelante con el proyecto y
volvemos a insistir con el principio general de que estas tareas
centrales del proletariado internacional e internacionalista no
pueden bajo ningún pretexto supeditarse a los problemas que tengan
los militantes o grupos formales que toman la iniciativa y que
debemos forjar las bases que nos permitan actuar a pesar de la labor
represiva y desorganizativa de las fuerzas de nuestro enemigo
histórico. “ (pág 16 de Comunismo Nro 23)
Dicho sea al pasar,
si en el 64 cuestionan que EO responda a las respuestas como si la
propuesta fuera propia, en el número 23 de 1986 proponen:
Pensamos que lo
más adecuado es que en una primera instancia ese tipo de Comité sea
asumido integralmente por Emancipación Obrera, y creemos que aunque
en forma aún no explícita ya se procede de hecho de esta manera,
cuando
prácticamente será este único grupo que responderá oficialmente
en nombre de la Propuesta. Ya en el encuentro del Uruguay habíamos
manifestado que no tenía sentido que hubiera por ejemplo cuatro
respuestas diferentes (una de EO, otra de MCR, otra nuestra, otra de
algún otro compañero no integrante de esos grupos) ante quienes
manifiestan un interés práctico en la Propuesta. Creemos por lo
tanto que algunos compañeros de Emancipación Obrera asumirán de
hecho esta función y creemos de deben hacerlo conscientes de sus
implicaciones, es decir que ya no estarán respondiendo en forma
bilateral en nombre de su grupo, sino como secretariado o comité de
coordinación (y el nombre es lo de menos) de la Propuesta.
Al respecto, sobre
ese planteo del GCI modelo 1986 de comité manejado por EO, este le
responde:
“Tal como
plantean ustedes la creación inmediata de ese comité, significaría
en los hechos un salto al vacío, y por ello contradeciría el
espíritu de la propuesta, que tiende a un cambio real y profundo en
las relaciones entre los revolucionarios, potenciar fuerzas, trabajar
al menos en tendencia, mancomunadamente.
¿No les parece
que así se tapa la necesidad de acuerdos concretos sobre criterios,
formas de relacionarnos, de trabajar y discutir juntos en lo que hoy
es posible y necesario entre grupos que acuerden con la propuesta si
de inmediato, sin clarificar esas y otras cuestiones imprescindibles,
se nombra un Comité que se encargaría de tomar posiciones sobre
determinados hechos?” (el escrito sigue argumentando el
punto)
La
censura, característica y garantía de la “comunidad de lucha”
Luego de criticar la
concepción de EO como de partidarios de la “revista tribuna” lo
acusan de conferencismo, etc, diciendo que “EO hizo
absolutamente todo lo que quiso con la propuesta, cagándose de todo
lo acordado”
¿Y cuál es el
crimen principal de EO?
Lo dicen
indirectamente:
“no nos parece
muy interesante responder al conjunto de pasquines que hizo después
EO, bajo el título «respuesta a la Propuesta». Los mismos son
integralmente propios del mundo del pequeño medio
pseudorevolucionario,”
Es decir, EO cometió
el crimen de hacer un “pasquín”, un folleto, donde salen las
distintas respuestas recibidas hasta entonces a la PI y las
respuestas de EO a ellas.
Internet viene al
auxilio. En el primer fascículo salen publicadas las respuestas de
la CCI, de Internacionalismo de Venezuela, una carta de Ecuador, una
de la OCI italiana, otra carta de Suecia, una carta de la India de
Comunist Internationalist, un artículo de Acción Proletaria, y
respuestas y balance de EO.
Sólo en la segunda
entrega saldrá la respuesta de la GCI, junto a respuestas como la
del Bureau Internacionale por il P. Riviluzionario, de Fomento Obrero
Revolucionario (Alarme), de Communist Bulletin Group (Gran Bretaña),
Perpectiva Internacionalista (FECCI), El comunista del PCInt.
(España), carta de Commnunisme ou Civilisation, de Militantes de
Ecuador, de Wldcat (Inglaterra), de la RAIA (Bélgica) y una carta de
Costa Rica.
La desesperación
del GCI es entendible y también su principal motivo de ruptura con
EO y la PI: la mayoría de los grupos que odia y que consideran sus
enemigos están allí, empezando con el grupo del que surgen y
rompen, la Corriente Comunista Internacionalista.
EO ha traicionado la
propuesta. EO no debería haber publicado esas cartas. Debería
haberlas censurado pero no las censura por su posición pacifista y
socialdemócrata que rompe con “la comunidad de lucha”.
En su respuesta del
GCI a la PI en octubre de 1986 dicen:
“Partimos de la
base que la repugnancia contra la censura de Emancipación Obrera no
irá hasta el extremo de divulgar en sus medios de difusión
respuestas tan estimulantes como ésta, es decir a propagandear las
ideas de nuestro enemigo histórico. Por las dudas que quede claro
que para ello no cuentan con nosotros. ”
EO podría haberles
respondido con algo simple: “cumplimos lo que está en la
propuesta. Hicimos lo que se acordó en la reunión de Montevideo”.
Ni más ni menos.
En la PI que sale
publicada por el GCI en su número 23 y firmada por “Compañeros
del GCI, EO y MCR” se asume un compromiso:
“A todos
aquellos que nos escriban les garantizamos que recibirán una
copia de todas las respuestas recibidas. La organización
posterior de la correspondencia, discusiones, etc. ya formará parte
de quienes acuerden con ello y de la manera que acuerden entre sí. “
La pregunta es ¿por
qué el GCI acordó con esa frase y luego se queja de que se ponga en
práctica?
¿Quién es el que
no cumple con la PI?
En el primer folleto
con la primer tanda de respuestas, podemos leer que EO dice:
“En ella (la
PI) nos comprometimos a publicar todas las respuestas que
recibiéramos” “Este pequeño folleto reúne toda la
correspondencia recibida hasta ahora, mas las respuestas que damos
nosotros sobre cuestiones que plantean las cartas”
Y sin saber que un
cuarto de siglo después su actitud se pondría en tela de juicio sin
ya poder defenderse, argumentan:
“Para nada
consideramos que esta correspondencia que nos ha sido dirigida sea un
diálogo individual entre tal grupo que nos escribió y nosotros. Por
el contrario, no nos pertenece y estamos convencidos que las
opiniones futuras que se viertan sobre las concepciones y propuestas
(o ausencia de) subyacentes en las diversas respuestas que se den a
la problemática internacional serán aguardadas con interés, tanto
sea para avanzar en pasos prácticos como para constituir un
ingrediente más para conocernos mejor y comprobar hasta qué punto
estamos a la altura de las circunstancias o si simplemente seremos
anécdotas históricas de lo que puso ser u no fue, o, peor aún, si
se transita el camino de constituirse en novísimas variantes de la
izquierda nacionalista y socialdemócrata, enemigos en suma, del
proletariado revolucionario. Ahora sí, la correspondencia”
Señalemos que lo
que hace EO es poco frecuente y va contra la concepción de la
comunidad de lucha del GCI. EO publica todas las cartas
recibidas, sea de grupos, sea de personas, y eso a pesar de que
la mayoría de las cartas son en contra de la propuesta e incluso con
diversas criticas a EO.
En la misma PI, EO
había señalado que estaba en contra del bilateralismo y actúa en
coherencia con ello. Por eso rompe con la idea de que la
correspondencia recibida deba tratarse bilateralmente y lo trata
abiertamente. Jamás ha realizado eso el GCI con propuestas o
comunidades de lucha y cuestiona a EO que lo haga.
Para ellos la
clave de todo esta en la centralización, es decir, en los
hechos, el bilateralismo. De esa manera controla y censura todo. Sólo
ellos pueden tener una visión de la globalidad. Los demás
dependen de ese centro, de lo que informa y de lo que no informa.
Respecto al tema de
la acusación de que EO se oponía a la censura y era partidario de
la libertad burguesa, hablando de la futura revista y partiendo de un
acuerdo con los discriminantes expuestos en la PI, EO le responde:
“Nosotros somos
ardientes defensores de la dictadura socialista del proletariado,
pues entendemos que es necesario reprimir la libertad de quienes
defienden cualquier tipo de explotación, impedir toda libertad a los
que sabotean la revolución, PERO TAMBIEN PARA IMPONER LA MAS AMPLIA
LIBERATAD para el proletariado revolucionario, la más amplia
libertad para la lucha por la revolución proletaria mundial.
¿Ustedes no están de acuerdo con eso? ¿Lo consideran democratismo?
Ustedes presentan
nuestra propuesta y lo que afirmamos sobre la revista como un canto a
la libertad burguesa, de comercio, etc, a la libre expresión, PERO
NO ES ASI. Preocupados justamente por combatir la libertad burguesa y
a sus defensores, por reprimir a la burguesía y a la pequeña
burguesía, se podría terminar defendiendo (o ejerciendo) también
la represión al proletariado revolucionario, a los revolucionarios.
A todos ¿Y en nombre de qué? ¿Y quién es el que realiza esa
represión “revolucionaria”?
Aquí no estamos
bajo una dictadura del proletariado ni ningún grupo puede atribuirse
sin caer en la megalomanía (para decirlo suavemente) LA POSTURA, EL
PROGRAMA, LA ORGANIZACIÓN Y UNICO REPRESENTANTE DEL PROLETARIO
REVOLUCIONARIO. Por el contrario, estamos hablando de pequeños
grupos que con mayor o menor claridad se inscriben en una perspectiva
internacionalista proletarias (...)”
Otra
clave de la política del GCI:
Desmerecer
y atacar los compromisos militantes por una sociedad distinta si no
se ajustan a sus esquematismos.
Mientras los
militantes que luego formarían el GCI militaban en otras
organizaciones, algunas vinculadas a las política burguesa y pequeño
burguesa de liberación nacional, otras al trotskismo, la mayoría
probablemente dentro de la CCI, en Argentina un grupo que había
iniciado su vida bajo la dictadura cívico-militar de Onganía con la
consigna “Ni golpe ni elección, Revolución Socialista”, y
participado de numerosas luchas, que luego de caído el gobierno de
facto, había combatido al proyecto de “Argentina Potencia” del
peronismo de derecha, se encontró años después bajo una dictadura
genocida, terrible, en la cual no se podía hacer casi nada.
Nadie quería hablar
de política, nadie aceptaba en la mano un volante, el miedo era muy
grande, la represión también. Entonces, algunos militantes de los
mencionados piensan que una manera de sobrevivir y seguir en la
lucha es hacer una revista del tipo “underground”, dedicada a
temas culturales, generales, etc, para defender el materialismo
dialéctico, para intentar mantener viva la llama del
cuestionamiento, y utilizar temas científicos, históricos, de moda,
etc, para “meter” indirectamente la cuestión política. Lo hacen
por muchos años y en condiciones muy adversas. También luchan para
poner de manifiesto el carácter de clase de la condición de la
mujer y que es una lucha que no puede ser ignorada o dejada de lado.
Para cuestionar hoy
a EO el GCI cuestiona aquella experiencia y la tildan de
contrarrevolucionaria:
“Fue
aproximadamente un año antes de la reunión de Montevideo, cuando se
dieron los primeros contactos físicos entre el GCI y EO, que este
grupo lanzó su idea de hacer una revista internacional en la que
participarían diferentes grupos, bajo ciertos criterios a discutir
conjuntamente. Es necesario indicar que algunos militantes de EO
reivindicaban la trayectoria de la participación en revistas
culturales o/y científicas, en las que exponen sus teorías y que
incluso entonces participaban en diversas publicaciones tribunas
heterogéneas (feministas, científicistas, ideológicas...) en donde
existen sus ideas con posiciones totalmente contrarrevolucionarias. ”
(Pág 44)
Demás está decir
que no citan ninguna frase ni documento de esas “posiciones
totalmente contrarrevolucionarias”. Además, ¡es tan fácil hablar
desde Bélgica o Francia! contra los esfuerzos de luchadores en
épocas tan terribles!
Otras
acusaciones contra EO
Y por si todo lo
anterior fuera poco, pasan a acusar a EO de que hizo esa propuesta
porque quería plata, dinero, porque quería que lo financiaran
grupos europeos.
El GCI en el 64
describe características de muchos grupos como de becados, y que
“Centenares de organizaciones funcionan en base a ese esquema y
por supuesto cuanto más hocicantes son los «militantes del tercer
mundo» más reciben consciencia y dinero. ”
“Hoy pensamos,
que en EO la otra gran «originalidad», además de la «revista
tribuna», fue esa búsqueda de entrar en el mismo espectáculo
congresista, pero jugando el papel de hijo, de «tercer mundo», de
mantenido. Contrariamente a la práctica que habíamos tenido siempre
los compañeros de la comunidad de lucha en todas partes y la de los
grupos organizadores de la «reunión de Montevideo», EO pedirá a
los grupos europeos dinero constante y sonante para «sostener la
propuesta»... diciendo que la situación en Argentina es tan
diferente que no tienen «ni dinero para los sellos del correo» y la
apología exclusiva de las famosas «izquierdas comunistas» como
fenómeno estrictamente europeo e ignorado en Argentina.”
Y remiten a lo que
supuestamente decía algún miembro de MCR “EO lo que busca es
mucho espectáculo por eso «adula a las organizaciones europeas» y
actúa para «juntar guita para ellos». Y efectivamente
fue así”- reafirma hoy en 2014 la GCI (pág 51)
Por supuesto que no
está EO para defenderse de esas acusaciones. Pero suenan poco
creíbles teniendo en cuenta los años anteriores y posteriores de
militancia de esos compañeros y compañeras en condiciones adversas,
en total aislamiento. Puede ser cierto que EO pidiera alguna
colaboración para enviar las cartas y los materiales. ¿Acaso no
vende el GCI su número en papel a 4 dólares, cuando EO lo mandaba
gratis?
También es cierto
que las condiciones de Argentina de esos años eran dramáticas, con
una inflación que superaría el 2000%, con salarios reales que en
algunos meses eran de menos de 60 dólares.
En la misma PI
reproducida -y acordada- por el GCI puede leerse:
En este momento
no vemos condiciones para organizar una reunión genuinamente
internacional: el viajar hacia el extranjero para nosotros está
(económicamente) vedado. Un viaje de más de 8.000 kilómetros
equivale a más de quince sueldos mensuales. (Más de 20 si tomamos
el mínimo definido por el gobierno).
Pero la
documentación viene al auxilio y podemos hacernos la idea de cómo
concebía esto EO. Refiriéndose a MCR, en aquel informe cuestionado
por el GCI, luego de marcar la ausencia en el trabajo político
regular de militancia en la clase,
“en un primer
momento fue atribuido a posibilidades y fuerza, poca claridad, etc,
pero posteriormente cuando a mediados del 85 en Argentina hubo una
importante alza de las luchas obreras y se imponía una presencia en
ciertos conflictos, Militancia siguió con sus reuniones sin
concurrir a los mismos, si siquiera a ir enterarse de lo que
realmente pasaba (....) Ellos no demuestran mayor preocupación por
enfrentar los problemas de aparato y financiero que la militancia
presupone. Creyendo nosotros que eran errores (en parte atribuibles
a ser un grupo en formación) corregibles con la discusión que
damos, facilitamos a Militancia una máquina de escribir (pues no
tienen ninguna) y un mimeógrafo de los fabricados por nosotros
como para que la falta de medios de impresión no sea justificativo
como para no hacer un volantes que la práctica en la lucha de clases
requieres. Pero....(...)”
No parece ser la
conducta de un grupo que anda atrás del dinero...
No obstante aquí
hay otra cuestión que forma parte de la política liquidacionista,
anti solidaria y anti compañera de la GCI.
Cualquier obrero que
se ha reunido con otros para sacar un volante y más aún, para
formar un grupo clasista, sabe que hay un obstáculo muy grave,
además del tema de la seguridad o de la propia debilidad política y
en fuerza del grupo: los recursos económicos. Ocurre en cualquier
país del mundo, empezando por EEUU. Inténtese llegar en aquella
época sin internet a obreros de una fábrica chica de 3000 obreros
con un volante. Ni hablemos a más fábricas o a trabajadores de
empresas grandes. Y menos aún si es algún trabajo sistemático y
permanente.
Y es más grave aún
cuando esto ocurre en países cuyos salarios reales son muy bajos o
en los períodos de crisis donde el poder adquisitivo no alcanza ni
siquiera para poder satisfacer las mínimas necesidades, y peor aún
cuando la desocupación crece. No por nada se dan en el mundo los
grandes movimientos migratorios, de gente que se va de un país para
buscar aunque sea trabajo en otro.
También es conocido
la frecuencia de los casos en que quien esté en un país donde en
dólares el salario es un poco más alto, destine alguna parte de su
ingreso, aún cuando sea bajo, a mandárselo a la familia. O también
como gesto de compromiso, solidaridad y compañerismo, mandárselo al
grupo que queda en el país de origen luchando, grupo al cual
pertenecía o simpatizaba.
Son muchos los
testimonios de personas que viviendo en Europa, cobrando tal vez
menos de 800 dólares, juntan algo, o hacen una colecta, como para
mandárselo a los grupos que simpatizan.
El GCI con esas
afirmaciones contra EO no está atacando a EO, pues es una
organización que no existe más. Está atacando la solidaridad y
compañerismo que puedan presentarse hoy o mañana. Está
atacando que compañeros y compañeras que quieran colaborar de
alguna forma con algún grupo (o lo hayan hecho) dejen de hacerlo
bajo la sospecha del uso que pueda darse ese dinero.
Pero además,
también ataca a los grupos que están en formación o se quieren
formar de preocuparse por la cuestión de financiamiento.
No es casualidad que
en las 60 páginas dedicadas a la comunidad de lucha y al partido, la
única vez que se menciona el tema económico, de búsqueda de apoyo
económico, sea para atacarlo.
Cualquier grupo que
se precie de luchar contra el capitalismo y tener una continuidad,
junto a las cuestiones fundamentales que hacen a su definición
política deben enfrentar la cuestión económica: plata para hacer
volantes, periódicos y revistas, para distribuir, máquinas para
imprimirlos si está en un país o momento que es difícil o
imposible mandar a imprimir, o para bajar costos de impresión;
lugares para reunirse, plata para viajes, etc.
Por supuesto que si
son nenes de mamá que se dedican a la política o por x motivos no
tiene problemas para esas cuestiones pueden subestimarlas. O cuando
se dedican a ser meros comentaristas políticos en pequeñas e
irregulares publicaciones de tiraje limitado. Pero el GCI hace algo
peor que subestimarlas: descalifica a quienes buscan resolverlo.
En este caso, según
los dichos del GCI, EO pedía colaboración a los grupos europeos
para poder mandar la correspondencia, para la impresión de los
materiales que mandaba, o para “sostener la propuesta” como
afirma el GCI. Por supuesto, nos aclara, el GCI no mandó nunca nada
de plata. También en algún lugar señala que esto lo afirma de
oídas, es decir, hace puterío y trata de predisponer, no sólo
contra la historia de EO sino contra lo que puedan intentar hacer
otros grupos hoy o mañana.
Resulta poco creíble
que los grupos que pueden haberle mandado plata a EO lo hicieran para
“sostener la propuesta” o para tenerlo de hijo, dado que la
mayoría de ellos por H o por B rechaza la propuesta. Y el tenor de
los intercambios documentados no parece que EO se ponga en un papel
de obsecuente aceptando las cosas para conseguir plata.
Pero lo que sí debe
haber pasado, es que algunos de aquellas organizaciones grupos,
comprometidos realmente -y no de palabra- con el internacionalismo
proletario, viendo que algún grupo que efectivamente, aún con
contradicciones o debilidades, militaba contra el capital en un país
x, y que se encontrasen por situaciones particulares ahogados o muy
trabados por lo económico para tener presencia en la clase con
volantes, etc, haya mandando plata a EO y a otros grupos. La historia
de nuestra clase está lleno de ejemplos de solidaridad, de
abnegación, de compañerismo, juntando plata para mantener una
huelga, para sostener un compañero despedido por ella, para sacar
volantes, para sostener la publicación de una organización o
colaborar con organizaciones más pequeñas y débiles política y
organizativamente.
El GCI no ataca la
memoria de EO, ataca a los que tienen esos gestos de
internacionalismo proletario y a los grupos que se plantean enfrentar
la cuestión económica.
Pero, encontrando
lógico y real que algunos mandaran colaboraciones ¿mandaban el oro
de Moscú para que algunos militantes puedan pasar la vida de bacanes
y ser “militantes profesionales”, es decir, rentados, viajando
por distintos lugares del mundo, o dedicándose a la gran teoría?.
No parece ser que ningunos de los grupos que están en la IC tengan
el oro de Moscú, y si mandaron algo, lo hicieron a costa de gran
sacrificio y esfuerzo, y cifras pequeñas que para los que están con
un salario muy bajo en dólares, eran bocanadas de oxígeno para
comprar papel, tinta y demás.
Es muy lamentable
que el GCI se dedique a basurear esas actitudes solidarias de
compañeros y compañeras que en algún momento mandaron algo de
plata; y basurear esas actitudes militantes de compañeras y
compañeras en situaciones adversas no cejaban y luchaban contra el
capitalismo por la revolución proletaria y se encontraban en la
incómoda situación de pedirles colaboración para poder enviarles
sus materiales por correo.
Más que
liquidacionista, la conducta de la GCI en este caso es
la de gente miserable.
Por otro lado, como
dijimos antes, el GCI miente y calumnia porque se considera impune.
Así
como jamás prueba o documenta ninguna acusación, también considera
que nadie le saldrá a desmentir y sus calumnias quedarán instaladas
como verdad.
Pero de nuevo lo que
queda del CGI se olvida que en estos 25 años ha habido grandes
cambios tecnológicos y hay algo que se llama digitalización de
documentos. Y se olvida que en estos 25 años, aprovechando estos
cambios tecnológicos, algunas personas comprometidas con la historia
de nuestra clase han considerado valioso no dejar que se pierdan las
historias de la lucha de nuestra clase y los esfuerzos militantes. Y
así, rastreando, en España hay un registro de un documento: una
carta enviada por EO a un grupo español donde justamente se plantea
el tema económico y el envío de 40 dólares.
Dicha carta, que
puede leerse completa en el Anexo que incluimos comienza así:
“Argentina, 25
de agosto de 1989
Estimada
compañera y compañero:
Los otros días,
cuando recibimos los U$S 40,-, nos sentimos “tocados” por su
compañerismo, porque si bien sabemos que la cifra no era importante,
sí sabemos lo que les cuesta a ustedes conseguirla, más teniendo en
cuenta que nos habían hecho otros envíos.
El tema motivó
una polémica en la O. donde algunos propusieron escribirles
diciéndoles que no envían más plata ya que sabemos lo que les
cuesta a ustedes, más teniendo en cuenta que están solos y que hay
una gran actividad y responsabilidad de ustedes por delante.
Resultado de esa polémica concluimos lo siguiente: (...)
Quien quiera saber
qué concluye EO la carta puede hacerlo leyendola en el anexo. Y por
supuesto sacar sus conclusiones.
Dicho sea de paso,
es documentando como se discute, se fundamenta y eventualmente así
se critica o acusa.
La
¿mentira? de EO sobre su desconocimiento de la Izquierda Comunista
Para demostrar esta
conducta de hacer circo para conseguir plata, el GCI señala que la
declaración de EO de que antes no conocía a la IC era una cuestión
mentirosa (pág 51) “para encandilar el medio pseudo
revolucionario” y que esa afirmación “no era más que
teatro, que espectáculo”
“Todos los
documentos posteriores con los que EO se presentará en el medio
conferencialista, así como los editados como «respuestas a la
propuesta» y todo lo que circulará entre EO y Europa llevará ese
tipo «desconcertante» y triste afirmación de que «en Argentina
estábamos en pañales» , que «no conocíamos lo que se llamaba
izquierda comunista», etc. La consolidación de la relación de
paternidad y de demanda de «aportar la consciencia» por parte de
los Europeos a los «pobres e ignorantes latinoamericanos», no puede
ser más abierta y descarada.” (pág 51)
“¿Porqué otra
razón entonces EO podía jugar a su ignorancia y escribirle a «sus
padres» que el fenómeno de las «izquierdas comunistas», puestos
como sinónimo de verdaderas rupturas con el «marxismo leninismo»
era desconocido en Argentina?”, se
pregunta el GCI y nos alecciona: para hacer espectáculo, ponerse en
lugar de hijo, recibir plata y “negar al GCI y al MCR en
sus afirmaciones programáticas (...)”
(pág 52)
De lo que puede
leerse al respecto en materiales de EO es que afirmaron de se
enteraron de la historia y los materiales de la IC luego -y en cierta
medida gracias- a la guerra de Malvinas, y que habían llegaron a las
posiciones que tuvieron sin conocerla, defendiendo sus elaboraciones
y posiciones políticas alcanzadas sin la IC.
No parece mucho la
conducta de un hijo que busca reconocer la paternidad o la
dependencia al eurocentrismo como la acusa el GCI y si un cierto
orgullo de haber llegado a donde llegaron por sus propios medios.
Para confirmar que
EO no desconocían lo de la IC ponen como demostración que sí la
conocían porque ellos, el GCI, vendía una revista en una librería
de Buenos Aires (“ «Comunismo» existía desde muchos años
antes y se vendía en las principales librerías de Buenos Aires.”).
Y aquí se muestra
más evidentemente la megalomanía del GCI. Dejando de lado que
Argentina es mucho más grande que Buenos Aires, pongamos que de 300
librerías que como mínimo debería tener Buenos Aires, la revista
del GCI estuviera en 10, las principales.
Se supone que la
gente de EO visitó esas librerías -que tienen miles de volúmenes y
venden cientos de revistas- y encontró la revista de la GCI. Pero
¿sirven esas revistas del GCI para apropiarse -o conocer- la
historia y las posiciones de la izquierda comunista, en particular la
italiana pero también otras? ¿Estaban en la revista “Estructura
económica y social de la Rusia actual” de 742 páginas?
¿Publicaron las tesis de Livorno, de 1921? ¿Las de Lyon en 1926? y
tantos otros documentos de la izquierda comunista italiana y alemana?
¿Acaso esas
revistas eran la síntesis de todas ellas y con leer la revista
“Comunismo” uno ya estaba al tanto de todas las posturas de la
IC, lo que servía y lo que no servía, todo predigerido por el
centro del GCI?
Presumir de que
porque mandaran algunas revistas a algunas librerías de Buenos Aires
eso ya demostraba que EO conocía a la Izquierda Comunista forma
parte de la manera de “demostrar” del GCI.
Pero
hay algo mucho más simple por lo cual todo lo antedicho era
innecesario pero sólo fue puesto para mostrar lo ridículos que
pueden ser. Y es una cuestión matemática: Las posturas de
EO las tenían antes varios años antes de existir el GCI y por ende
antes de que el GCI mandara algunos números de su revista a Buenos
Aires...
“Un
fantasma recorre Europa, el fantasma de EO”
Finalmente la
diatriba 2014 contra EO termina por acusar a EO de liquidacionista
con respecto a un grupo: FOR (Fomento Obrero Revolucionario)
“La llegada de
la propuesta, versión EO, a Europa causó un fuerte efecto nefasto
en el FOR” pág 53.
También dicen que
en el FOR hubo una discusión de si ayudar a EO para el envío de la
correspondencia. “Independientemente de lo que podamos pensar
tantos años después, ese elemento suscitó una polémica al
interior de FOR que condujo a la escisión y en última
instancia a la liquidación de esa organización” (pág
53)
Y por si fueran poco
los desastres que ocasionó EO, esto también afecto al GCI:
“Con todas esas
mierdas espectaculares, el conferencismo ganó una batalla logrando
liquidar lo que había sido la práctica organizativa del FOR, pero
también queremos subrayar que toda esa práctica espectacular fue
igualmente liquidacionista de nuestra práctica y lucha por la
comunidad de lucha.” (p53)
Pero como suele
ocurrir, mientras que el GCI simplemente lanza acusaciones a diestra
y siniestra (a EO y a otros), coherente con su práctica política
petardista, existen documentos, existe digitalización de documentos,
y no es difícil encontrar al menos en España documentación de la
época.
“Varios
militantes del FOR, entre los cuales algunos son los más antiguos de
la organización e incluso los iniciadores de “Alarme” en
Francia, han decidido romper orgánicamente con esta organización.
Nuestra decisión, totalmente reflexionada, no está inducida por el
capricho de crear algo nuevo y somos muy concientes del
debilitamiento momentáneo que representa tal desenlace para las
tareas práctica de defensa de las posiciones revolucionarias en el
seno de nuestra clase, el proletariado”
Así empieza el
Documento de RUPTURA CON EL FOR, fechado en Paris-Barcelona, julio
del 88 donde da cuenta los motivos por el cual ellos, y previamente
otros, abandonan el FOR y que tiene que ver con problemas políticos
y organizativos en su organización, concretamente con manejos dentro
de FOR (expulsiones, prohibiciones de discusiones internas etc.).
El GCI, con esas
falsas acusaciones, en realidad lo que hace es desmerecer el esfuerzo
de esos compañeros del FOR por mantener sus posiciones políticas en
coherencia.
Como siempre, hay
que discutir con los hechos en la mano, y no inventarlos a su antojo
o distorsionar la verdad pensando que total nadie podrá salir a
desmentirlo.
Señalemos como al
pasar que al principio de las conclusiones del documento de ruptura
con el FOR se señala:
“Los militantes
expulsados por un lado y los que han roto por el otro lado han
decidido, tras varias discusiones sobre todo lo que hubiera debido
ser tratado en el FOR, de continuar su actividad militante en forma
organizada sobre las mismas bases políticas que los unía
anteriormente.
Seguiremos
estando dispuestos a discutir públicamente cuanto exponemos, con
cualquier grupo e individuos cuya actividad práctica y teórica
muestre su apego a la revolución. Pero desdeñaremos aquellos en que
el diletantismo domina, mal que pretendan acogerse totalmente o en
parte a nuestras ideas. Considerando, hasta prueba del contrario, que
los nuevos grupos que han aparecido en América Latina, México, la
India, etc, no forman parte del mundo del diletantismo, estamos
dispuestos a establecer, en la medida de nuestras fuerzas y de
nuestras prioridades, una discusión fraternal sobre todos los puntos
divergentes que puedan existir.
En cuanto a los
grupos más antiguos, CCI, GCI, PCI (bordiguista, Battaglia,
etc, nuestra actitud será la misma que anteriormente. Rechazamos los
eternos debates que se muerden la cola y que sólo sirven, con buena
o mala voluntad, para justificar las existencias de cada uno. Los
rechazamos más aún cuando la deformación de las posiciones de los
demás grupos se erige en principio, con todos los calificativos
picantes injustificados e injustificables que la acompaña”
Más claro echarle
agua....
Palabras
finales
Para usted, estimado
lector, estimada lectora, si ha llegado hasta aquí en la lectura,
sabe que ha tenido que recurrir a una gran dosis de paciencia para no
abandonar el texto. ¡Imagínense lo que nos ha costado escribir todo
esto, en vez de seguir los impulsos de abandonar la escritura
pensando en la inutilidad posible de nuestro propio texto!
Pero si hemos
seguido hasta el final, incluso con la cansadora tarea de rastrear
documentos de la época, telefonear o escribir a personas que
posiblemente podían tener algún material que nos sirviera
contextualizar las afirmaciones del GCI, fue por lo mismo que
rápidamente algunas de esas personas nos ayudaron a buscar a otras
personas con posibilidad de documentar estas cuestiones: el
cansancio de antes o de ahora con los manejos del GCI.
Algún día había
que poner en evidencia las prácticas destructivas que ha tenido y
tiene el GCI para con militantes, incluso propios, y grupos que
emergen en el concierto de la lucha de clases, o para desvirtuar las
propias ideas de la Izquierda Comunista, de Internacionalismo y del
Clasismo Revolucionario. Y desprestigiarlos, en suma.
Es cierto que muchas
veces entre los grupos más importantes que se referencian de la IC
se han realizado acusaciones cruzadas e incluso con críticas a
posturas liquidacionistas o contrarrevolucionarias del GCI, pero ello
generalmente se dan en el marco de ese “morderse la cola” que
hablaban los compañeros y compañeras que rompen con el FOR y por
ende son críticas que aún cuando fueran correctas, suelen darse en
contextos de tergiversación de posiciones, puterío, o el tire y
afloje para disputarse algunos contactos o la influencia con respecto
a algún grupo.
Hicimos el esfuerzo
de no caer en ello y por respaldar documentalmente lo que afirmamos.
Eso nos obligó a reproducir frases textuales y a adjuntar a este
escrito documentación para la consulta, lo que lo hizo más largo.
Cualquier
documentación extra o duda que se tenga, estamos a su disposición
en nuestra casilla de correo electrónica.
No hemos abordado en
este trabajo en otra parte importante para de su política
liquidadora: sus políticas generales, sus posicionamientos concretos
en la coyuntura. Hubiéramos que tenido que escribir un libro.
Ocurre que en
ninguna de las luchas que se dan en nuestra clase, o en sectores de
la sociedad contra los efectos desastrosos del capitalismo sobre la
vida de las personas, animales y ambiente aparecen posturas puras y
completas que respondan a la revolución proletaria mundial. En la
mayoría de los casos si siquiera se plantean cambios
revolucionarios, aunque sean mal definidos. Son básicamente luchas
de resistencia, de reacción a lo que sufren, de defensa a los
ataques que reciben.
Y en esas luchas
muchas veces se dan formas organizativas como cuerpos de delegados,
comités o buscan hacer reuniones para ampliarlas y romper el
aislamiento, o simplemente se oponen a un patrón, no a la clase
capitalista, o a un gobierno, y no al estado burgués.
Así el GCI, en vez
de participar en ellas tratando de que se profundicen, de que
enfoquen bien las miras, de acompañarlas con propuestas y consignas
superadoras, la mayoría de las veces que habla de ellas (pues rara
vez se los encontrará en ellas), denostará con contra de muchos
movimientos reales, en contra de esfuerzos militantes de resistencia
y lucha contra el capital, o de organizarse por fuera de las
organizaciones tradicionales cuando estas no respondan a sus esquemas
políticos o sus intereses inmediatos de presentarse como los únicos
que la tienen clara.
Es cierto que no
tienen ninguna posibilidad de hacer daño en los movimientos reales,
pues el GCI no tiene ni influencia ni presencia en ellos, cuanto más
hacen periodismo barato y superficial, pero eso sí, con gran
contenido petardista verbal.
Pero sí hacen daño
en las pequeñas minorías que pueden acceder a sus materiales porque
lo encuentran casualmente por internet o porque buscan ese tipo de
contacto. No tanto por la influencia que puedan tener esos materiales
sobre la gente, sino por el rechazo que suelen producir sus
desplantes, la agresividad del vocabulario que en realidad esconde su
política de obstaculizar todo esfuerzo por alcanzar la independencia
de clase. Y dado que al mimos tiempo se reivindican de la IC el
rechazo se extiende a la IC. Es una manera también de producir
rechazo contra la Izquierda Comunista. Porque, se dicen, si eso es la
IC...
Demás está decir
que quienes compren y reproduzcan el discurso del GCI terminarán
dañados y les será muy difícil luego salir sin un alto costo costo
de ese espíritu de secta y de descuelgue con los movimientos reales.
Una última
aclaración y agradecimiento.
Este
escrito no hubiera sido posible sin la colaboración de un ex
militante de la CCI de España, de un ex militante del CGI de Francia
(y de personas que ellos contactaron a su vez), de militantes
anónimos que se han dedicado a escanear documentos viejos de
diversas partes del mundo y lo cuelgan en sitios específicos o los
publican en blogs, en particular el sitio
viejoarchivista.blogspot.com dedicado a documentos de EO, cuyos
responsables, a nuestro pedido, nos han facilitado de muy buena gana
materiales que no están publicados en su sitio y que nos permitieron
hacernos una composición de lugar.
Señalemos que un
contacto que logramos hacer, al enterarse por nosotros del Nro 64 del
GCI, manifestó que “A EO se lo puede criticar o desacordar en
muchas cosas. Pero no era necesario para hacerlo mentir tan
alevosamente”. También nos informó de que alguno de los que
tuvieron la oportunidad de conocer personalmente a gente que vino a
visitarlos a Argentina del GCI, CCI y del PCI, ha fallecido.
Y nos aportó datos
que sin su participación no nos hubiéramos dado cuenta, como lo de
la fecha de la agresión del MAS, que según el GCI precipita la
ruptura del MCR con EO, es en realidad anterior a la PI, lo que pone
aún más en evidencia sus manejos y política de desinformación.
Quedamos a
disposición de quien necesite mayor información o precisiones.
Nota final:
Destaquemos que
tanto las concepciones del GCI como las diatribas contra EO, etc no
son escritas por el GCI, sino que son del proletariado, expresan la
lucha del proletariado. Así nos lo señala la nota del comité
redactor del GCI:
“Si nuestros
artículos no aparecen firmados individualmente es para remarcar
–contrariamente a la promoción de las personalidades propia de la
burguesía– que son el resultado de un trabajo colectivo o,
mejor dicho, la expresión de una clase que vive, que lucha para
destruir su propia condición de asalariada y así todas las clases
sociales y toda explotación. ” La redacción
Obviamente que la
modestia no es su fuerte...
Nota final:
Se agradecerá si
este texto es reproducido y divulgado.
En el sitio
www.endefensadelip.blogspot.com
pueden encontrarse los anexos citados en este documento, así como la
versión web de este texto.
Contacto:
endefensadelip@gmail.com
Respecto a la firma de este documento
Podríamos haber
puesto el nombre de un grupo real o ficticio, o firmado con un par de
nombres que obviamente nunca serán los reales por normas mínimas de
seguridad. Pero si el GCI puede decir que “Si nuestros
artículos no aparecen firmados individualmente es para remarcar
–contrariamente a la promoción de las personalidades propia de la
burguesía– que son la expresión
de una clase que vive, que lucha”, nosotros, más
modestos, diremos que nuestro texto es la expresión de
militantes que están cansados desde hace años con los manejos del
GCI, internos y externos, y su Nro 64 ha sido la gota que rebalsó el
vaso.
Si alguien quiere
más datos puede escribirnos.
Y adelantándonos
frente a posibles descalificaciones que pueda hacer el GCI sobre el
origen del texto, para evadir lo que realmente se dice y prueba en
él, señalemos que el centro del GCI sabe perfectamente quienes
somos nosotros.
AGREGADO POSTERIOR
A LA EDICIÓN DE ESTE DOCUMENTO
La ventaja que tiene
el medio digital es que permite hacer modificaciones y ampliaciones sin
costo económico. Aprovechamos
entonces para hacer este
agregado con algunos
comentarios y críticas
que recibimos
ni bien salió el escrito.
1) No exagerar
sobre la Izquierda Comunista
En
pág 3 escribimos:
“Si hay algo que caracterizó a los revolucionarios de otrora,
fue dar siempre el debate, la polémica, sin recurrir a las
falsedades, a cambiar la posición del otro para luego rebatirla, a
la calumnia. En cualquier escrito de aquella rica historia, se
encontrará la rigurosidad de la cita, la referencia comprobable, así
como también la conducta de apoyar y estimular a los movimientos
contra el capital, en defensa del internacionalismo proletario”.
Un
compañero nos escribe diciéndonos que no que siempre fue así. Y
que también en el pasado hubo aspectos negativos. Que no hay que
exagerar ni mitificar un pasado que tuvo también aspectos
negativos. Al respecto pone como ejemplo la polémica Gorter con
Lenin. por ambas partes, “aunque
reconociendo que ambos militantes y ambos proletariados estaban
en condiciones muy difíciles y complicadas, incluso en cuanto a
la información precisa de lo que sostenían y hacían los
otros".
Vale
la observación. No hay que idealizar la historia
2)
Faltó el enlace al número 64 de “Comunismo”:
Nos
dicen: “Hubiera estado bien poner la web del GCI y que la
gente pueda leer ahí todo el empacho de mierdadas... por si hay
alguien que le interese y las aguante”.
Vale,
se nos pasó: Va: http://gci-icg.org/spanish/index_spanish.html
Y el
Nro 64: http://gci-icg.org/spanish/comunismo64.pdf
3) No exagerar II
Respecto
a lo que decimos en pág 5:
“Si alguna vez alguna persona de esos grupos llegara a leer este
debería hacerse una pregunta simple: ¿Tuvo relaciones sistemáticas
y continuas con otros grupos de esa “comunidad de lucha”? ¿Se
veían o discutían entre sí?: para nada”
Nos
dicen: “El “para nada” es una afirmación demasiado tajante.
Vale para el caso que están tratando y muchos otros, pero puede
existir algún caso en que realmente se haya dado el debate y el
“para nada” puede terminar desmereciendo lo que están diciendo”.
Es
cierto, es una afirmación que uno no puede probar pues no conoce el
100% de todas las historias,
Hay
que sacar el para nada y dejar las preguntas.
4) Sobre la comunidad
de lucha.
Nos
dicen:
“Lo
esencial a nivel de método y posiciones es demostrar que su
“comunidad de lucha es un subterfugio para no defender clara y
rotundamente el partido y su papel dirigente. Lo que hay que
evidenciar es que la lógica de una comunidad de lucha implica
disolver el partidismo, la delimitación teórica, liquidar la
lucha teórica, en aras del activismo (nos juntamos para la
acción,..que puede ser redactar y distribuir en prensa y
revistas, y-o en calles y plazas, o centros de trabajo, por
ejemplo una hoja)”
“Para la ICI un militante ha de estar formado para saber qué
hacer sin el partido, por la validez y la solidez de su programa,
su teoría, y su método, y por haberlo practicado anteriormente, e
educándose en ello. El partido es un potenciador de todo eso, no
un órgano burocrático de centralización. La centralización es
necesaria frente a un enemigo como el que tenemos y para
desarrollar eficacia y agilidad, y evitar al máximo el ojo y la
mano de la represión .
Par
el modelo GCI es algo semejante al CC estalinista ..pero con
otro nombre y aparentemente con otras funciones... y muchas
veces en efecto lo es, pero no por ser mejores, sino por ser
unos completos oportunistas: no presionar a nadie para
cohesionarse, para que así la organización o la famosa “
comunidad d e lucha” no estalle y se disocien jirones que dejan
al grupo central quedar mal... Por eso y por que además le dan
cariz super valioso a cualquier círculo aunque sospechen, o
peor aún, sepan, que es incapaz de mantener discusiones
rigurosas y desarrolladas con otros, porque les han camuflado
su inmadurez con un sustitutivo de presunta “calidad revolª”.
Eso lo han hecho siempre.”
Admitimos
que nuestro escrito no abarca todo ni mucho menos. Si amerita, habrá
que sacar una segunda parte. O en todo caso reproducir aportes más
elaborados que se hagan sobre esos temas.
5) Nos critican:
“En el texto vuestro hubiera venido bien meter una critica
general de sus principales posiciones y coartadas, y contrastarlas
con el materialismo histórico y el recuerdo de la historia de
la lucha de clases”
Es
cierto, pero hubiéramos tenido que escribir un libro, no obstante
hay un texto de tiempo atrás de otros compañeros que hace algo de
eso y puede leerse
6) Sobre las
referencias a citas:
Respecto a la cita de proletariatuniversel.blogspot.com nos
parece que poner una referencia así en el texto pueda dar a
entenderse que se está de acuerdo con el sitio y dicho sitio no se
caracteriza por la coherencia política con la IC
Nos
pareció llamativa la manera de expresarse en esa cita que
transcribimos, pues describe muy bien las incoherencias del GCI,
hasta de manera graciosa. Ello no implica abrir juicio sobre el sitio
ni sus posiciones o reivindicarlo. Es una cita no más que uno
encuentra en internet y como tal debe tomarse, con pinzas pero que
coincide con las múltiples posiciones contradictorias del GCI sobre
muchos temas.
7)
Nos critican:
“En varias ocasiones aparecen frases con este estilo:
“Si bien poco importa hoy una propuesta que se hizo hace 28 años
y no se concretó ¿o sí importa?,”
Hay que ser mas taxativos: importa o no importa,.... pero no
dejar las cosas así. Si la propuesta de hace 28 años no se
pudo concretar IMPORTA y mucho, porque es un esfuerzo generoso
pero fallido, que EXPRESA ALGO negativo SOCIAL Y POLITICO: la
extrema debilidad del movimiento ctª, de la respuestas
proletarias ante la explotación,los efectos del cáncer de la
sectarización y el egocentrismo entre los grupos organizados que
existen... fundamentalmente. Claro que importa, es sangrante!! ”
Valoramos la opinión del compañero por eso la reproducimos. Pero no
quisimos entrar en el debate de aquella propuesta en sí ni las
distintas respuestas que la misma recibió porque no hacía a la
esencia del texto.