martes, 27 de enero de 2015

En defensa del Internacionalismo Proletario y de la tradición de la Izquierda Comunista

Sobre las funciones liquidacionistas del 
Grupo Comunista Internacionalista (GCI - Bélgica - Francia)

febrero de 2015

Introducción

En estas últimas décadas hemos asistido a gestos, manejos y actitudes políticas, que dicen responder al marxismo y a la Izquierda Comunista, pero en realidad están en sus antípodas.

Si hay algo que caracterizó a los revolucionarios de otrora, fue dar siempre el debate, la polémica, sin recurrir a las falsedades, a cambiar la posición del otro para luego rebatirla, a la calumnia. En cualquier escrito de aquella rica historia, se encontrará la rigurosidad de la cita, la referencia comprobable, así como también la conducta de apoyar y estimular a los movimientos contra el capital, en defensa del internacionalismo proletario.

Por el contrario, cada tanto solemos asistir a actitudes típicamente provocadoras y hasta liquidacionistas: la calumnia, la agresión por la agresión misma, la descalificación sin ningún tipo de argumentación, y generalmente tergiversando las posiciones del contendiente de turno.

Ninguno de nosotros está exceptuado de tener actitudes sectarias, de no chicanear de vez en cuando, o de criticar a veces sin muchas argumentaciones o equivocadamente. Pero no son lo mismo actitudes aisladas que cuando ellas se vuelven una política sistemática y una organización se dedica a ello. No es lo mismo hacer una crítica superficial, que difamar y descalificar mintiendo, reinventando una historia para ajustarla a sus intereses, y todo ello realizado en nombre del proletariado o del verdadero “Núcleo Internacionalista de Centralización Proletaria”

A la Izquierda Comunista se la atacó de muchas formas. Se la calumnió y tergiversaron sus posiciones para criticarla. Se la reprimió. Pero lo que nunca antes había pasado, que sepamos, es que una organización que se reclame como parte de esa historia, desde adentro, contribuya a liquidar expresiones de internacionalismo proletario, a agredir sin ton ni son a diestra y siniestra en nombre de la IC, y por ende, difamarla, dando una falsa imagen de ella, de su historia, de su metodología.
 PDF de En Defensa del Internacionalismo Proletario Nro 1

No fue fácil salir de la crítica superficial y no documentada para probar lo que vamos a afirmar, para evitar las acostumbradas riñas y diatribas entre grupos que nada tienen que ven con las discusiones y análisis que necesitamos. Pero el tema es grave e importante, especialmente porque permanece oculto: las funciones liquidacionistas de Grupo Comunista Internacionalista (GCI – Bélgica-Francia) y el papel que juega en ello, la piedra angular de sus manejos, lo que ellos llaman “comunidad de lucha”.

Esperamos que el texto que sigue resulte de su interés y sirva para poner de manifiesto prácticas muy perniciosas para el internacionalismo proletario y que no siempre son patrimonio exclusivo del grupo que analizamos.

La “Comunidad de Lucha” como dispositivo manipulador

Entre los diversas organizaciones y partidos que se reclaman de la Izquierda Comunista, y que se consideran como herederas o continuadoras de aquellas tradiciones revolucionarias que arrancan en Marx, hay uno que sobresale. No por su tamaño, por su influencia o por haber encabezado importantes luchas proletarias. Tampoco por sus aportes teóricos. Sobresale por haber logrado cierto éxito en detectar grupos de militantes en varios países del mundo, para, diciéndoles lo contrario, intentar restar sus fuerzas, desorganizarlos, desmotivarlos y liquidarlos o en el mejor de los casos, conducirlos a callejones sin salida, aislarlos. La misma conducta la tiene cuando por esas raras situaciones el propio grupo se vincula con alguna lucha real de la clase obrera o estudiantil: empieza o termina atacando a los sectores más avanzados y de vanguardia de dicha lucha.

Si el GCI realiza eso con premeditación y alevosía, o si simplemente es producto de sus concepciones políticas y organizativas, bastante eclécticas por cierto, es algo que es difícil de determinar sin caer en el subjetivismo. Pero lo objetivo es fácil de constatar aunque difícil de ver a primera vista, incluso a segunda vista, pues recurren a ciertos dispositivos sutiles y muy enmarañados.

En este trabajo intentaremos poner en evidencia cómo lleva adelante el GCI su peculiar militancia y a dónde conduce, tomando principalmente lo que ellos dicen de sí mismos y de otros.

En este sentido, cabe reconocer su experticia en vender imágenes falsas, llegando en muchos casos a la mentira lisa gracias a un simple motivo: es difícil que quienes sean objeto de dichas mentiras (personas, grupos) se enteren de sus falsedades o si se enteran, tengan la posibilidad de hacer alguna contrarréplica que les llegue a quienes les han llegado aquellas calumnias. Además, parten de la base -real por cierto- que a nadie le interesa leer acusaciones cruzadas, fácilmente catalogadas de puterío. Y si alguien les criticó antes, han sido suficientemente hábiles para descalificarlos y apelar al olvido.

Pero muchos años de impunidad, en venir haciendo esas cosas sin mayores problemas, hace que no se cuiden tanto y que hoy digan cosas que ponen en evidencia sus manejos, sus manipulaciones, su función liquidadora, como muchas afirmaciones que realizan en su último número de Comunismo, el N° 64, donde se dan el lujo de realizar acusaciones muy graves contra gente que no existe más o grupos que no existen más, con la única prueba de su palabra.

Pero llega un momento en que la difamación es un mal negocio y la venta de espejitos revolucionarios de colores, una estafa advertida.

¿Por qué hacer ahora, 2015, un análisis que ponga en evidencia ciertos mecanismos liquidadores del GCI, más cuando su influencia en la lucha real es nula?

Lo dice en propio CGI, luego de despacharse a gusto con 17 páginas contra un grupo argentino, que hace más de 17 años que no existe y respecto a hechos de hace más de 25 años:

Si tantos años después hemos incursionado en estas «miserables cuestiones del conferencialismos», es porque todos estos temas están más vigentes que nunca, porque el proletariado, al volver a plantearse las cuestiones centrales de la estructuración y organización de la comunidad de lucha, vuelve a encontrarse con los mismos problemas y deberá luchar contra todas esas trampas.”

El GCI percibe que hay interés en pequeñas fuerzas militantes, que hay luchas o conflictos donde se dan diversos grados de enfrentamientos, y una de las cuestiones que marca la historia del GCI es la de intentar detectar esas pequeñas fuerzas repartidas en el mundo para aplicarles su políticas.

Si bien hoy lo que resta del GCI no es tan fuerte como antes (luego de las diversas purgas que ha realizado internamente, ya que en eso son coherentes, también cumplen una función liquidadora hacia adentro), aún tiene capacidad de hacer daño. Y lo que es más importante aún, es necesario advertir esos mecanismos cuando otro grupo los ponga en práctica.

El dispositivo “Comunidad de Lucha” como elemento clave
para impedir la profundización teórico-política
y para mantener el aislamiento de los diversos grupos

Un concepto clave en toda la política y propuesta organizativa del GCI es “la comunidad de lucha”, que, tras una imagen superrevolucionaria y proletaria, cumple una función represiva.

Intentemos ponerlo en evidencia.

El último número de su revista justamente se titula “Comunidad de lucha y Partido” y el artículo homónimo comienza con la siguiente afirmación:

A pesar de que aún vivimos una fase de reconstitución embrionaria del proletariado (fase sectaria por excelencia), a pesar de las insuficiencias, las debilidades, las experiencias parciales, el desconocimiento de la obra de las fracciones comunistas, etc., y aunque más no sea en forma embrionaria, vuelve a sentirse hoy, en todo el mundo, la necesidad de la centralización internacional, de constituir una sola dirección internacionalista y comunista.”
Tesis de orientación programática, numero 55 del Grupo Comunista Internacionalista

Y continúa su idea en el siguiente párrafo donde se señala que
en la misma lucha se siente que falta perspectiva, organización, continuidad, teoría revolucionaria .”

Es decir, advierten que en la actual situación hay falta de perspectiva, de organización, de teoría revolucionaria. Y justamente esa carencia es la que sienten diversos grupos o personas que luchan o intentan luchar, tratando de salir de su aislamiento y de defenderse frente a la gran correlación de fuerzas en contra.

Obviamente esos grupos y personas buscan de alguna manera contactos, relaciones, materiales, ideas, alguna referencia nacional o internacional para intentar paliar sus propias debilidades, dudas, necesidades. Muchas veces esos grupos no encuentran nada y vaya a saber cuál es su historia posterior. O encuentran a los diversos partidos u organizaciones de la izquierda del capital. Pero a veces logran contactarse con organizaciones que se referencian en la Izquierda Comunista (IC). Y entre otros se contactan con el GCI.

Lo primero que hace el GCI con esos contactos es descalificar a todo el mundo. Son todos contrarrevolucionarios o no sirven para nada.

Obviamente que no existe ningún grupo que no tenga posiciones equivocadas o al menos no aceptadas como verdades por los demás. Y existe mucha historia previa de sectarismo, por lo que no es difícil hilvanar alguna crítica a cada uno de los grupos más importantes. Pero además, el GCI tiene en su haber una larga lista de posiciones bastante extremas como para demostrar que son los más revolucionarios, los más proletarios, incluso los más violentos, si el tenor del destinatario así lo exige.
Una vez que han logrado instalarse como interlocutores válidos, el grupo o militante en cuestión puede dudar sobre las posturas del GCI o de los otros, por lo que pueden llegar a plantear la posibilidad de polemizar con aquellos otros grupos, o ver incluso al propio GCI debatiendo con los que denosta, defendiendo y argumentando sus posiciones; y los atacados defendiendo las suyas.

Pero no, “¡eso es conferencismo! ¡eso es socialdemocracia!. ¡Aquí lo que importa es la comunidad de lucha!” Y como con aquellos otros grupos no hay comunidad de lucha, es contrarrevolucionario discutir con ellos.

O sea, la primera vez que aparece en esas discusiones el término de comunidad de lucha es para negarles a los demás la posibilidad de dar un intercambio y debate político, teórico e ideológico con otros, so pena del escarnio público.

Pero la función de “comunidad de lucha” tiene otro componente peor aún: aislar a los grupos y militantes, aunque antes hay otro menos importante pero muy útil para el GCI: el usar para sí la lucha de otros y hacer marketing político hacia adentro y sus relaciones.

En la idea de comunidad de lucha subyace algo cierto, correcto, importante: lo que vale es lo que se hace, no lo que se dice. Y es en las luchas concretas, en las situaciones específicas, donde se ponen de manifiesto las reales posiciones de cada grupo.

Pero qué pasa. El GCI contacta con un grupo de militantes que viene realizando algún tipo de trabajo en fábricas, ha participado o participa de algún conflicto, o tal vez es un grupo de estudiantes que también viene participando de algún tipo de cuestionamiento sobre la universidad o sobre la sociedad.

Obviamente al GCI le interesa los grupos que tienen algún grado de participación en las luchas reales del proletariado. Pues entonces puede venderles la concepción de la “Comunidad de lucha” que rechaza todo intento de organizarse para debatir y producir teoría y política, para intercambiar ideas generales, estratégicas, teóricas, con otros grupos similares al suyo y menos aún con grupos que pueden tener diferencias con el suyo.

Al proletariado revolucionario lo que le interesa es estructurar esa comunidad de lucha existente, centralizarse en una fuerza efectiva. Sus reuniones de militantes de una ciudad, de un país, de una decena de países son reuniones de coordinación de la acción, de planificación de las actividades a realizar, de balances con respecto a una lucha, a una acción; reuniones para trazar una perspectiva, para precisarla, para organizar su realización.” (GCI Nro 64, las negritas son nuestras, como lo serán en otros casos a menos que digamos lo contrario)

Notemos que la clave de las reuniones es para coordinar la acción, para planificar actividades, para hacer balances de una lucha o una acción.
Tantas han sido las criticas que recibió el GCI por su visión inmediatista, incuso dentro de su propio grupo, que ahora los obliga a agregar que: “Es evidente que en ese cuadro hay discusiones programáticas, se realizan contribuciones de fondo, "teóricas", como suele llamarle la opinión pública (¿?) pero esto no tiene nada que ver con los parloteos académicos, con las declaraciones rimbombantes, con los consejos a dar a una clase "distinta".

Renglones más abajo aparece de nuevo su oposición a la polémica, al definir y atacar al congresismo: hacer un congreso, una conferencia, una polémica, una asamblea de delegados todo eso es socialdemocracia, es congresismo, es espectáculo.

Y aquí viene lo más interesante del dispositivo “Comunidad de lucha” del GCI. Una vez que logra instalar que la polémica, conferencias, etc liquida la real comunidad de intereses y lucha del proletariado, ha cerrado el cepo, atrapado al grupo o a esa persona y garantizado su aislamiento.

Si alguna vez alguna persona de esos grupos llegara a leer este debería hacerse una pregunta simple:

¿Tuvo relaciones sistemáticas y continuas con otros grupos de esa “comunidad de lucha”? ¿Se veían o discutían entre sí?.  El centro del GCI era el centro. Ser ellos el centro es su propuesta real de implementación de esa comunidad de lucha. Todo pasa por ellos. No se estimulan ni encuentros, ni discusiones directas, ni nada entre esos grupos.

De hecho, sin darse cuenta, en el propio número de su última revista, enfrascados en tratar de demoler a un grupo argentino hoy inexistente, Emancipación Obrera, cuenta que en Buenos Aires, además de Emancipación Obrera (EO) que era la única organización con una militancia real, estaba el grupo Militancia Clasista Revolucionaria (MCR), que era un grupo que habían formado ellos y en el cual participaban ellos.

Bien. Entre EO y MCR se establece una relación, a instancias del GCI. En esa “comunidad de lucha” propiciada y controlada por ellos, la única manera de contactar EO con MCR, estando ambos en el mismo país y algunos en la misma ciudad, era a través de Bélgica, de la GCI. Lo reconoce sin rubor el GCI en su número 64. (pág 40)

La gente de MCR podía contactar a EO pero no lo hacía, probablemente porque al ser un grupo sin militancia sistemática real como grupo, probablemente tenía poca necesidad de hacerlo, pero EO no podía comunicarse con MCR pues no tenia formas de hacerlo. También en el mismo número 64 señalan que varios escritos realizados por MCR, y mandados por esa centralización al GCI, nunca se lo dieron a EO, salvo uno. Y lo dicen sin pudor.

Y ni hablar de la situación de aislamiento de diversos grupos en distintos países que aceptan esa “comunidad de lucha”. El GCI hablaba de la “comunidad de lucha” y propiciaba una “comunidad de lucha” con tal o cual grupo de un país. ¿Se vinculaba directamente ese grupo con otros grupos de esa comunidad de lucha?: no. Y si tenían alguna información, siempre era a través del centro del GCI y sus filtros.

Se entiende, entonces, el por qué de la critica con tanto empeño a hacer una conferencia, a hacer un congreso, a hacer un encuentro, dar una polémica. De hacerlo, las distintas partes podrían ponerse luego en contacto sin tener que depender del centro.

En la propuesta de “comunidad de lucha” el centro es una caja negra, es la garantía de poder armar los bluff y las historietas con mucha facilidad.

Cualquier compañero que reclame por algún tipo de comunicación real y efectiva, directa, con el resto, fácilmente será catalogado de socialdemócra y contrarevolucionario o “de no tener en cuenta medidas de seguridad” y por supuesto todo eso lleva a que la verdadera línea política de esas “comunidades de luchas” sea definida por un centro intocable, impuluto y probablemente jamás renovable, al mejor estilo de las sectas trotskistas.

Hay un sitio francés que ironiza al GCI como el Grand Conseil Intergalactique, dada las alucinaciones políticas del GCI, que como se dijo al principio, llega a decir casi cualquier cosa según el destinatario o la “revelación” que adquieran de vez en cuando.

Aquí se define al GCI como,

Le GCI est une micro-secte anti-syndicaliste mais très syndicaliste en réalité, très anti-gauchiste mais très gauchiste en réalité, très anti-anarchiste mais très anarchiste en réalité, très prolétaire mais tout à fait anti-prolétaire en réalité avec son exaltation de la vague "lutte du peuple" comme au Mexique, très parti mais en réalité très anti-parti de classe. La lecture des citations ci-dessus révèle qu’un groupe, n’importe quel groupe qui se prétend radical peut reproduire les mensonges et les pires poncifs gauchistes. Ce pitoyable cercle de vieux intellectuels tient le même discours grèvegénéraliste que n'importe quel gauchiste fonctionnaire, discours creux et ridicule.”

Que más o menos podemos traducir como

El GCI es una microsecta antisindicalista pero en realidad muy sindicalista; muy antiizquierdista pero en realidad muy izquierdista; muy antianarquista pero en realidad muy anarquista; muy proletario pero en realidad completamente antiproletario con su vaga exaltación de la "lucha del pueblo " como en México; muy partido pero en realidad muy antipartido de clase. La lectura de las citaciones más arriba revela que un grupo, cualquier grupo que se pretende a radical puede reproducir las mentiras y los peores tópicos izquierdistas. Esto lamentable recuerda a viejos intelectuales y pronuncia el mismo discurso “grèvegénéraliste” de cualquier funcionario izquierdista, un discurso hueco y ridículo.”

En ese mismo texto leemos

Le Conseil GCI ne peut avoir que 4 membres à la fois. Il se compose de deux membres à vie (tels XXX ou encore XX. sous-chef dans l’ancien CCI), de un membre sud-américain à long terme (en fonction pour plusieurs années) et d’un membre à court terme, ancien cosmonaute trotskien (élu pour quelques mois ou quelques années). Ces 6 membres ont pour tâche de diriger et guider l’Ordre GCI (Grand Conseil Intergalactique) contre l’Empire américain ; ils ont une particularité unique à l’aune de toutes les galaxies connues d’être les généraux jupitériens et la troupe lunaire. Le Conseil Conseil central GCI ne se déplace en général dans l’actualité terrestre que la nuit avec des bougies. Nous avons reçu partiellement leur message, entrecoupé des grésillements de galaxies parasitaires, et malgré un langage vampirique et exponentiel, nous croyons en avoir saisi partiellement le sens, dont est extraite la traduction terrestre suivante”

El Consejo GCI puede tener sólo 4 miembros a la vez. Consta de dos miembros de por vida (un tal XXX o todavía XX subjefe en el antiguo CCI), de un miembro sudamericano a largo plazo (en función por varios años) y de un miembro a corto plazo, un antiguo cosmonauta trotskista (elegido para algunos meses o algunos años). Estos 6 miembros tienen para tarea de dirigir y guiar la Orden GCI (Gran Consejo Intergaláctico) contra el Imperio americano; tienen una particularidad única al aliso de todas las galaxias conocidas de ser los generales jupiterinos y la tropa lunar. El Consejo Central GCI se desplaza en general en la actualidad terrestre sólo por la noche con velas.
Parcialmente recibimos su mensaje, entrecortado chirridos de galaxias parasitarias, y a pesar de un lenguaje vampirique y exponencial, creemos que nosotros parcialmente hemos cogido el sentido, del que es extraída la traducción terrestre siguiente (...)”
http://proletariatuniversel.blogspot.com.ar/2010/11/les-delires-du-grand-conseil-gci.html

Par esos franceses la GCI es motivo de burla, pero el daño que ha causado o puede causar el GCI no es motivo de burla.

Por otro lado, nadie niega ni cuestiona a una organización a darse la forma organizativa que quiera, y a definir la eternidad de una dirección, sólo que es bueno confrontar esa práctica son teoría contra los jefes y contra el centralismo democrático de Lenin que tiene el GCI.
Porque una cosa es estar en contra de la democracia porque no garantiza la participación y poder real de la gente, y otra es estar en contra de la democracia porque no se quiere ni siquiera una tibia posibilidad de participación en las decisiones.

Además pone en contexto la afirmación y autodefinición que se hacen ellos: “El GCI como Núcleo Internacionalista de Centralización Proletaria

Así se entienden también otras frases, pues luego de reconocer que son un grupo pequeño y débil (pero único, no hay otro que haga lo que él), aclaran que

la superación histórica del GCI no la vemos, dada nuestra concepción general del partido, como ninguna disolución de esa estructura en la democracia de la clase, sino por el contrario, por una organización mucho más fuerte, sólida y combativa de la vanguardia de la clase. ”

Es decir una organización donde siguen decidiendo los mismos y las cosas se deciden por parte de unos pocos.

En este sentido una de las prácticas internacionales más importantes del GCI es la consolidación orgánica interna y en particular:
  • la homogeneización de posiciones
  • la homogeneización de formaciones
  • la discusión y trasmisión de experiencias ”
Si nos guiamos tanto por los que rompieron o fueron expulsados por el GCI como por el propio GCI, lo que significa eso en la práctica es evidente. Pero no usemos los materiales de gente que fue echada de la GCI o que la abandonó. Usemos los propios materiales de la GCI.

Por muchos años el GCI defendió ciertas posturas, como las expuestas en "Pour un front de classe" aparecido en Le Communiste Nº3 y "La nature catastrophique du capital" en Le Communiste Nº7. Y en base a esos posturas denostaron a diversos grupos de la IC y pretendieron adoctrinar a contactos.

Varios años después, los centralizadores del GCI decidieron que esas posturas no iban más. Tal vez tenían razón, tal vez no. Lo cierto es que como algunos compañeros dijeron que ellos pensaban que aquellas posturas que habían defendido antes estaban bien, directamente los expulsaron.
Para confirmar esto, veamos lo que dice el GCI: (Comunismo N° 24, 1988);

Dicha crítica (a aquellos textos), y la discusión interna que la precedió, manifestó un avance claro en la afirmación programática, permitiendo profundizar la ruptura con la política de la izquierda de la social democracia y con la economía política. Ello se expresó al mismo tiempo en la exclusión de ciertos compañeros que luego constituyeron un reagrupamiento sin perspectiva que denominaron "Fraction Communiste Internationaliste". En la última fase vivida por nuestro grupo, esta misma tendencia caracterizada por el dualismo y el idealismo socialdemócrata reapareció, bajo formas apenas diferentes concretándose en un conjunto de prácticas que llevaron a una fase de clarificación que se concretó, también, en la exclusión de varios compañeros.

Obviamente que es normal que en un grupo existan conflictos y gente se vaya, aunque ser expulsados por defender lo que venían defendiendo...

En otro lugar, para tratar de defender que el GCI no expulsa por las ideas, dicen que lo hacen por las prácticas. Y ejemplifica el asunto contando la expulsión de un militante no por sus ideas sino por romper con la comunidad de lucha. ¿Y cómo la rompió? Entre otras cuestiones
desarrollando un día la ilusión de la abolición inmediata de la familia en pleno capitalismo y volviendo al otro día las peores caricaturas socialdemócratas en lo que concierte al dualismo vida privada-vida militante (“cada uno es dueño de su vida privada”)

Doblemente curioso: como no se puede cambiar la familia en el capitalismo, pasan a defender la familia del capitalismo y expulsan a alguien que intenta otro tipo de relación. Pero lo más curioso es que si uno lee esos escritos detalladamente, verá que siempre aparece como excusa para las expulsiones, para las medidas disciplinarias, “la comunidad de lucha”.

Y es curioso pues en todos estos años, desde que existe, jamás el CGI ha teorizado sobre realmente qué es esa “comunidad de lucha”, de esa manera la expresión “comunidad de lucha” actuaba como dispositivo para cualquier cosa, hacia afuera y hacia adentro. Ayer “hacer A” va contra la comunidad de lucha y hoy “hacer Z” o “anti A” va contra la “comunidad de lucha”...

Y es el propio GCI quien reconoce (C 64, pág 3) esto que estamos diciendo y recién ahora la “definen”:

Nosotros, que desde que existimos «jodemos tanto» con la «comunidad de lucha» como expresión concreta, nunca habíamos hecho ninguna globalización pública de nuestra toma de posiciones al respecto.”

Si bien durante más de 3 décadas habíamos llevado una lucha práctica en ese sentido y había toneladas de papeles en los que se discutía sobre la organización de la clase en partido, no habíamos hecho pública nuestra explicación global, lo que los compañeros más dinámicos de nuestra comunidad de lucha nos reclamaban. «Hay que tomar posición sobre el tema», «hay que explicar lo más globalmente posible nuestra posición sobre la comunidad de lucha»...etc., lo oíamos y repetíamos durante estas tres décadas sin que supiésemos bien como encarar la cosa (...),”

A confesión de partes, relevo de pruebas ....

La historia oficial del GCI o cómo falsificar la historia

La capacidad de difamar e inventar del GCI a veces asombra. Es probable que el GCI de antes de las expulsiones y rupturas más grandes tuviera sus rayes, pero parece que para “lo que resta del GCI” el nivel de distorsión de la realidad forma parte de su misma y múltiple personalidad.

Comencemos con la página 22 de su revista 64. Allí cuentan su historia y definen cuáles son los determinantes importantes que, como la misma expresión lo indica, determinarán su política y la certeza de la misma.

Y lo primero que venden es:
Hay algunas características de nuestro grupo que nos parece importantes subrayar. En efecto, nuestra capacidad para ser coherentes, con nuestra propia concepción, depende, nos guste o no, de un conjunto de determinantes prácticos y concretos: de nuestra capacidad para analizar, asumir, superar (cuando se trata de limitaciones) dichos determinantes.
Nuestro pequeño grupo no tiene realidad nacional, no surge ligado a ningún país, ni con referencia a un país. No está constituido por militantes que tienen el mismo tipo de referencia cultural, nacional o de ex-militantes de una misma corriente. ”

El que no tienen realidad nacional es evidente, están en la estratófera, en el Olimpo de los dioses que dictaminan qué deben hacer los humanos. Pero dejando de lado eso, ellos lo plantean como algo a su favor, pues son más internacionalistas y con pensamientos más claros y coherentes sobre las cosas.

Para ellos es relevante todo esto pues “No ha habido como previo una acción en un país determinado, la centralización de esa acción y luego la necesidad de superar ese cuadro. ”

Es decir, el GCI nace de la nada y ya internacional, ese nacimiento le da ciertas ventajas por sobre aquellos que nacen en un territorio nacional, en una lucha, etc, etc.

Se olvidan señalar algo tal vez irrelevante, la historia concreta del GCI

El GCI nace de una ruptura con la CCI, en 1978/9 para más datos. Eso implica que su primer determinante es la CCI y sus posiciones. Será por eso que la odian tanto y buscan siempre estar en sus antípodas...
Y a ese grupo inicial se incorporan militantes que tenían también sus propios determinantes: prácticas en partidos que propiciaban la liberación nacional y social, y eso es lo que se oculta cuando se dice
compañeros que vivieron y lucharon en las décadas pasadas en regiones donde se alcanza los niveles más altos de lucha proletaria en estos últimos 60 años, y que vivieron la impresionante derrota que sufriera nuestra clase;”
y también adhirieron a la GCI militantes que venían del trotskismo.

Esos son los determinantes: CCI, movimientos de liberación nacional y social, partidarios del programa de transición y de que la URSS era un estado obrero degenerado, etc, etc.

Y está muy bueno y muy bien que la GCI haya podido romper con esas concepciones, si es que lo ha hecho en todos los planos.
Pero que no vendan humo a incautos.

Por otro lado, al estar su casa central en Europa (Bélgica, algo en Francia) así como los trotskistas norteamericanos se dedican a enseñar a los trabajadores del tercer mundo cómo hacer la revolución, esta gente se ha preocupado más por “centralizar la lucha” en países que no pertenecen a la élite de potencias capitalistas.
¿Y el proletariado en las potencias capitalistas?: bien gracias. ¿Y la organización y lucha allí?: bien gracias.
Recórrrase Bélgica y pregúntese por el GCI (clase obrera, estudiantes, etc). Recórrase Francia y pregúntese por el GCI. Las respuestas son el mejor ejemplo de sus 35 años de existencia con sus casas centrales en esos países... Pero claro, tienen la caradurez de decirle a los demás lo que hay que hacer pues ellos son el “Núcleo Internacionalista de Centralización Proletaria”

Esto pone en evidencia otro aspecto de su “comunidad de lucha”: los que deben compartir su lucha son los que realmente participan de las luchas de sus países no centrales.

Jamás el GCI comparte con esos grupos la lucha en los países donde está su casa central o sus principales secciones, en particular porque durante estos 35 años la función principal de la GCI ha sido de ser analistas políticos y jueces de los que está bien y lo que está mal en las posiciones políticas de todo el mundo.

No hay trabajo de base, no hay inserción en la clase porque para ellos “inserción” en la clase es ponerse de afuera de la clase y ellos están adentro porque así lo definen ellos. Además la clase lucha sola, la función del GCI es centralizar esas luchas, orientarlas desde su cómoda casa central o de vez en cuando yendo a visitar a la indiada. O repartiendo algún volante como para decir “hacemos algo”.

Es curioso leer lo que dicen de otros grupos de la izquierda comunista:

Esos grupos, según el GCI, tienen una centralización que:
es el fruto simple del seguidismo y la repetición de fórmulas de uno o dos jefes, considerados «vacas sagradas». ¡Y todos los grupos que conocemos tienen tales vacas sagradas! Hay, en los hechos, una sección nacional más o menos familiar que gestiona y dirige la totalidad de dicha organización. Esa misma sección realiza conceptualmente todas las publicaciones internacionales. Las otras secciones son traductoras o simples aplicadoras de la línea, en el plano internacional. En el plano nacional o local, las secciones correspondientes se encargan de aplicar el esquemón a cada circunstancia. No es necesario conocer la chismologia de ese tipo de organización, basta leer sus prensas locales para ver que, en vez de analizar los acontecimientos a la luz del programa revolucionario, repiten grandes esquemas vacíos de todo sentido, utilizando lo que pasa en el mundo solo como ejemplos del esquema. Más aún, ni siquiera vale la pena leer tales artículos pues se trata del mismo artículo escrito por la vaca sagrada y repetido uno y mil veces, al cual solo se adapta acontecimientos recientes. (pág 27)

Como diría el refrán, el muerto se asusta del degollado

La reescritura de la historia II

La verdadera cara del GCI y su comunidad de acción, el caso que plantean en el anexo de su revista 64

Como dijimos al principio, quien falsifica, quien calumnia especialmente cuando habla de gente o grupos que no existen más, cree tener garantizada la impunidad. Pero a veces pueden tener la mala suerte de toparte con alguien que conoce de lo que se habla, que sabe que existen documentos, que sabe de los hechos y que el nivel de agresión y mala leche del GCI hace que se tome un rato de tiempo para poner en evidencia qué es realmente “lo que queda del GCI”

Que el GCI dedique hoy 17 páginas de un ataque virulento, cargado falsedades que pueden constatarse incluso con una lectura atenta del propio material del GCI, contra un grupo inexistente desde 17 años y con el cual el GCI ya no tenía relaciones 8 años antes, abre muchos interrogantes.

¿Qué tenia Emancipación Obrera de Argentina que aún desaparecido sigue molestando tanto al GCI? ¿Tal vez broncas acumuladas pues hace más de veinte años, cuando tuvieron una de las rupturas más importantes y tuvieron que expulsar a varios militantes, acusaron a Emancipación Obrera -o su política- de estar atrás de ello? ¿Porque en todas las polémicas que tuvieron con Emancipación Obrera quedó en evidencia el descuelgue y la incoherencia del GCI? ¿Porque EO no aceptó someterse a la centralización proletaria y revolucionaria del GCI?
Improbable todo eso. Generalmente no son cosas del pasado las que intervienen en esas conductas, sino cosas del presente.
Pero abandonemos las especulaciones de los por qué y veamos lo que escribe el GCI.

El Anexo sobre Militancia Clasista Revolucionaria y Emancipación Obrera comienza con una virulenta acusación contra EO:

Antes que nada, queremos repudiar por mentiroso, chicanero y alcahuete el informe que hiciera EO sobre MCR y que publicara en uno de sus panfletos acerca de la propuesta

Dicha afirmación es complementada con una nota al pie donde supuestamente un compañero del MCR, criticando aquel informe, señala “la única cosa que falta es nuestra dirección para mandarnos la cana”

Graves acusaciones, si las hay. Pero lo curioso es que no transcribe ningún párrafo de dicho informe, ni tampoco ofrece alguna referencia salvo sus afirmaciones. Tampoco parece que EO se enteró de esas críticas pues allí mismo se señala que los compañeros de MCR “piden que se repudie globalmente el informe sin entrar en detalles” y que las cartas que escribieron esos compañeros de MCR fueron al GCI y este nunca se las envió, “dando por terminada la discusión con EO”.

Pero claro, no por nada el GCI se queja de internet en este Nro 64. Una búsqueda por internet permite encontrar aquel famoso informe que hizo EO. Y cualquiera que lo lea podrá darse cuenta qué es lo que le molestó al GCI de dicho informe: pone en evidencia qué era políticamente MCR y ¡quién sabe que bluff había vendido la casa central del GCI a sus militantes y simpatizantes!

En el informe, EO trata de explicar porqué no está la firma de MCR en las diversas comunicaciones sobre la Propuesta Internacional, 1986, (PI), teniendo en cuenta que la propia PI está firmada por EO y MCR.

Allí manifiesta que luego de mucho tiempo sin tener noticias de MCR, ni indirectas vía GCI ni directamente por falta de concurrencia de los miembros del MCR a las citas, finalmente se habían enterado que MCR ya no existía más.

Esto lo pudimos confirmar posteriormente y la ausencia de explicación por parte nuestra (se refiere a la anterior publicación de las respuestas a la PI, donde no aparece MCR) se debió en primer lugar a la propia falta de información que teníamos sobre qué ocurría en MCR y a la pérdida total de contacto con ella y sus integrantes. Si bien para aquel entonces ya suponíamos dicho final, no quisimos escribir nada sin confirmar lo que realmente pasaba y hasta último momento tuvimos la esperanza de contactar con algún compañero/a para que brindase una explicación fidedigna. La disolución del MCR fue repentina, sin ningún tipo de “preanuncio” y puede parecer inexplicable si no se tiene en cuenta los antecedentes de dicho grupo”

Y pasa a reseñar que no era un grupo que se formó al calor de alguna lucha, conflicto o con alguna militancia real. Se juntaron distintas personas a instancias del GCI para debatir sus materiales y que EO lo había conocido a través del GCI. Que se habían alegrado de su existencia, pero cuando empezaron a conocerlos mejor se dieron cuenta que como organización de no hacían ninguna actividad militante “hacia afuera”, que tenían entre sí numerosas diferencias. Y pasan a relatar algo que para EO era muy grave, no en la relación con EO sino para el funcionamiento del propio MCR:

cuando empezamos a conocerlos nos enteramos de algo insólito, que posteriormente se revelaría en toda su magnitud: entre ellos nadie sabía la dirección particular de nadie. Las reuniones se efectuaban en bares, lo que implicaba que en el caso de que alguno faltase a la reunión se perdía el contacto y se dependía para la reanudación del mismo del que faltase fuese a la siguiente cita, también en otro bar. La feroz represión conocida podía explicar el temor, pero era un clandestinismo mal entendido, ya que llevaba la desconfianza al seno del mismo grupo y era un obstáculo real ...(..)

EO le discute al asunto a MCR y dice: “No es difícil imaginar que un grupo político así no puede funcionar, no puede tratar colectivamente los materiales, no puede discutir con tranquilidad y tiempo suficiente y siempre se está en tensión por una razia policial, tan frecuente en Argentina”

En el anexo está escaneado dicho informe, para que pueda leerse y ponerse en evidencia la falta de sustento de las acusaciones del GCI.

Uno no sabe qué verso vendió el GCI en su momento sobre MCR, pero como todo verso, en algún momento queda en evidencia. Y seguramente el crimen de EO fue poner de manifiesto lo que estaba atrás del humo.

Para EO, MCR era un grupo que había conocido a instancias del GCI, formado por este, y que se une en base a discutir una “Plataforma” del grupo (del largo de una hoja, para más datos). Que no tenía presencia en los conflictos en la clase ni actividad militante conocida como grupo.

Si hoy existiera EO, podría enterarse por el “informe” que hace ahora el GCI de lo que era realmente el MCR según el GCI 2014, distinto a lo que dijo que era en 1985.

En este Nro 64 dice que con aquel informe “EO demuestra no conocer absolutamente nada de las peripecias de MCR (¡y por suerte !)” ¿Por que ponen por suerte?. Lo aclaran en una nota al pie de página de un comentario supuestamente de un miembro de MCR: “me alegró muchísimo de que no tengan más datos porque la única cosa que falta es nuestra dirección para enviarnos la cana”

Por sus palabras, del GCI, como de EO, podemos saber qué es lo que sabe EO: lo que le dijo el GCI en 1985, que ahora dicen que no es la realidad.

En su momento esto lo escribió el propio GCI en su revista Nro 19 de 1985:

Militancia Clasista Revolucionaria se constituye a mediados de 1984, en base a compañeros de diferentes orígenes, afirmando en su plataforma de constitución, la lucha por la autonomía del proletariado, contra todas las fracciones del capital, contra el electoralismo, el sindicalismo..., y la llamando al internacionalismo contra el nacionalismo”.
(página 11) ttp://gci-icg.org/spanish/19.pdf

También el GCI señala que “participamos en el proceso de conformación del MCR” (pág 10)


Ahora, 29 años de aquellas definiciones, podemos enterarnos lo que nunca supo EO de MCR y que el mismo GCI nos informa (“Al respecto, nos parece importante subrayar que EO, que ni conoció, ni comprendió, lo que fue MCR (...)”

Ahora aclaran lo que realmente fue MCR. Leemos en el Nro 64:

Si bien no es importante hoy entrar en un detalle de los mismos, queremos señalar que al principio en «Militancia» existían el siguiente tipo de grupos:
- un grupo de desocupados -que era el numéricamente más importante- constituido en Argentina y Uruguay, definido explícitamente como «clasista y revolucionario» pero apartidista
- un grupo de militantes que se había constituido una decena de años antes, como fracción de fracción de los Tupamaros uruguayos y en contraposición con los que pensaban que «en la región»
(¡no generalizaban esto al mundo, sino solo a América Latina!), eran necesarias aún las tareas democrático burguesas y que habían escrito documentos contra la « liberación nacional », las reformas agrarias y el etapismo democrático.
- un grupo en ruptura reciente, y no absolutamente digerida, con el foquismo y el trotskismo y particularmente de la Junta de Coordinación Revolucionaria;
- un grupo en franca y total ruptura con el latinoamericanismo y con un avance interesante hacía posiciones comunistas que trabajaba más específi camente con nuestros militantes;
- nuestro grupo (Grupo Comunista Internacionalista). (pág 39)

Es decir, tenemos una Militancia Clasista Revolucionaria conformada en su mayoría por apartidistas, además por una fracción que venia del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros, un grupo de ruptura reciente “y no absolutamente digerida” con el foquismo y el trotskismo, un grupo que tenía “avances interesantes hacia posiciones comunistas” y el propio grupo GCI.

Como tarea frentista que siempre cuestiona el GCI a otros no está nada mal...

También señalan hoy que su estructura dependía demasiado de circunstancias específicas por lo que “la harían dispersarse y desorganizarse rápidamente”

En ese contexto, nos cuentan en el Nro 64, que presentaron a algunos de esos integrantes a EO presentándolos como MCR y hoy reconocen algo que no tuvieron en un primer momento en cuenta los protagonistas (EO y MCR): “se formalizaba artificialmente el MCR como si fuera una organización política formal, cuando en realidad no lo era, ni como tal estaba en condiciones de serlo (ejemplo, en ese pequeño grupo de compañeros que quedaban -del otro MCR- habían al menos tres posiciones diferentes sobre cuestiones importantes)” (pág 40)

Saquen ustedes sus propias conclusiones.

Le venden a EO la imagen de que MCR era una organización al cual describen en el Nro 19, que ellos la concibieron como una organización no monolítica que como mínimo “desde su origen hubo acuerdos de difundir Comunismo.”
Como tal la hacen firmar junto a EO la PI. Luego inexplicablemente para EO, MCR desaparece y se ve en la obligación de dar algún tipo de respuesta a la comunidad internacional a la cual habían hecho la PI como si fueran dos organizaciones. Y hoy nos enteramos por el GCI que no era una organización política formal, y que había en él tres posiciones diferentes sobre cuestiones importantes...

EO había asumido responsabilidades de una propuesta con MCR y luego no entienden qué pasó con el grupo. Pasan meses y finalmente debe dar una explicación ante los grupos que estaban respondiendo a la propuesta, por qué sólo firmaba EO y no aparecía MCR. Y EO parte de la base de lo que el GCI le dice sobre el MCR al presentárselo es cierto, no un bluff.
Por suerte EO no puede amargarse hoy, ni enterarse de que 27 años después de que el GCI los acusaría de no saber qué era realmente el MCR...

Una pregunta al pasar: ¿A cuantos grupos -como el MCR- menos heterogéneos y con militancia real ha acusado el GCI de oportunistas, contrevolucionarios, frentes policlasistas, etc. Pero claro, este no, pues lo armó el GCI.


El problema del terrorismo del GCI

Por lo que cuenta el GCI, la primer diferencia fuerte -y decisiva- que tuvieron con EO, tanto MCR como el GCI fue con motivo de la agresión de un compañero por parte del MAS (partido trostskista). El GCI acusa a EO de pacifista, de socialdemócrata, etc, por la respuesta que da contra la agresión.

Pero antes de ver eso, veamos otra falsificación de los hechos. Según el GCI en este 64:
Queremos señalar un hecho que precipitó el fin de la colaboración entre los compañeros de MCR, más próximos a nuestras posiciones, y EO. Ello se produjo cuando estos, nuestros compañeros del MCR estaban difundiendo nuestros materiales, fueron atacados físicamente por los trotskistas del MAS argentino”

Resulta llamativo el reiterado esfuerzo del GCI de reescribir la historia pues no era era necesario mentir para criticar a EO.

Pero como a veces suele ocurrir, las mentiras tienen patas cortas y el GCI tiene la mala fortuna que la documentación esté accesible en Internet, mostrando su mentira: ¿Qué necesidad tenían de afirmar que el compañero agredido estaba difundiendo sus (del GCI) materiales?

El compañero agredido estaba repartiendo un volante realizado por EO que a su vez reproducía un volante realizado por un grupo de docentes de Santa Fe, Argentina, donde denunciaban la actitud delatora del MAS contra uno de los integrantes de ese grupo. Y el volante de EO denunciaba también la actitud delatora del MAS.
Puede consultase el volante que se encuentra escaneado en el Anexo de materiales de este trabajo.

El volante se titulaba “¿UNA ACTITUD POLICIAL DE UN PARTIDO DE IZQUIERDA?” y es de junio de 1985.

Dicho sea al pasar, también está en internet la documentación sobre todo lo que pasó, que también incluimos en el Anexo.
La agresión se realizó en un acto en Buenos Aires, en la Federación de Box, que era en apoyo a los obreros de la FORD, el día 14 de julio de 1985.
Recomendamos leer en el volante que hizo EO luego (firmado también por MCR pues en ese período EO firmaba agregando en la firma a MCR por el acuerdo realizado con ese grupo) titulado: “EL MAS: DE LA DELACIÓN A LA AGRESIÓN”

Cuando uno quiere cuestionar a alguien, o hacer alguna denuncia, debe documentar las cosas. Pero claro, el GCI no documenta nada porque no se puede documentar la mentira. Además esperaban que su denuncias contra EO no serían jamás confrontadas, dado que como se sabe EO no existe más. Pero quedan los documentos....

Es difícil entender para qué ensañarse con tanta mentira contra EO, si lo principal que van a criticarle es lo mismo si el agredido fuera realmente un miembro de MCR, el GCI, EO o de algún otro grupo clasista y el material uno del GCI o de EO.. Pero seguramente esta falsificación tiene el propósito de presentarse como mártires y EO como ogro. Además para hacer creer a su periferia que sus materiales se divulgaban allí en actos o en fábricas y que eran tan conocidos que los reprimían.

Al pasar, señalemos que en otro documento escaneado se señala:
el compañero Joaquin -el compañero golpeado- manifestó luego que por la forma de reaccionar de esta gente del MAS ya estaban aprontados para ello, pues no hubo ni siquiera posibilidades materiales para que se leyera el volante: ver la firma y pasar a la agresión fue sólo un momento
(se refiere a la firma Emancipación Obrera, lo que tiene su explicación).

Una lectura de todos esos materiales, incluyendo las “cartas abiertas”, permiten conocer por qué ver la firma de EO desata esa brutal agresión (por lo que cuentan se salvó de que lo terminaran discapacitando o matando por una doble intervención de gente allí presente, ya que primero lograron llevarlo a un bar para atenderlo y luego el MAS fue al bar a seguir la golpiza, que terminaron recibiendo los que defendían al compañero hasta que lograron meterlo en un taxi).

Ocurre que tiempo antes, en Santa Fe, un grupo importante de militantes del MAS rompe con dicho partido y realiza una carta pública que explica los motivos de dicha ruptura y luego esos compañeros pasan a integrar Emancipación Obrera y ponen en crisis a muchos militantes que quedan en el MAS de Santa Fe.

Obviamente el GCI ni existe.

Lo cierto es que el compañero fue agredido y EO sale a denunciar el hecho, nacional e internacionalmente, saca volantes, realiza escritos dirigidos a los militantes de los partidos trotskistas poniendo en evidencia su política represiva en defensa del sistema. Pueden consultarse en el Anexo.

El GCI señala que “los compañeros directamente agredidos consideraron la respuesta dada oficialmente por EO, en nombre de MCR y EO, como «pacifista y pequeño burguesa”

Claro, no está el -no “los”- compañero agredido para confirmar la afirmación del GCI pero es irrelevante, pues sí está el GCI y para él esa respuesta al MAS es un ejemplo de oportunismo y pacifismo de EO que tiene “enormes confusiones y hasta un rechazo pacifista por la clásica posición, de siempre de los revolucionarios, de oponer al terrorismo de la contrarrevolución el terrorismo de la revolución”

Es decir, si EO hubiera buscado otro día a los atacantes del compañero y lo hubiera molido a palos (o a otro militante del MAS cualquiera, el terror es el terror), el GCI estaría satisfecho con EO. Pero EO se negó a hacer eso. Una cosa es defenderse y contraatacar cuando está uno siendo atacado y otra la vieja máxima mosaica de Ojo por ojo, diente por diente.

Al GCI le molesta la respuesta que da EO pues es una respuesta política, de lucha política e ideológica, y no de lucha de aparatos, armada e individualista.

Esto es coherente con la reivindicación que hacen en el nro 64 de Ricardo Flores Magón. Y es bueno reivindicar a un militante proletario, anarquista, asesinado en 1921, pero hay que ver si eso implica reivindicar cosas que no deben reivindicarse.

Por ejemplo durante la Primer Guerra Mundial, Magón dijo:

«Cuando mueran los nuestros, debemos llorar; mientras mueran los imbéciles que van a luchar por el engrandecimiento de sus propios verdugos debemos reír: menos obstáculos encontraremos en nuestra lucha por la destrucción del actual sistema... No son nuestros hermanos los que perecen por millares en los campos de batalla de Europa, Asia, África y Oceanía. Son nuestros enemigos; son los que quieren que perdure este sistema que nos hace despreciados; son los lacayos del capital, la iglesia y la autoridad.» (Ricardo Flores Magón, Regeneración Nº 202 del 14 de noviembre de 1914)
EO entonces debería haberse alegrado de los soldados argentinos muertos en Malvinas. Por el contrario EO también en nombre de ellos y en su defensa denunció y se opuso a la guerra de Malvinas reivindicando la derrota de la propia burguesía.


El GCI festeja aquella frase: «Ricardo Flores Magón no tenía pelos en la lengua para alegrarse de los miles de militares que reventaban en el frente de la guerra imperialista del 14 al 19… porque sabía que morían como fuerzas del estado mundial del capital, porque quienes reventaban no eran nuestros compañeros sino nuestros enemigos, es decir los sumisos soldados que aceptaban morir y matar en el frente de batalla como agentes de sus “propios” burgueses»
No es necesario hacer ningún comentario a la cita: eso es el GCI

Como es improbable que luego de leer un escrito largo se lean los Anexos, transcribamos un fragmento de la “carta abierta” (es decir, una carta que jamás se da al que se dirige, sino a la gente, a la clase) de EO (y MCR) a la dirección del MAS

Y decimos que se equivocan con nosotros y que no lograrán callarnos no porque la próxima vez que repartamos un volante vayamos con ametralladoras o manoplas. Una respuesta de ese tipo sería una respuesta dentro de los mismos métodos y política de la burguesía, es decir, dentro de la política y métodos que ustedes, el MAS, defiende y practica. Ello no quiere decir que seamos pacifistas y pelotudos y que dejaremos que golpeen o asesinen compañeros. Quiere decir que nos defenderemos del terrorismo burgués no con la lucha de aparatos sino con la consecución y fortalecimiento de la política revolucionaria.
Ello quiere decir prácticamente que cada agresión, cada golpe que den ustedes, o cualquier grupo represor de la burguesía a un compañero nuestro o a un simpatizantes de nuestras ideas, significará, para quien lo haga, un costó político, recibirá la respuesta políticamente a nivel nacional e internacional. No estamos dispuestos a que en nosotros aprendan a pegar a otros”


Super reescribiendo la historia III: la máquina del tiempo

Esperamos que el/la amable lector/a tolere que repitamos una cita del Nro 64 del GCI, pero luego verá la importancia que tiene:

Queremos señalar un hecho que precipitó el fin de la colaboración entre los compañeros de MCR, más próximos a nuestras posiciones, y EO. Ello se produjo cuando estos, nuestros compañeros del MCR que estaban difundiendo nuestros materiales, fueron atacados físicamente por los trotskistas del MAS argentino. (...)
El rechazo compartido de la táctica de la Carta Abierta, que EO propugna, conduce a estos compañeros a un rechazo de todo el trabajo común con este grupo, así como con los militantes del MCR que seguían la línea de EO. ” (pág 41, negrita nuestra)

Bien. Ya sabemos que lo que precipitó la ruptura de MCR con EO fue la actitud pacifista, etc, de EO cuando la agresión del MAS.

Como el GCI siempre fue impune con sus manejos, mentiras y calumnias, como dijimos, se ha relajado y en este número 64 se anima a decir cosas que en otra oportunidad no las hubiera dicho, o inventa cosas total nadie se las va a desmentir, sin tener la precaución de chequear posibles contradicciones en sus dichos.

Pero aparte de ser el núcleo internacional del proletariado revolucionario, parece que los compañeros franceses que hablan de que en realidad el GCI es un grupo intergaláctico tienen razón, pues el GCI posee la máquina del tiempo:

Fecha del volante de los docentes que EO reproduce, cuestionando al MAS, y es el que está repartiendo el compañero agredido: julio de 1985 (observen el año)
Fecha de la agresión: domingo 14 de julio de 1985
Fecha de los volantes sacados por EO, cartas abiertas, etc: 17 de julio de 1985, 18 de julio de 1985
Fecha de la reunión de Montevideo y fecha de la Propuesta Internacional firmada por EO y MCR: febrero de 1986

Están tan acostumbrados a mentir y son tantas las mentiras que no se tomaron el trabajo de confrontar las fechas. Datan la precipitación de la ruptura del MCR con EO para julio de 1985, habría que preguntarse entonces quiénes estuvieron en la reunión que da lugar a la PI en Montevideo, en Febrero de 1986


Sin pudor para el autoelogio

Es común y normal el autoelogio en la mayoría de las personas y grupos. Pero una organización que se pretende el faro de las posturas revolucionarias, debería ser un poco cauto en su marketing cuando los propios datos que se dan ponen en entredicho lo afirmado.
Según nos enteramos, en este número 64, el GCI nos cuenta:

Por otra parte, seguimos sorprendiéndonos de las repercusiones que tuvo y tiene aún esa experiencia en la clase obrera, así como el terror que tienen stalinistas y trotskistas de las banderas que levantara el MCR. ” (pág 42)

Es bastante extraño que un grupo político que tuvo dos años de vida, que tenía su plataforma de unidad escrita en una sola página. Que sacó un único ejemplar de un folleto titulado “El Proletario” con artículos firmados individualmente que pueden verse en El Comunista N° 19 del GCI y dos pequeñas mariposas cuestionando el parlamentarismo, tuviera tanto impacto en la clase que hasta hoy en el 2014 es recordado con terror por stalinistas y trotskistas.

Pero es el propio GCI, en este 64, que resulta lapidario para el propio MCR:

(...) la falta de «motricidad» en la organización y continuidad revolucionaria, fue haciendo que ni siquiera actividades tan importantes como la difusión de posiciones revolucionarias y en particular de la revista Comunismo, de nuestro grupo, se asumiera adecuadamente. En efecto,si bien Militancia asume, al principio, como tarea fundamental difundir las tesis revolucionarias de nuestro grupo y, la revista Comunismo, nunca dicha tarea se hace de forma regular y consecuente.
Si exceptuamos exactamente tres compañeros de Militancia, que al menos en forma discontinua hicieron siempre un esfuerzo en ese sentido (...) pág 40

Es curioso que criticaran el informa de EO, muy benigno por cierto, a la luz de los datos reales que aporta el único que conocía realmente a MCR y que en su época siempre se dedicó a hacer un una “burbuja revolucionaria” anticipándose a la burbuja inmobiliaria de EEUU

Todo lo que estamos viendo nos permite ver la credibilidad que pueden tener las afirmaciones e informes del GCI, que incluso miente y desinforma a los integrantes de su comunidad de lucha ¡qué pueden esperar los demás!


Reescribiendo la historia IV

La Propuesta “como propiedad y gestación de EO”

Con ese subtítulo el GCI escribe una sección de su revista para decir que la PI en realidad fue de ellos y que EO se la apropió porque “es indispensable en el mundo del espectáculo, como en la mercancía en general” y acusará una y otra vez a EO de buscar figuración para “el conferencismo” y otras lindezas.

Si bien poco importa hoy una propuesta que se hizo hace 28 años y no se concretó ¿o sí importa?, lo interesante es ver el mecanismo que tiene el GCI para desacreditar tanto a EO como a la propuesta misma.

Que a Montevideo esa propuesta la lleva el GCI es una afirmación curiosa pues más adelante criticando a EO dice: “Solo para poner un ejemplo palpable de la formulación que llevara EO a la reunión de Montevideo, y la que fuera al final aprobada,... ”

Es decir allí ellos mismos deben reconocer que EO llevó su propuesta a la reunión de Montevideo.

Por otro lado, que luego el documento llevado por EO fuera modificado fruto de la discusión es lógico, incluso en la misma PI se señala que la propuesta en sí también está para discutir y si uno admite discutir algo es porque también está dispuesto a modificar, a acordar.

Incluso leemos en el 64 que el GCI planteó agregar a la propuesta la expresión de la “comunidad de lucha” y que EO no estuvo de acuerdo y no salió (pág 46).

Si hubiera sido una propuesta del GCI, para justificar la ausencia de esa expresión fundamental para el GCI, debería haber dicho que EO planteó suprimir esa expresión ya escrita y que se aceptó. Sin embargo es el GCI quien plantea agregarla....
Deben hacer ese comentario pues hay algo claro, si la propuesta la hubiera hecho el GCI ¿cómo es que no repetirían mil veces en la misma la expresión “comunidad de lucha”?

También el GCI en este mismo número 64 dice que
Fue aproximadamente un año antes de la reunión de Montevideo, cuando se dieron los primeros contactos físicos entre el GCI y EO, que este grupo lanzó su idea de hacer una revista internacional en la que participarían diferentes grupos, bajo ciertos criterios a discutir conjuntamente. ”

O sea ya EO venía un año antes insistiendo en su propuesta. Y no que es invitado por el GCI y MCR a sumarse a la de ellos, como se dice en el 64.

En cierta manera es un poco ridículo perder tiempo y palabras en ese tema, aunque sus motivos tendrá el GCI en poner el tema de la “propiedad”.

Es interesante transcribir lo que dice EO, que no transcribe el GCI:

no nos consideramos propietarios de la (propuesta), ni hemos inventado nada ni descubierto la pólvora al elaborar lo que hicimos. De hecho la propuesta será de quienes la asuman e impulsen en su integridad” ...”que es históricamente elaborada una y otra vez, con distintas formulaciones, por las vanguardias revolucionarias del proletariado. Quién tomó el lápiz o la iniciativa primero la última vez, carece de importancia”

Pero como en aquella época el GCI la acusa de desvirtúa la PI, que no la entienden, EO sigue diciéndole más o menos que si es es nuestra propuesta y la que venimos haciendo nosotros hace tiempo, ¡cómo no la vamos a entender!:

Pero no podemos contestar algunas críticas que nos hacen ustedes ni explicar claramente los motivos de nuestros actos, sin ver un poco el origen. -señala EO
Casi un año antes de esa reunión de Montevideo donde sale públicamente la propuesta, exactamente el 16-04-85, le escribimos a los NLI – CIM (que por ese momento se rebautizaban OCI) lo siguiente....”
y pasan a transcribir la parte sustancial de la propuesta que dice lo mismo que la PI que luego sale en Montevideo.

Ahora, en 2014, el GCI cita a EO: “Él que sea la misma es fácil de constatar comparando la carta citada (carta a Nuclei de un año antes) con la propuesta finalmente aprobada»

y el GCI responde a la afirmación de EO así: no tenemos los elementos para verificar esto, en todo caso nosotros, en esa época, no tuvimos conocimiento de una carta que citan que, por otra parte, no fue dirigida a nosotros sino al Nuclei de Italia”.

O sea no sólo ponen en duda lo que dice EO sobre la existencia de dicha carta, sino que afirman algo falso, pues sí podían verificarlo: en el primer folleto que saca EO de respuestas, que obviamente el GCI recibe, hay una respuesta de la Organización Comunista Internacionalista, es decir, los Nuclei, que critica la propuesta de EO y comienza así:
Compañeros
Hemos recibido vuestra “Propuesta Internacional” dirigida a los y las partidarios de la revolución proletaria mundial, la cual nos parece muy similar a aquella avanzada por Emancipación obrera tiempo atrás”

En fin, es medio una tontería ver todo esto pero lamentablemente es adonde nos lleva el tener que poner de manifiesto el proceder del GCI y sus falsificaciones.

El tema de la firma

Lo que resta del GCI en el 2014 sigue con el tema de la firma de la propuesta. Dicen, criticando a EO: “En todos los documentos que difunde EO desde entonces, sólo firma EO y sólo pone una dirección: la de ellos. ”

Ahora bien. En la propuesta en sí, vemos que la firman EO y MCR. Y sólo está al dirección de EO porque MCR no pone ninguna, si como vimos ni entre ellos se sabían las direcciones...

Pero por otro lado, lo más importante de todo, si la propuesta es en realidad del GCI ¿por qué no quiso firmarla? ¿Por qué no la firmó? ¿Por qué no dijo de poner su dirección? ¡Es algo tan fácil!.
Pero el CGI no quería firmar esa propuesta. Pues no es su propuesta.
Incluso lo tienen que reconocer indirectamente pues jamás, ni antes ni ahora, critican a EO de no haber puesto la firma del CGI en el lanzamiento de la propuesta. Sólo ahora, en el 2014, lo cuestionan por haber ocultado la participación del GCI en aquella reunión.
Pregunta: ¿No es lo lógico que si una organización realiza alguna propuesta la firme?

Es que el GCI, si bien participó de la reunión donde se le dio la versión final a la propuesta, no estuvo de acuerdo con firmarla, no quería que su nombre apareciera, ni siquiera quería que se mencionara la participación de ellos en la misma, como puede leerse en la segunda entrega de la correspondencia y entonces nunca desmentido por el GCI.

Sus motivos habrá tenido. Tal vez porque ya se sentía parte al estar adentro de MCR. O lo que es más probable aún: ¡Cómo el GCI, núcleo internacional del proletariado revolucionario, va a firmar con un grupo que no se le puede comparar en nada! Sería rebajarse. (Y con otro que en realidad no existe como organización, según nos informan hoy).

Es más, en el 64 del 2014 criticarán a EO de haber ocultado la participación del GCI en la reunión de Montevideo, cuando mirando la documentación de la época está claro que ellos fueron los que dijeron que no querían que se supiera su presencia en la reunión.

Tampoco hace nada por publicarla. Es más, en el Nro 64, señalan que “Cabe también recordar que los compañeros del GCI que participaron en esa reunión, que (...) habían aclarado en esa reunión que no difundirían dicho texto de inmediato.”

Lo hace después de que EO la lanza al mundo y la PI tiene repercusión. Y en esa reproducción, al lado de los nombres de EO y MCR pone “y compañeros del GCI”, obviamente no del GCI, sólo “compañeros de”, es decir ni siquiera allí asume la propuesta como del GCI.

Es curioso el ataque hoy a EO y a su actitud de llevar adelante la propuesta, pues obviamente EO se comprometió a ello. Y es curioso si lo confrontamos con lo que decía el propio GCI en aquella época, que desdice todo lo afirmado hoy en el nro 64:

Antes que nada queremos decir que lejos de plantearnos un problema el hecho de que los compañeros del Río de la Plata hayan asumido solos el lanzamiento internacional de la propuesta nos llena de satisfacción y nos reafirma en la confianza hacia ellos en cuanto a la seriedad militante y el compromiso con lo asumido. Y reafirmamos que ello es correcto a pesar de que nuestro grupo tenga desacuerdos con el agregado efectuado en la reunión posterior (marzo del 86) en la Argentina.
Hoy nos enteramos por Emancipación Obrera que han perdido contacto con el MCR y que suponen que dicho grupo ha tenido problemas y que tal vez se ha desorganizado. Nosotros no tenemos contactos con ellos desde principios del 86.
Frente a ello, reiteramos nuestro apoyo a los que siguen adelante con el proyecto y volvemos a insistir con el principio general de que estas tareas centrales del proletariado internacional e internacionalista no pueden bajo ningún pretexto supeditarse a los problemas que tengan los militantes o grupos formales que toman la iniciativa y que debemos forjar las bases que nos permitan actuar a pesar de la labor represiva y desorganizativa de las fuerzas de nuestro enemigo histórico. “ (pág 16 de Comunismo Nro 23)

Dicho sea al pasar, si en el 64 cuestionan que EO responda a las respuestas como si la propuesta fuera propia, en el número 23 de 1986 proponen:

Pensamos que lo más adecuado es que en una primera instancia ese tipo de Comité sea asumido integralmente por Emancipación Obrera, y creemos que aunque en forma aún no explícita ya se procede de hecho de esta manera,
cuando prácticamente será este único grupo que responderá oficialmente en nombre de la Propuesta. Ya en el encuentro del Uruguay habíamos manifestado que no tenía sentido que hubiera por ejemplo cuatro respuestas diferentes (una de EO, otra de MCR, otra nuestra, otra de algún otro compañero no integrante de esos grupos) ante quienes manifiestan un interés práctico en la Propuesta. Creemos por lo tanto que algunos compañeros de Emancipación Obrera asumirán de hecho esta función y creemos de deben hacerlo conscientes de sus implicaciones, es decir que ya no estarán respondiendo en forma bilateral en nombre de su grupo, sino como secretariado o comité de coordinación (y el nombre es lo de menos) de la Propuesta.

Al respecto, sobre ese planteo del GCI modelo 1986 de comité manejado por EO, este le responde:

Tal como plantean ustedes la creación inmediata de ese comité, significaría en los hechos un salto al vacío, y por ello contradeciría el espíritu de la propuesta, que tiende a un cambio real y profundo en las relaciones entre los revolucionarios, potenciar fuerzas, trabajar al menos en tendencia, mancomunadamente.
¿No les parece que así se tapa la necesidad de acuerdos concretos sobre criterios, formas de relacionarnos, de trabajar y discutir juntos en lo que hoy es posible y necesario entre grupos que acuerden con la propuesta si de inmediato, sin clarificar esas y otras cuestiones imprescindibles, se nombra un Comité que se encargaría de tomar posiciones sobre determinados hechos?” (el escrito sigue argumentando el punto)


La censura, característica y garantía de la “comunidad de lucha”

Luego de criticar la concepción de EO como de partidarios de la “revista tribuna” lo acusan de conferencismo, etc, diciendo que “EO hizo absolutamente todo lo que quiso con la propuesta, cagándose de todo lo acordado”
¿Y cuál es el crimen principal de EO?
Lo dicen indirectamente:
no nos parece muy interesante responder al conjunto de pasquines que hizo después EO, bajo el título «respuesta a la Propuesta». Los mismos son integralmente propios del mundo del pequeño medio pseudorevolucionario,”

Es decir, EO cometió el crimen de hacer un “pasquín”, un folleto, donde salen las distintas respuestas recibidas hasta entonces a la PI y las respuestas de EO a ellas.

Internet viene al auxilio. En el primer fascículo salen publicadas las respuestas de la CCI, de Internacionalismo de Venezuela, una carta de Ecuador, una de la OCI italiana, otra carta de Suecia, una carta de la India de Comunist Internationalist, un artículo de Acción Proletaria, y respuestas y balance de EO.
Sólo en la segunda entrega saldrá la respuesta de la GCI, junto a respuestas como la del Bureau Internacionale por il P. Riviluzionario, de Fomento Obrero Revolucionario (Alarme), de Communist Bulletin Group (Gran Bretaña), Perpectiva Internacionalista (FECCI), El comunista del PCInt. (España), carta de Commnunisme ou Civilisation, de Militantes de Ecuador, de Wldcat (Inglaterra), de la RAIA (Bélgica) y una carta de Costa Rica.

La desesperación del GCI es entendible y también su principal motivo de ruptura con EO y la PI: la mayoría de los grupos que odia y que consideran sus enemigos están allí, empezando con el grupo del que surgen y rompen, la Corriente Comunista Internacionalista.

EO ha traicionado la propuesta. EO no debería haber publicado esas cartas. Debería haberlas censurado pero no las censura por su posición pacifista y socialdemócrata que rompe con “la comunidad de lucha”.

En su respuesta del GCI a la PI en octubre de 1986 dicen:

Partimos de la base que la repugnancia contra la censura de Emancipación Obrera no irá hasta el extremo de divulgar en sus medios de difusión respuestas tan estimulantes como ésta, es decir a propagandear las ideas de nuestro enemigo histórico. Por las dudas que quede claro que para ello no cuentan con nosotros. ”

EO podría haberles respondido con algo simple: “cumplimos lo que está en la propuesta. Hicimos lo que se acordó en la reunión de Montevideo”. Ni más ni menos.

En la PI que sale publicada por el GCI en su número 23 y firmada por “Compañeros del GCI, EO y MCR” se asume un compromiso:

A todos aquellos que nos escriban les garantizamos que recibirán una copia de todas las respuestas recibidas. La organización posterior de la correspondencia, discusiones, etc. ya formará parte de quienes acuerden con ello y de la manera que acuerden entre sí. “

La pregunta es ¿por qué el GCI acordó con esa frase y luego se queja de que se ponga en práctica?
¿Quién es el que no cumple con la PI?

En el primer folleto con la primer tanda de respuestas, podemos leer que EO dice:

En ella (la PI) nos comprometimos a publicar todas las respuestas que recibiéramos” “Este pequeño folleto reúne toda la correspondencia recibida hasta ahora, mas las respuestas que damos nosotros sobre cuestiones que plantean las cartas”

Y sin saber que un cuarto de siglo después su actitud se pondría en tela de juicio sin ya poder defenderse, argumentan:

Para nada consideramos que esta correspondencia que nos ha sido dirigida sea un diálogo individual entre tal grupo que nos escribió y nosotros. Por el contrario, no nos pertenece y estamos convencidos que las opiniones futuras que se viertan sobre las concepciones y propuestas (o ausencia de) subyacentes en las diversas respuestas que se den a la problemática internacional serán aguardadas con interés, tanto sea para avanzar en pasos prácticos como para constituir un ingrediente más para conocernos mejor y comprobar hasta qué punto estamos a la altura de las circunstancias o si simplemente seremos anécdotas históricas de lo que puso ser u no fue, o, peor aún, si se transita el camino de constituirse en novísimas variantes de la izquierda nacionalista y socialdemócrata, enemigos en suma, del proletariado revolucionario. Ahora sí, la correspondencia”

Señalemos que lo que hace EO es poco frecuente y va contra la concepción de la comunidad de lucha del GCI. EO publica todas las cartas recibidas, sea de grupos, sea de personas, y eso a pesar de que la mayoría de las cartas son en contra de la propuesta e incluso con diversas criticas a EO.

En la misma PI, EO había señalado que estaba en contra del bilateralismo y actúa en coherencia con ello. Por eso rompe con la idea de que la correspondencia recibida deba tratarse bilateralmente y lo trata abiertamente. Jamás ha realizado eso el GCI con propuestas o comunidades de lucha y cuestiona a EO que lo haga.
Para ellos la clave de todo esta en la centralización, es decir, en los hechos, el bilateralismo. De esa manera controla y censura todo. Sólo ellos pueden tener una visión de la globalidad. Los demás dependen de ese centro, de lo que informa y de lo que no informa.

Respecto al tema de la acusación de que EO se oponía a la censura y era partidario de la libertad burguesa, hablando de la futura revista y partiendo de un acuerdo con los discriminantes expuestos en la PI, EO le responde:
Nosotros somos ardientes defensores de la dictadura socialista del proletariado, pues entendemos que es necesario reprimir la libertad de quienes defienden cualquier tipo de explotación, impedir toda libertad a los que sabotean la revolución, PERO TAMBIEN PARA IMPONER LA MAS AMPLIA LIBERATAD para el proletariado revolucionario, la más amplia libertad para la lucha por la revolución proletaria mundial. ¿Ustedes no están de acuerdo con eso? ¿Lo consideran democratismo?
Ustedes presentan nuestra propuesta y lo que afirmamos sobre la revista como un canto a la libertad burguesa, de comercio, etc, a la libre expresión, PERO NO ES ASI. Preocupados justamente por combatir la libertad burguesa y a sus defensores, por reprimir a la burguesía y a la pequeña burguesía, se podría terminar defendiendo (o ejerciendo) también la represión al proletariado revolucionario, a los revolucionarios. A todos ¿Y en nombre de qué? ¿Y quién es el que realiza esa represión “revolucionaria”?
Aquí no estamos bajo una dictadura del proletariado ni ningún grupo puede atribuirse sin caer en la megalomanía (para decirlo suavemente) LA POSTURA, EL PROGRAMA, LA ORGANIZACIÓN Y UNICO REPRESENTANTE DEL PROLETARIO REVOLUCIONARIO. Por el contrario, estamos hablando de pequeños grupos que con mayor o menor claridad se inscriben en una perspectiva internacionalista proletarias (...)”

Otra clave de la política del GCI:

Desmerecer y atacar los compromisos militantes por una sociedad distinta si no se ajustan a sus esquematismos.

Mientras los militantes que luego formarían el GCI militaban en otras organizaciones, algunas vinculadas a las política burguesa y pequeño burguesa de liberación nacional, otras al trotskismo, la mayoría probablemente dentro de la CCI, en Argentina un grupo que había iniciado su vida bajo la dictadura cívico-militar de Onganía con la consigna “Ni golpe ni elección, Revolución Socialista”, y participado de numerosas luchas, que luego de caído el gobierno de facto, había combatido al proyecto de “Argentina Potencia” del peronismo de derecha, se encontró años después bajo una dictadura genocida, terrible, en la cual no se podía hacer casi nada.

Nadie quería hablar de política, nadie aceptaba en la mano un volante, el miedo era muy grande, la represión también. Entonces, algunos militantes de los mencionados piensan que una manera de sobrevivir y seguir en la lucha es hacer una revista del tipo “underground”, dedicada a temas culturales, generales, etc, para defender el materialismo dialéctico, para intentar mantener viva la llama del cuestionamiento, y utilizar temas científicos, históricos, de moda, etc, para “meter” indirectamente la cuestión política. Lo hacen por muchos años y en condiciones muy adversas. También luchan para poner de manifiesto el carácter de clase de la condición de la mujer y que es una lucha que no puede ser ignorada o dejada de lado.

Para cuestionar hoy a EO el GCI cuestiona aquella experiencia y la tildan de contrarrevolucionaria:

Fue aproximadamente un año antes de la reunión de Montevideo, cuando se dieron los primeros contactos físicos entre el GCI y EO, que este grupo lanzó su idea de hacer una revista internacional en la que participarían diferentes grupos, bajo ciertos criterios a discutir conjuntamente. Es necesario indicar que algunos militantes de EO reivindicaban la trayectoria de la participación en revistas culturales o/y científicas, en las que exponen sus teorías y que incluso entonces participaban en diversas publicaciones tribunas heterogéneas (feministas, científicistas, ideológicas...) en donde existen sus ideas con posiciones totalmente contrarrevolucionarias. ” (Pág 44)

Demás está decir que no citan ninguna frase ni documento de esas “posiciones totalmente contrarrevolucionarias”. Además, ¡es tan fácil hablar desde Bélgica o Francia! contra los esfuerzos de luchadores en épocas tan terribles!


Otras acusaciones contra EO

Y por si todo lo anterior fuera poco, pasan a acusar a EO de que hizo esa propuesta porque quería plata, dinero, porque quería que lo financiaran grupos europeos.

El GCI en el 64 describe características de muchos grupos como de becados, y que “Centenares de organizaciones funcionan en base a ese esquema y por supuesto cuanto más hocicantes son los «militantes del tercer mundo» más reciben consciencia y dinero. ”

Hoy pensamos, que en EO la otra gran «originalidad», además de la «revista tribuna», fue esa búsqueda de entrar en el mismo espectáculo congresista, pero jugando el papel de hijo, de «tercer mundo», de mantenido. Contrariamente a la práctica que habíamos tenido siempre los compañeros de la comunidad de lucha en todas partes y la de los grupos organizadores de la «reunión de Montevideo», EO pedirá a los grupos europeos dinero constante y sonante para «sostener la propuesta»... diciendo que la situación en Argentina es tan diferente que no tienen «ni dinero para los sellos del correo» y la apología exclusiva de las famosas «izquierdas comunistas» como fenómeno estrictamente europeo e ignorado en Argentina.”

Y remiten a lo que supuestamente decía algún miembro de MCR “EO lo que busca es mucho espectáculo por eso «adula a las organizaciones europeas» y actúa para «juntar guita para ellos». Y efectivamente fue así”- reafirma hoy en 2014 la GCI (pág 51)

Por supuesto que no está EO para defenderse de esas acusaciones. Pero suenan poco creíbles teniendo en cuenta los años anteriores y posteriores de militancia de esos compañeros y compañeras en condiciones adversas, en total aislamiento. Puede ser cierto que EO pidiera alguna colaboración para enviar las cartas y los materiales. ¿Acaso no vende el GCI su número en papel a 4 dólares, cuando EO lo mandaba gratis?
También es cierto que las condiciones de Argentina de esos años eran dramáticas, con una inflación que superaría el 2000%, con salarios reales que en algunos meses eran de menos de 60 dólares.

En la misma PI reproducida -y acordada- por el GCI puede leerse:
En este momento no vemos condiciones para organizar una reunión genuinamente internacional: el viajar hacia el extranjero para nosotros está (económicamente) vedado. Un viaje de más de 8.000 kilómetros equivale a más de quince sueldos mensuales. (Más de 20 si tomamos el mínimo definido por el gobierno).

Pero la documentación viene al auxilio y podemos hacernos la idea de cómo concebía esto EO. Refiriéndose a MCR, en aquel informe cuestionado por el GCI, luego de marcar la ausencia en el trabajo político regular de militancia en la clase,
en un primer momento fue atribuido a posibilidades y fuerza, poca claridad, etc, pero posteriormente cuando a mediados del 85 en Argentina hubo una importante alza de las luchas obreras y se imponía una presencia en ciertos conflictos, Militancia siguió con sus reuniones sin concurrir a los mismos, si siquiera a ir enterarse de lo que realmente pasaba (....) Ellos no demuestran mayor preocupación por enfrentar los problemas de aparato y financiero que la militancia presupone. Creyendo nosotros que eran errores (en parte atribuibles a ser un grupo en formación) corregibles con la discusión que damos, facilitamos a Militancia una máquina de escribir (pues no tienen ninguna) y un mimeógrafo de los fabricados por nosotros como para que la falta de medios de impresión no sea justificativo como para no hacer un volantes que la práctica en la lucha de clases requieres. Pero....(...)”

No parece ser la conducta de un grupo que anda atrás del dinero...

No obstante aquí hay otra cuestión que forma parte de la política liquidacionista, anti solidaria y anti compañera de la GCI.

Cualquier obrero que se ha reunido con otros para sacar un volante y más aún, para formar un grupo clasista, sabe que hay un obstáculo muy grave, además del tema de la seguridad o de la propia debilidad política y en fuerza del grupo: los recursos económicos. Ocurre en cualquier país del mundo, empezando por EEUU. Inténtese llegar en aquella época sin internet a obreros de una fábrica chica de 3000 obreros con un volante. Ni hablemos a más fábricas o a trabajadores de empresas grandes. Y menos aún si es algún trabajo sistemático y permanente.

Y es más grave aún cuando esto ocurre en países cuyos salarios reales son muy bajos o en los períodos de crisis donde el poder adquisitivo no alcanza ni siquiera para poder satisfacer las mínimas necesidades, y peor aún cuando la desocupación crece. No por nada se dan en el mundo los grandes movimientos migratorios, de gente que se va de un país para buscar aunque sea trabajo en otro.

También es conocido la frecuencia de los casos en que quien esté en un país donde en dólares el salario es un poco más alto, destine alguna parte de su ingreso, aún cuando sea bajo, a mandárselo a la familia. O también como gesto de compromiso, solidaridad y compañerismo, mandárselo al grupo que queda en el país de origen luchando, grupo al cual pertenecía o simpatizaba.

Son muchos los testimonios de personas que viviendo en Europa, cobrando tal vez menos de 800 dólares, juntan algo, o hacen una colecta, como para mandárselo a los grupos que simpatizan.

El GCI con esas afirmaciones contra EO no está atacando a EO, pues es una organización que no existe más. Está atacando la solidaridad y compañerismo que puedan presentarse hoy o mañana. Está atacando que compañeros y compañeras que quieran colaborar de alguna forma con algún grupo (o lo hayan hecho) dejen de hacerlo bajo la sospecha del uso que pueda darse ese dinero.

Pero además, también ataca a los grupos que están en formación o se quieren formar de preocuparse por la cuestión de financiamiento.

No es casualidad que en las 60 páginas dedicadas a la comunidad de lucha y al partido, la única vez que se menciona el tema económico, de búsqueda de apoyo económico, sea para atacarlo.

Cualquier grupo que se precie de luchar contra el capitalismo y tener una continuidad, junto a las cuestiones fundamentales que hacen a su definición política deben enfrentar la cuestión económica: plata para hacer volantes, periódicos y revistas, para distribuir, máquinas para imprimirlos si está en un país o momento que es difícil o imposible mandar a imprimir, o para bajar costos de impresión; lugares para reunirse, plata para viajes, etc.

Por supuesto que si son nenes de mamá que se dedican a la política o por x motivos no tiene problemas para esas cuestiones pueden subestimarlas. O cuando se dedican a ser meros comentaristas políticos en pequeñas e irregulares publicaciones de tiraje limitado. Pero el GCI hace algo peor que subestimarlas: descalifica a quienes buscan resolverlo.

En este caso, según los dichos del GCI, EO pedía colaboración a los grupos europeos para poder mandar la correspondencia, para la impresión de los materiales que mandaba, o para “sostener la propuesta” como afirma el GCI. Por supuesto, nos aclara, el GCI no mandó nunca nada de plata. También en algún lugar señala que esto lo afirma de oídas, es decir, hace puterío y trata de predisponer, no sólo contra la historia de EO sino contra lo que puedan intentar hacer otros grupos hoy o mañana.

Resulta poco creíble que los grupos que pueden haberle mandado plata a EO lo hicieran para “sostener la propuesta” o para tenerlo de hijo, dado que la mayoría de ellos por H o por B rechaza la propuesta. Y el tenor de los intercambios documentados no parece que EO se ponga en un papel de obsecuente aceptando las cosas para conseguir plata.

Pero lo que sí debe haber pasado, es que algunos de aquellas organizaciones grupos, comprometidos realmente -y no de palabra- con el internacionalismo proletario, viendo que algún grupo que efectivamente, aún con contradicciones o debilidades, militaba contra el capital en un país x, y que se encontrasen por situaciones particulares ahogados o muy trabados por lo económico para tener presencia en la clase con volantes, etc, haya mandando plata a EO y a otros grupos. La historia de nuestra clase está lleno de ejemplos de solidaridad, de abnegación, de compañerismo, juntando plata para mantener una huelga, para sostener un compañero despedido por ella, para sacar volantes, para sostener la publicación de una organización o colaborar con organizaciones más pequeñas y débiles política y organizativamente.
El GCI no ataca la memoria de EO, ataca a los que tienen esos gestos de internacionalismo proletario y a los grupos que se plantean enfrentar la cuestión económica.

Pero, encontrando lógico y real que algunos mandaran colaboraciones ¿mandaban el oro de Moscú para que algunos militantes puedan pasar la vida de bacanes y ser “militantes profesionales”, es decir, rentados, viajando por distintos lugares del mundo, o dedicándose a la gran teoría?. No parece ser que ningunos de los grupos que están en la IC tengan el oro de Moscú, y si mandaron algo, lo hicieron a costa de gran sacrificio y esfuerzo, y cifras pequeñas que para los que están con un salario muy bajo en dólares, eran bocanadas de oxígeno para comprar papel, tinta y demás.

Es muy lamentable que el GCI se dedique a basurear esas actitudes solidarias de compañeros y compañeras que en algún momento mandaron algo de plata; y basurear esas actitudes militantes de compañeras y compañeras en situaciones adversas no cejaban y luchaban contra el capitalismo por la revolución proletaria y se encontraban en la incómoda situación de pedirles colaboración para poder enviarles sus materiales por correo.

Más que liquidacionista, la conducta de la GCI en este caso es la de gente miserable.

Por otro lado, como dijimos antes, el GCI miente y calumnia porque se considera impune.

Así como jamás prueba o documenta ninguna acusación, también considera que nadie le saldrá a desmentir y sus calumnias quedarán instaladas como verdad.

Pero de nuevo lo que queda del CGI se olvida que en estos 25 años ha habido grandes cambios tecnológicos y hay algo que se llama digitalización de documentos. Y se olvida que en estos 25 años, aprovechando estos cambios tecnológicos, algunas personas comprometidas con la historia de nuestra clase han considerado valioso no dejar que se pierdan las historias de la lucha de nuestra clase y los esfuerzos militantes. Y así, rastreando, en España hay un registro de un documento: una carta enviada por EO a un grupo español donde justamente se plantea el tema económico y el envío de 40 dólares.

Dicha carta, que puede leerse completa en el Anexo que incluimos comienza así:

Argentina, 25 de agosto de 1989
Estimada compañera y compañero:
Los otros días, cuando recibimos los U$S 40,-, nos sentimos “tocados” por su compañerismo, porque si bien sabemos que la cifra no era importante, sí sabemos lo que les cuesta a ustedes conseguirla, más teniendo en cuenta que nos habían hecho otros envíos.
El tema motivó una polémica en la O. donde algunos propusieron escribirles diciéndoles que no envían más plata ya que sabemos lo que les cuesta a ustedes, más teniendo en cuenta que están solos y que hay una gran actividad y responsabilidad de ustedes por delante. Resultado de esa polémica concluimos lo siguiente: (...)

Quien quiera saber qué concluye EO la carta puede hacerlo leyendola en el anexo. Y por supuesto sacar sus conclusiones.

Dicho sea de paso, es documentando como se discute, se fundamenta y eventualmente así se critica o acusa.


La ¿mentira? de EO sobre su desconocimiento de la Izquierda Comunista

Para demostrar esta conducta de hacer circo para conseguir plata, el GCI señala que la declaración de EO de que antes no conocía a la IC era una cuestión mentirosa (pág 51) “para encandilar el medio pseudo revolucionario” y que esa afirmación “no era más que teatro, que espectáculo”

Todos los documentos posteriores con los que EO se presentará en el medio conferencialista, así como los editados como «respuestas a la propuesta» y todo lo que circulará entre EO y Europa llevará ese tipo «desconcertante» y triste afirmación de que «en Argentina estábamos en pañales» , que «no conocíamos lo que se llamaba izquierda comunista», etc. La consolidación de la relación de paternidad y de demanda de «aportar la consciencia» por parte de los Europeos a los «pobres e ignorantes latinoamericanos», no puede ser más abierta y descarada.” (pág 51)

¿Porqué otra razón entonces EO podía jugar a su ignorancia y escribirle a «sus padres» que el fenómeno de las «izquierdas comunistas», puestos como sinónimo de verdaderas rupturas con el «marxismo leninismo» era desconocido en Argentina?”, se pregunta el GCI y nos alecciona: para hacer espectáculo, ponerse en lugar de hijo, recibir plata y “negar al GCI y al MCR en sus afirmaciones programáticas (...)” (pág 52)

De lo que puede leerse al respecto en materiales de EO es que afirmaron de se enteraron de la historia y los materiales de la IC luego -y en cierta medida gracias- a la guerra de Malvinas, y que habían llegaron a las posiciones que tuvieron sin conocerla, defendiendo sus elaboraciones y posiciones políticas alcanzadas sin la IC.
No parece mucho la conducta de un hijo que busca reconocer la paternidad o la dependencia al eurocentrismo como la acusa el GCI y si un cierto orgullo de haber llegado a donde llegaron por sus propios medios.

Para confirmar que EO no desconocían lo de la IC ponen como demostración que sí la conocían porque ellos, el GCI, vendía una revista en una librería de Buenos Aires (“ «Comunismo» existía desde muchos años antes y se vendía en las principales librerías de Buenos Aires.”).

Y aquí se muestra más evidentemente la megalomanía del GCI. Dejando de lado que Argentina es mucho más grande que Buenos Aires, pongamos que de 300 librerías que como mínimo debería tener Buenos Aires, la revista del GCI estuviera en 10, las principales.

Se supone que la gente de EO visitó esas librerías -que tienen miles de volúmenes y venden cientos de revistas- y encontró la revista de la GCI. Pero ¿sirven esas revistas del GCI para apropiarse -o conocer- la historia y las posiciones de la izquierda comunista, en particular la italiana pero también otras? ¿Estaban en la revista “Estructura económica y social de la Rusia actual” de 742 páginas? ¿Publicaron las tesis de Livorno, de 1921? ¿Las de Lyon en 1926? y tantos otros documentos de la izquierda comunista italiana y alemana?

¿Acaso esas revistas eran la síntesis de todas ellas y con leer la revista “Comunismo” uno ya estaba al tanto de todas las posturas de la IC, lo que servía y lo que no servía, todo predigerido por el centro del GCI?

Presumir de que porque mandaran algunas revistas a algunas librerías de Buenos Aires eso ya demostraba que EO conocía a la Izquierda Comunista forma parte de la manera de “demostrar” del GCI.

Pero hay algo mucho más simple por lo cual todo lo antedicho era innecesario pero sólo fue puesto para mostrar lo ridículos que pueden ser. Y es una cuestión matemática: Las posturas de EO las tenían antes varios años antes de existir el GCI y por ende antes de que el GCI mandara algunos números de su revista a Buenos Aires...

Un fantasma recorre Europa, el fantasma de EO”

Finalmente la diatriba 2014 contra EO termina por acusar a EO de liquidacionista con respecto a un grupo: FOR (Fomento Obrero Revolucionario)

La llegada de la propuesta, versión EO, a Europa causó un fuerte efecto nefasto en el FOR” pág 53.
También dicen que en el FOR hubo una discusión de si ayudar a EO para el envío de la correspondencia. “Independientemente de lo que podamos pensar tantos años después, ese elemento suscitó una polémica al interior de FOR que condujo a la escisión y en última instancia a la liquidación de esa organización” (pág 53)

Y por si fueran poco los desastres que ocasionó EO, esto también afecto al GCI:
Con todas esas mierdas espectaculares, el conferencismo ganó una batalla logrando liquidar lo que había sido la práctica organizativa del FOR, pero también queremos subrayar que toda esa práctica espectacular fue igualmente liquidacionista de nuestra práctica y lucha por la comunidad de lucha.” (p53)

Pero como suele ocurrir, mientras que el GCI simplemente lanza acusaciones a diestra y siniestra (a EO y a otros), coherente con su práctica política petardista, existen documentos, existe digitalización de documentos, y no es difícil encontrar al menos en España documentación de la época.
Varios militantes del FOR, entre los cuales algunos son los más antiguos de la organización e incluso los iniciadores de “Alarme” en Francia, han decidido romper orgánicamente con esta organización. Nuestra decisión, totalmente reflexionada, no está inducida por el capricho de crear algo nuevo y somos muy concientes del debilitamiento momentáneo que representa tal desenlace para las tareas práctica de defensa de las posiciones revolucionarias en el seno de nuestra clase, el proletariado”

Así empieza el Documento de RUPTURA CON EL FOR, fechado en Paris-Barcelona, julio del 88 donde da cuenta los motivos por el cual ellos, y previamente otros, abandonan el FOR y que tiene que ver con problemas políticos y organizativos en su organización, concretamente con manejos dentro de FOR (expulsiones, prohibiciones de discusiones internas etc.).
El GCI, con esas falsas acusaciones, en realidad lo que hace es desmerecer el esfuerzo de esos compañeros del FOR por mantener sus posiciones políticas en coherencia.

Como siempre, hay que discutir con los hechos en la mano, y no inventarlos a su antojo o distorsionar la verdad pensando que total nadie podrá salir a desmentirlo.

Señalemos como al pasar que al principio de las conclusiones del documento de ruptura con el FOR se señala:

Los militantes expulsados por un lado y los que han roto por el otro lado han decidido, tras varias discusiones sobre todo lo que hubiera debido ser tratado en el FOR, de continuar su actividad militante en forma organizada sobre las mismas bases políticas que los unía anteriormente.
Seguiremos estando dispuestos a discutir públicamente cuanto exponemos, con cualquier grupo e individuos cuya actividad práctica y teórica muestre su apego a la revolución. Pero desdeñaremos aquellos en que el diletantismo domina, mal que pretendan acogerse totalmente o en parte a nuestras ideas. Considerando, hasta prueba del contrario, que los nuevos grupos que han aparecido en América Latina, México, la India, etc, no forman parte del mundo del diletantismo, estamos dispuestos a establecer, en la medida de nuestras fuerzas y de nuestras prioridades, una discusión fraternal sobre todos los puntos divergentes que puedan existir.
En cuanto a los grupos más antiguos, CCI, GCI, PCI (bordiguista, Battaglia, etc, nuestra actitud será la misma que anteriormente. Rechazamos los eternos debates que se muerden la cola y que sólo sirven, con buena o mala voluntad, para justificar las existencias de cada uno. Los rechazamos más aún cuando la deformación de las posiciones de los demás grupos se erige en principio, con todos los calificativos picantes injustificados e injustificables que la acompaña”

Más claro echarle agua....


Palabras finales

Para usted, estimado lector, estimada lectora, si ha llegado hasta aquí en la lectura, sabe que ha tenido que recurrir a una gran dosis de paciencia para no abandonar el texto. ¡Imagínense lo que nos ha costado escribir todo esto, en vez de seguir los impulsos de abandonar la escritura pensando en la inutilidad posible de nuestro propio texto!

Pero si hemos seguido hasta el final, incluso con la cansadora tarea de rastrear documentos de la época, telefonear o escribir a personas que posiblemente podían tener algún material que nos sirviera contextualizar las afirmaciones del GCI, fue por lo mismo que rápidamente algunas de esas personas nos ayudaron a buscar a otras personas con posibilidad de documentar estas cuestiones: el cansancio de antes o de ahora con los manejos del GCI.

Algún día había que poner en evidencia las prácticas destructivas que ha tenido y tiene el GCI para con militantes, incluso propios, y grupos que emergen en el concierto de la lucha de clases, o para desvirtuar las propias ideas de la Izquierda Comunista, de Internacionalismo y del Clasismo Revolucionario. Y desprestigiarlos, en suma.

Es cierto que muchas veces entre los grupos más importantes que se referencian de la IC se han realizado acusaciones cruzadas e incluso con críticas a posturas liquidacionistas o contrarrevolucionarias del GCI, pero ello generalmente se dan en el marco de ese “morderse la cola” que hablaban los compañeros y compañeras que rompen con el FOR y por ende son críticas que aún cuando fueran correctas, suelen darse en contextos de tergiversación de posiciones, puterío, o el tire y afloje para disputarse algunos contactos o la influencia con respecto a algún grupo.

Hicimos el esfuerzo de no caer en ello y por respaldar documentalmente lo que afirmamos. Eso nos obligó a reproducir frases textuales y a adjuntar a este escrito documentación para la consulta, lo que lo hizo más largo.
Cualquier documentación extra o duda que se tenga, estamos a su disposición en nuestra casilla de correo electrónica.

No hemos abordado en este trabajo en otra parte importante para de su política liquidadora: sus políticas generales, sus posicionamientos concretos en la coyuntura. Hubiéramos que tenido que escribir un libro.

Ocurre que en ninguna de las luchas que se dan en nuestra clase, o en sectores de la sociedad contra los efectos desastrosos del capitalismo sobre la vida de las personas, animales y ambiente aparecen posturas puras y completas que respondan a la revolución proletaria mundial. En la mayoría de los casos si siquiera se plantean cambios revolucionarios, aunque sean mal definidos. Son básicamente luchas de resistencia, de reacción a lo que sufren, de defensa a los ataques que reciben.
Y en esas luchas muchas veces se dan formas organizativas como cuerpos de delegados, comités o buscan hacer reuniones para ampliarlas y romper el aislamiento, o simplemente se oponen a un patrón, no a la clase capitalista, o a un gobierno, y no al estado burgués.

Así el GCI, en vez de participar en ellas tratando de que se profundicen, de que enfoquen bien las miras, de acompañarlas con propuestas y consignas superadoras, la mayoría de las veces que habla de ellas (pues rara vez se los encontrará en ellas), denostará con contra de muchos movimientos reales, en contra de esfuerzos militantes de resistencia y lucha contra el capital, o de organizarse por fuera de las organizaciones tradicionales cuando estas no respondan a sus esquemas políticos o sus intereses inmediatos de presentarse como los únicos que la tienen clara.

Es cierto que no tienen ninguna posibilidad de hacer daño en los movimientos reales, pues el GCI no tiene ni influencia ni presencia en ellos, cuanto más hacen periodismo barato y superficial, pero eso sí, con gran contenido petardista verbal.

Pero sí hacen daño en las pequeñas minorías que pueden acceder a sus materiales porque lo encuentran casualmente por internet o porque buscan ese tipo de contacto. No tanto por la influencia que puedan tener esos materiales sobre la gente, sino por el rechazo que suelen producir sus desplantes, la agresividad del vocabulario que en realidad esconde su política de obstaculizar todo esfuerzo por alcanzar la independencia de clase. Y dado que al mimos tiempo se reivindican de la IC el rechazo se extiende a la IC. Es una manera también de producir rechazo contra la Izquierda Comunista. Porque, se dicen, si eso es la IC...

Demás está decir que quienes compren y reproduzcan el discurso del GCI terminarán dañados y les será muy difícil luego salir sin un alto costo costo de ese espíritu de secta y de descuelgue con los movimientos reales.

Una última aclaración y agradecimiento.
Este escrito no hubiera sido posible sin la colaboración de un ex militante de la CCI de España, de un ex militante del CGI de Francia (y de personas que ellos contactaron a su vez), de militantes anónimos que se han dedicado a escanear documentos viejos de diversas partes del mundo y lo cuelgan en sitios específicos o los publican en blogs, en particular el sitio viejoarchivista.blogspot.com dedicado a documentos de EO, cuyos responsables, a nuestro pedido, nos han facilitado de muy buena gana materiales que no están publicados en su sitio y que nos permitieron hacernos una composición de lugar.

Señalemos que un contacto que logramos hacer, al enterarse por nosotros del Nro 64 del GCI, manifestó que “A EO se lo puede criticar o desacordar en muchas cosas. Pero no era necesario para hacerlo mentir tan alevosamente”. También nos informó de que alguno de los que tuvieron la oportunidad de conocer personalmente a gente que vino a visitarlos a Argentina del GCI, CCI y del PCI, ha fallecido.
Y nos aportó datos que sin su participación no nos hubiéramos dado cuenta, como lo de la fecha de la agresión del MAS, que según el GCI precipita la ruptura del MCR con EO, es en realidad anterior a la PI, lo que pone aún más en evidencia sus manejos y política de desinformación.

Quedamos a disposición de quien necesite mayor información o precisiones.


Nota final:
Destaquemos que tanto las concepciones del GCI como las diatribas contra EO, etc no son escritas por el GCI, sino que son del proletariado, expresan la lucha del proletariado. Así nos lo señala la nota del comité redactor del GCI:

Si nuestros artículos no aparecen firmados individualmente es para remarcar –contrariamente a la promoción de las personalidades propia de la burguesía– que son el resultado de un trabajo colectivo o, mejor dicho, la expresión de una clase que vive, que lucha para destruir su propia condición de asalariada y así todas las clases sociales y toda explotación. ” La redacción

Obviamente que la modestia no es su fuerte...

Nota final:
Se agradecerá si este texto es reproducido y divulgado.

En el sitio www.endefensadelip.blogspot.com pueden encontrarse los anexos citados en este documento, así como la versión web de este texto.
Contacto: endefensadelip@gmail.com

Respecto a la firma de este documento

Podríamos haber puesto el nombre de un grupo real o ficticio, o firmado con un par de nombres que obviamente nunca serán los reales por normas mínimas de seguridad. Pero si el GCI puede decir que “Si nuestros artículos no aparecen firmados individualmente es para remarcar –contrariamente a la promoción de las personalidades propia de la burguesía– que son la expresión de una clase que vive, que lucha”, nosotros, más modestos, diremos que nuestro texto es la expresión de militantes que están cansados desde hace años con los manejos del GCI, internos y externos, y su Nro 64 ha sido la gota que rebalsó el vaso.
Si alguien quiere más datos puede escribirnos.
Y adelantándonos frente a posibles descalificaciones que pueda hacer el GCI sobre el origen del texto, para evadir lo que realmente se dice y prueba en él, señalemos que el centro del GCI sabe perfectamente quienes somos nosotros.


AGREGADO POSTERIOR 

A LA EDICIÓN DE ESTE DOCUMENTO



La ventaja que tiene el medio digital es que permite hacer modificaciones y ampliaciones sin costo económico. Aprovechamos entonces para hacer este 

agregado con algunos
 comentarios y críticas que recibimos
 ni bien salió el escrito.

1) No exagerar sobre la Izquierda Comunista
En pág 3 escribimos:
Si hay algo que caracterizó a los revolucionarios de otrora, fue dar siempre el debate, la polémica, sin recurrir a las falsedades, a cambiar la posición del otro para luego rebatirla, a la calumnia. En cualquier escrito de aquella rica historia, se encontrará la rigurosidad de la cita, la referencia comprobable, así como también la conducta de apoyar y estimular a los movimientos contra el capital, en defensa del internacionalismo proletario”.

Un compañero nos escribe diciéndonos que no que siempre fue así. Y que también en el pasado hubo aspectos negativos. Que no hay que exagerar ni mitificar un pasado que tuvo también aspectos negativos. Al respecto pone como ejemplo la polémica Gorter con Lenin. por ambas partes, “aunque reconociendo que ambos militantes y ambos proletariados estaban en condiciones muy difíciles y complicadas, incluso en cuanto a la información precisa de lo que sostenían y hacían los otros".

Vale la observación. No hay que idealizar la historia

2) Faltó el enlace al número 64 de “Comunismo”:
Nos dicen: “Hubiera estado bien poner la web del GCI y que la gente pueda leer ahí todo el empacho de mierdadas... por si hay alguien que le interese y las aguante”.

Y el Nro 64: http://gci-icg.org/spanish/comunismo64.pdf

3) No exagerar II

Respecto a lo que decimos en pág 5:
Si alguna vez alguna persona de esos grupos llegara a leer este debería hacerse una pregunta simple: ¿Tuvo relaciones sistemáticas y continuas con otros grupos de esa “comunidad de lucha”? ¿Se veían o discutían entre sí?: para nada”

Nos dicen: “El “para nada” es una afirmación demasiado tajante. Vale para el caso que están tratando y muchos otros, pero puede existir algún caso en que realmente se haya dado el debate y el “para nada” puede terminar desmereciendo lo que están diciendo”.

Es cierto, es una afirmación que uno no puede probar pues no conoce el 100% de todas las historias,
Hay que sacar el para nada y dejar las preguntas.

4) Sobre la comunidad de lucha.
Nos dicen:
Lo esencial a nivel de método y posiciones es demostrar que su “comunidad de lucha es un subterfugio para no defender clara y rotundamente el partido y su papel dirigente. Lo que hay que evidenciar es que la lógica de una comunidad de lucha implica disolver el partidismo, la delimitación teórica, liquidar la lucha teórica, en aras del activismo (nos juntamos para la acción,..que puede ser redactar y distribuir en prensa y revistas, y-o en calles y plazas, o centros de trabajo, por ejemplo una hoja)”
Para la ICI un militante ha de estar formado para saber qué hacer sin el partido, por la validez y la solidez de su programa, su teoría, y su método, y por haberlo practicado anteriormente, e educándose en ello. El partido es un potenciador de todo eso, no un órgano burocrático de centralización. La centralización es necesaria frente a un enemigo como el que tenemos y para desarrollar eficacia y agilidad, y evitar al máximo el ojo y la mano de la represión .
Par el modelo GCI es algo semejante al CC estalinista ..pero con otro nombre y aparentemente con otras funciones... y muchas veces en efecto lo es, pero no por ser mejores, sino por ser unos completos oportunistas: no presionar a nadie para cohesionarse, para que así la organización o la famosa “ comunidad d e lucha” no estalle y se disocien jirones que dejan al grupo central quedar mal... Por eso y por que además le dan cariz super valioso a cualquier círculo aunque sospechen, o peor aún, sepan, que es incapaz de mantener discusiones rigurosas y desarrolladas con otros, porque les han camuflado su inmadurez con un sustitutivo de presunta “calidad revolª”. Eso lo han hecho siempre.”

Admitimos que nuestro escrito no abarca todo ni mucho menos. Si amerita, habrá que sacar una segunda parte. O en todo caso reproducir aportes más elaborados que se hagan sobre esos temas.

5) Nos critican:
En el texto vuestro hubiera venido bien meter una critica general de sus principales posiciones y coartadas, y contrastarlas con el materialismo histórico y el recuerdo de la historia de la lucha de clases”

Es cierto, pero hubiéramos tenido que escribir un libro, no obstante hay un texto de tiempo atrás de otros compañeros que hace algo de eso y puede leerse

6) Sobre las referencias a citas:
Respecto a la cita de proletariatuniversel.blogspot.com nos parece que poner una referencia así en el texto pueda dar a entenderse que se está de acuerdo con el sitio y dicho sitio no se caracteriza por la coherencia política con la IC

Nos pareció llamativa la manera de expresarse en esa cita que transcribimos, pues describe muy bien las incoherencias del GCI, hasta de manera graciosa. Ello no implica abrir juicio sobre el sitio ni sus posiciones o reivindicarlo. Es una cita no más que uno encuentra en internet y como tal debe tomarse, con pinzas pero que coincide con las múltiples posiciones contradictorias del GCI sobre muchos temas.

7) Nos critican:
En varias ocasiones aparecen frases con este estilo:
Si bien poco importa hoy una propuesta que se hizo hace 28 años y no se concretó ¿o sí importa?,” 
Hay que ser mas taxativos: importa o no importa,.... pero no dejar las cosas así. Si la propuesta de hace 28 años no se pudo concretar IMPORTA y mucho, porque es un esfuerzo generoso pero fallido, que EXPRESA ALGO negativo SOCIAL Y POLITICO: la extrema debilidad del movimiento ctª, de la respuestas proletarias ante la explotación,los efectos del cáncer de la sectarización y el egocentrismo entre los grupos organizados que existen... fundamentalmente. Claro que importa, es sangrante!! ”

Valoramos la opinión del compañero por eso la reproducimos. Pero no quisimos entrar en el debate de aquella propuesta en sí ni las distintas respuestas que la misma recibió porque no hacía a la esencia del texto.